martes, 5 de diciembre de 2017

La vida simple V


Dormir. A días en modo abuelo, dando cabezadas cuando ni han dado el tiempo en los informativos. A ratos como los pajarillos que al anochecer meten el pico entre sus plumas y se convierten en edredón para sí mismos. A veces búho cazando ratones en el bosque. Amanece y me siento bien, eso es lo importante. El placer de quitarse las legañas y dejar que pase el tiempo hasta que te nacen los ojos. Sin prisas. He mejorado mucho en madrugar.

Perrear. Hacer ventosa en el sofá. Que el pijama sólo me diga adiós de camino a la lavadora. Tocarse a dos manos, Escuchar el silencio. Mirar el atardecer desde la barandilla del balcón (y sacarle una foto mental). Que dé lo mismo la hora y el día. Adormecerse con el calorcillo de la manta eléctrica. Meterse en la cama con calcetines y encontrarlos en el suelo después de unas elipsis. Calentar un colacao con una cucharada de café instantáneo. Seriear dejándote sorprender. Mover los marcapáginas de los libros de la mesita de noche en los días impares. Hacerme un moño sin goma, con mi propio pelo. Usar las mascarillas y cremas faciales/corporales. Olerme y oler bien. Poner una lavadora y observar cómo gira el tambor, cómo se va haciendo la espuma. Regar las plantas y hablar con ellas. Preparar con mimo un estofado para siete u ocho comidas; ir a ver cómo hace chupchup de vez en cuando mientras la ventana se empaña. Usar el móvil de reloj y ni eso.

Trabajar como si no fuera trabajo. Entrar en una clase y sentir que todo está donde debe estar. Salir de ella y pensar que ha valido la pena. Aceptar de antemano que será lo que ellos quieran y dejarme ir sin más. Despedir a Anjulie y decir adiós a una etapa (Walid, Lea, Elena, Valentina, Wladimir, Pavel, Marina, Oliver ...) Espero haber dado tanto como he recibido. Seguro que lo sabéis pero lo repito por si me estáis leyendo en algún lugar del mundo: Ha sido un placer. Ojalá volver a vernos y a compartir risas. La clase no será lo mismo sin vosotr@s. Os echaré de menos... ¡Gracias!

Entrar en youtube sin hora de salida. En modo random escucho, entre otras cosas, estoesto, esto, esto y esto. Ni el Rufus ni la vecina de edificio ladran, todo bien.

Sobrinear. Que el Ian me cuente, por ejemplo, que hay una niña pesada que siempre que lo ve le dice "¡¡¡Quééé moooono ereeeeees!!!" alargando mucho algunas vocales y a milímetros de pellizcarle los mofletes. O, también,  que ha observado que no todas las baldosas del suelo de Barcelona tienen dibujos de flor (¿Puig i Cadafalch revolviéndose en su tumba?). La Zoe marcándome de cerca sin que se note, diciéndome adiós cada vez que me alejo unos metros de ella y hay chaquetas cerca. Los tres, o los cinco, o los siete viendo cualquier mierda en la tele, bailando la de Frozen o la intro de M. Mouse. Dibujar, cantar, contar, reír, preguntar, explicar, bostezar, hacer pipí, decorar, imaginar, cotillear, bromear, peinar, recordar, charlar, planear... y todo juntos. La intensidad de las pequeñas cosas cotidianas que transforma el lavarse los dientes en una fiesta. Terminar la sobremesa con uno en cada pierna. Darles besos y abrazos cuando se van a dormir la siesta. Recibir besos y abrazos cuando se van a dormir la siesta...

A estos últimos meses les hubiera añadido algunos días más de lluvia y les hubiera quitado momentos de estrés. Si lo máximo que puedo expresar como "queja" son un par de condicionales cutronas de tercer tipo (irreales), quizá debería empezar a creer que lo que tengo es mío de verdad y me lo llevo pa´ siempre. Esta vida simple va de cuando todas las piezas, casi mágicamente, están en su sitio y del subidón de ser consciente, de verlo, de disfrutarlo y de agradecerlo con palabras y/o con hechos.


lunes, 2 de octubre de 2017

CHURRAS Y MERINAS


Resulta que últimamente más de un@ se acuerda de mí. Lo sé por los Likes de FB, de Instagram, los RT y los corazoncitos de Twitter y, también, por los mails, Whatsapps, etc. que he recibido desde agosto. Es bonito sentirse recordada, saber que alguien dedicó unos minutos a pensar en ti y en tu situación, recibir deseos lindos y besos y abrazos y sonrisas y carcajadas... Bienvenido siempre el cariño.

