jueves, 8 de febrero de 2007

ABRIR PUERTAS

Mira que hay llaves, ¿eh?
Pues nada, se ve que además de estas hay más. Miles, millones, billones de llaves... Y pasa como en los concursos, que es una cuestión de suerte.
Hay gente que coge una de una bolsita negra donde hay cincuenta más, la mete en la cerradura, gira, abre... y se lleva el premio gordo.
Otros, pobres, tienen tres llaves, eligen una al azar (claro, cómo si no...) y la han cagado, suenan las alarmas fatídicas que indican el error, el suelo se abre bajo sus pies, quieren desaparecer, "Dios, cómo he podido tener tan mala suerte... tenía el 33 % de posibilidades....". Otro día será, a seguir jugando.
A mí me gustaría ver cómo en uno de esos concursos aparece el espontáneo curtido en la vida y, desdeñando las llaves que le ofrecen, se saca una radiografía o tarjeta de crédito y abre cincuenta puertas por todo el morro y sin alterarse ni esto. Llámalo cerrajero, llámalo tío con recursos.

Y esto es lo que me viene a la cabeza cuando trato de pensar que no estoy en el concierto de Standstill en la sala Sol de Madrid y que seguro que están tocando esa canción de los vasos y las cucharas... "Viva la guerra" ¡Viva! (pero sólo por esta vez, que es el título del CD) Puta envidia.

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