En el 95% de las interacciones vía Internet que he tenido con mis antiguos estudiantes y con los amigos lejanos, empiezan por preguntarme sobre mi estado (de salud, familiar y emocional) acaban -desde la alarma casi siempre- por pedir mi opinión sobre el tema Cataluña/España, el referéndum, la independencia sí/no, etc.

Vamos al lío, niños y niñas.

Mis amigos y familiares están requetebién. El atentado terrorista de agosto fue terrible y todos nos sentimos afectados por él. Al mismo tiempo, con más/menos miedo, las matemáticas emocionales coincidieron en que X se solucionaba saliendo al mundo como cada día. No sé si es la mejor manera pero no se me/nos ocurrió otra mejor.

Respecto a lo que leéis sobre Cataluña y España: ¿Era un tema preocupante para mí hace 5, 10, 15 años? No. ¿Estaba en el Top 5 de temas preocupantes para mí la independencia de Cataluña antes del 1 de octubre de 2017? Tampoco. ¿Estaba a favor de un referéndum? Sí, si se hacía con garantías, sabiendo todos de qué estábamos hablando, con los pasos claros en cada caso. Me gustaría explicarme:

En los medios habituales de esta región prima el caos y la desinformación  En los noticieros extranjeros hay una alarma constante y cansina general que consigue que haya quien no salga de casa cuando escucha los helicópteros, llamadas de familiares del otro lado del charco, blablabla ... Mal los dos.

Para decidirme sobre si ir a votar o no, hablé con amigos y escuché a gente con la que no comparto prácticamente nada pero que, justo por eso, serviría de contrapeso. Al final, decidí no ir a votar. Ayer estuve todo el día leyendo sobre el tema y, la verdad, anduve muy cerca de cambiar de opinión. Dudé especialmente al contemplar la violencia en las calles (fuerzas del "orden" arremetiendo físicamente contra ciudadanos pacíficos) y, después, al constatar la inutilidad de los líderes políticos para afrontar la situación y encauzarla, totalmente ajenos a cualquier presente vital que yo conozca, generales que comen con cubiertos (dos platos más postre) ignorando que hay quien pasa hambre porque, por no haber, no hay ni patatas para todos.

Todo esto me recuerda a cómo me sentía en el colegio. Había un par de grupos que se peleaban día sí día no por manejar el cotarro en el patio. X decía algo, Z respondía, X la soltaba más gorda, Z se defendía con el "y tú más" y acaban todos enzarzados, discutiendo por llevar la razón, sin escuchar al otro, midiéndose las pollas. Los que no éramos ni de X ni de Z, nos dividíamos a la vez entre los que animaban la pelea y los que asistían a la misma, contrariados, sin saber qué hacer. Yo estaba en el último subgrupo. Intenté entender a X y a Z, fui la chivata que va a avisar de la pelea, hablé con los secuaces de ambos bandos, traté de evadirme saltando a una goma que atábamos entre un árbol y la valla, ayudé a pegar con celo muchas gafas...  pero nada de lo que hacía evitaba que me sintiera bastante inútil y fuera de esa/la realidad -que no me gustaba- al volver a casa.

En los primeros ´90 yo no era ni tan guapa, ni tan lista, ni tan nada como para pertenecer a algún grupo. Ni siquiera hicimos uno entre los que no teníamos. Ayer fue como tener 11 años otra vez.  No me gustó. Odié, igual que entonces, a los cabecillas sin cabeza soltando consignas de mierda y, también, a los hooligans de uno y otro lado coreándolas, repitiéndolas. 25 años después es evidente que hemos aprendido lo justo muy poco de nosotros y que no hemos aprendido a escuchar de verdad a los demás.

- ¿Eres catalana o española?
- De El Prat de Llobregat.
- ....
- Es un aeropuerto europeo importante pero también hay una ciudad que parece un pueblo. Yo nací ahí por casualidad, como todos.
- ¿Tú hablas catalán?
- Sí, y castellano e inglés. He estudiado griego moderno, alemán, chino, coreano y sueco pero solo un poco.
- ¿Te gusta más el castellano o el catalán?
- Me gusta la lasaña y me gustan los macarrones. En general, me gusta la pasta.

Sólo las cuatro primeras líneas del diálogo anterior son reales. Ahí sigo, niños y niñas, esquivando pegatinas, escuchándolo todo sin encajar (ni pretenderlo) del todo en casi nada. Un día de estos os explico por qué me importa cero haber nacido en un lugar o en otro y mucho tener escuelas, sanidad, acceso a la vivienda, condiciones laborales, etc. decentes donde sea. Otro día, si queréis, hablamos del azar y de los trapos de colores, o de los valores y derechos humanos, o de cómo la violencia no es una respuesta válida frente a una manifestación pacífica (convocada de manera legal o no, en ningún caso), o profundizamos en eso de vitorear a quienes sueltan tontadas y se lo llevan calentito o... ¿sigo?

La cacerolada de hoy ha durado 15-20 minutos en mi barrio. Habrá quien golpea la sartén porque se siente orgulloso como catalán, quien lo hace porque es una manera estupenda de quitarse el estrés de los últimos días de tensión, quien está protestando por el trato que el gobierno central ha dado a esta parte geográfica,  hay quien se viene arriba con el ritmazo que se están marcando los vecinos, hay quien se siente Furby...
Vale, ya me habéis pillado.






¿Os acordáis de lo que nos reímos todos con aquel anuncio de Scattergories? ¿Por qué nos parecía tan divertido? Pues, básicamente, porque era ¡¡ridículo!!  1, 2, 3 Cosas que puede hacer con el juego el tipo que defiende pulpo como animal de compañía. Coincidíamos todos en que el tipo era gilipollas y el hacer equipo era lo único que lo salvaba para seguir jugando con la cabeza en su sitio. Eso y que el puto juego era suyo. ¿No os suena de algo la situación?

Si llegados a este punto piensas que estoy a favor o en contra de la independencia, que me parecen más bonicas las churras que las merinas, vete a un lugar tranquilo y dale otra vuelta. Piénsalo tú solo/-a. Otra vez.

En fin... hasta aquí hoy, que para algo el blog es mío y actualizo cuando quiero.

Nos vemos,

M.
















lunes, 25 de septiembre de 2017

PASOS

Hay pasos y pasos.

Hay gente que se pone a caminar y tiene claro el destino. La Zoe, por ejemplo. La Mechita sabe lo que quiere, cuándo y cómo. No es fácil confundirla. Es miedosilla pero le puede la cabezonería. Andaba yo huyendo de las avispas y ella tranquilísima protegida por su abuela -que es mi madre- jugando a cubrirse entera de arena. Al Ian le apetecía más corretear guiando las avispas hacia nosotras, convencido de su poder sobre ellas, carcajeándose.




Hay herman@s que necesitan un tiempo hasta entenderse y otros que no lo hacen nunca. Mi hermana y yo somos de las primeras. Ellos son de la categoría C. Dos y cinco años, se comprenden desde siempre. Ella lo idolatra y repite/amplifica todo lo que él hace. Él la adora y se enfada con quien la trata mal. Juntos son un par de trastos ingobernables. Separados son una delicia también. Hoy han pescado por primera vez (6 piezas) pero estaban más centrados en conquistar las dunas y proclamarse reyes del norte, conquistadores y soberanos de las avispas.

Luego, en casa, el Ian me ha contado que tiene una novia (Leire) y que le ha confesado que la quiere mucho. Su primer "Te quiero". Le he preguntado por qué la quiere y me ha respondido que no se acordaba (excusa patillera que usa cada vez que no quiere contar algo). Después me ha hablado de sus ojos y de lo preciosa y buena que le parece. Ella no le dijo que le quería pero a él no le importa demasiado porque es feliz sí o sí. Su futura profesión -hoy- está entre ser profe, policía o diablo (de los de las fiestas).


Orgullosa de los dos y de los pasos que dan. Ha sido un lunes casi domingo, gustoso y apreciado. Cada uno con sus cosas pero sonriendo todos, disfrutando del festivo, poniéndonos al día en arrumacos, confesiones y lindeces. Me voy a quedar con una última imagen que ha pasado casi desapercibida: El Ian, el Papa y el Matías, amor intergeneracional.




viernes, 22 de septiembre de 2017

CHARNEGA

Esta es la segunda noche de cacerolada. Hoy han sido 10 minutos menos que ayer, o sea, 20. Sin helicópteros por el momento. Salgo al balcón y hago recuento general de mi panorámica:

- Banderas: cuento aproximadamente 140 balcones y unas 20 banderas a favor del referéndum pero no explícitas respecto a su voto a favor o en contra de la independencia.

- Cacerolistas: 60-70%. Ya no hay sol y cuesta distinguir entre los que observan curiosos y los que participan. Igual es porque se me dan fatal las mates, igual es que la gente alarga el piti sintiendo la rauxa pero no quiere significarse, lo mismo es que se van turnando para sostener las ollas... En mi edificio sólo hay dos golpeando sartenes (2/10) pero nos encontramos, observamos y saludamos todos haciendo balconing catalán. Aquí convivimos en buena armonía ingleses, norteamericanos, argentinos, chilenos, tarraconenses, valencianos, pratenses, granadinos... Cada cual con sus cosas, todos con espíritu de vecindad siempre.

La última vez que yo recuerdo ver expresando un malestar general tan enorme, pasamos de las ollas a las manifestaciones silenciosas. Cubiertos y gargantas mudas plantando cara a los múltiples interrogantes: ¿Quién nos pregunta? ¿Por qué? ¿Para qué? ¿Quién nos escucha? ¿Cómo se nos interpreta? La conclusión que yo saqué de todo aquello fue que, para los poderosos de aquí y de allí, acabamos siendo como adolescentes que nadie toma en serio, digan lo que digan, PUTOS MOCOSOS. Me da en la nariz que se está jugando, otra vez, una partida de Risk privada. Me huele a que pringamos, otra vez, los de siempre. Da igual quien "gane", los ciudadanos de a pie venimos perdidos de casa. Leyendo y viendo las intervenciones de algunos políticos los últimos días, me da pavor pensar en el futuro. Entre la mayoría de ellos se guardan las espaldas y hacen juramentos de meñique sin pensar en ninguno de nosotros ni por un segundo.

La situación, en mi ignorante opinión, se resume en un cutre: ¿A quién quieres más, a mamá o a papá? ¿No estamos de acuerdo en que es una pregunta de mierda? ¿No es evidente que no saldrá nada bueno de un interrogante gigante que se pretende resolver con la elección simplista de A o B a mano alzada? ¿Quién cojones está a cargo de lanzar esas cuestiones tan mal planteadas a la comunidad? ¿Qué putos baremos piensan seguir unos y otros para calibrar las respuestas? ¿Es una puta broma? No sé, no sé, no sé, no sé... SÍ. Tiene que ser una puta broma de esas que luego te ríes un montón.

La que escribe nació en El Prat de Llobregat y se siente al 50% ciudadana del barrio de Sant Jordi y de Tetuán. Decidir entre catalanismo y españolismo me parece igual que meterme a comprar ropa en el Aliexpress: ininteligible y un gasto estúpido para mi bolsillo raído. Los nacionalismos son, para mí, básicamente una entelequia inútil porque nacer en un lugar X o a miles de kilómetros de lo que consideras tu hogar es una mera cuestión de azar. Entiendo, eso sí, que la idea reduccionista de las fronteras nos hace más gobernables. Las ovejas, de por sí, somos atractivas. Un lobo de vez en cuando y ya las tienes en vereda. Más ovejas, más lobos. Muchos lobos, pocas ovejas enteras. Y ahí estamos, descarriadas todas huyendo de los lobos de un y otro lado.






martes, 12 de septiembre de 2017

LA VUELTA AL COLE



El Ian viene a verme con el resto de familia. Los mayores hablamos sobre qué hacer antes de ir a cenar y él dice que no importa si vemos Gegants o no pero que no quiere ver más Castellers porque le parecen un juego de construcción con niños y eso no le gusta.

Empieza el cole en un par de días y la idea le parece tan apetecible como cualquier otra porque a su edad - y con su carácter-  todo es interesante. Le gustaría, eso sí, venir a una de mis clases para que le enseñe a silbar (¡!) y para, básicamente, cotillear un poco mi mundo.

La Zoe tarda nada en contarme de la villana de su clase que la empujó sin venir a cuento y es mala. Lo repite incansable y muy indignada. No me queda claro si se llama Lucía o María o Sofía. Algo que acaba en -ía y que hace que se prenda la Mechita al recordarlo. Prometo no olvidarme nunca de la afrenta, Zoe. Pst, pst  en unos años ni te acordarás de ella :-)

Las vacaciones (a ellos) y el nuevo trabajo (a mí), nos han sentado de puta madre. Andamos todos más morenos y muuucho más tranquilos. Como diría mi abuelo: "Así, ahora, parecemos todos de buena familia".

jueves, 7 de septiembre de 2017

SALVADOR Y EL ALMA

Contando granitos de arena hasta que vuelva.


Lo de poner a peña en pedestales, históricamente, nos ha llevado a la tortícolis o al lumbago medio/largo plazo.

Hay gente que adivinas bonita de lejos. Hay gente que huele bien. Hay gente que parece inteligente. Hay gente que, casi sin ni tocarla, promete ser atractiva, oler genial y ser muy lista. Es difícil que coincida todo pero pasa a veces. El más difícil todavía lo hace, por ejemplo, Salvador Sobral. Cumple lo anterior con creces y, además, se muestra divertido, rápido y bueno pese a todo. Eso se nota.

La mejor de la mejor de las suertes para él.




martes, 8 de agosto de 2017

PORT DE POLLENÇA

  Aquí y allí:

        En Port de Pollença no hay semáforos, ni una colilla en el suelo, ni casi papeleras, ni problemas para dejar la toalla en la playa y caminar en paralelo al horizonte sin reloj, a pelo. Quizá por eso por la noche viene el tipo con la máquina detectora de metales. Aquí uno se olvida de casi todo y echa de menos casi nada. Tampoco hay duchas públicas a pie de playa ni guiris antes de las 10h. ni después de las 18h. en la arena. 
Lo que sí hay es fauna voladora -he visto escarabajos con los que podrían hacerse los cachopos del futuro- y, también, párking mixto para bicis y colchonetas.





















√ Hay dos camareros estrella a destacar. El primero dice que no sabe de chicharras (móviles) ni de fisbi (Facebook), sólo de bandeja y childrin (niños). El otro se llama Juan y es un poco Ángel Garó con algunos kilillos de más y mucha menos soberbia. Me caen bien porque me dejan a mi rollo, me saludan cada vez que me ven sin que suene falso e incluso se preocupan por mi piel rojiza después de tantas horas playeando. No me gusta cuando hablan con sorna del Coletas o de la Trotona de Pontevedra ni cuando montan el show para el grupo de ingleses ni cuando se quejan de su situación laboral y ponen a parir al tipo que hace dos segundos estaba de risas con ellos.


√ Tengo a dos señoras a mi espalda con claras señales de curdación (curda + insolación). Asisto a una de esas de conversación basada en referir lo que ven, muy sorprendidas ambas de sus ocurrencias y observaciones, satisfechas de sus interesantísimas disquisiciones y peroratas, buenistas y complacientes (por lo menos de vacaciones). Llevan cada una medio Martini y dudo mucho que puedan subir las escaleras y llegar con todos los dientes a la habitación para la siesta. Hablan tan alto que acabo por enterarme de que son profesoras de primaria, tócate los huevos. Ahora entiendo el tono. Están rememorando un viaje anterior en el que una de ellas se enamoró de los abrigos sintéticos entallados de colores que llevaban las chicas allí y duda seriamente (y esto es literal) de si eso fue en Eslovenia, Austria o donde las drogas, Holanda o Ámsterdam. Confío en que la confusión geográfica sea por el peo que llevan en todo lo alto. Diez minutos de conversación sobre una prenda de ropa son, objetivamente, excesivos. No me queda otra que huir y volver a la playa. Aquí nadie hace topless, se me olvidó mencionarlo antes. 


√ Hay quien acopla su postura corporal y su toalla al origen de los rayos de sol. A mí me da pena perder de vista el mar y mi pareo nunca pierde el horizonte



























√ Padre con hijo preadolescente jugando a palas. El niño le da una paliza. Él marca dos tristes veces y lo sé porque lo oigo decir 1. ¡Tooooomaaa, pan con tomate! (estupefacción) y 2. ¡Tooooma, pastillas de goma! (ascopena). Si mi padre entendiera esta imagen que acabo de teclear, nunca más volvería a animarme a tener una familia "propia" (véase: salida de mi útero, educada por mí y mantenida con mi salario). Si de verdad lo comprendiera, me felicitaría por no haberlo hecho y por no tener la más mínima intención de hacerlo. No descartaría, ya puestos, que se autoflagelara un pelín una vez descubierto el pastel y vistas las cosas en perspectiva.

√ El que podría ser doble de D.Tennant se preocupa por su padre, un señor con una insolación de a mordiscos visible y, en efecto, alarmante. Llevamos dos días compartiendo sobremesa en la terraza y uno de piscineo y cigarras. El papá y yo hemos coincidido esta mañana en la piscina y la interacción ha sido algo así:
- ¡Hi! ñkjahdñkfjhasñkjdhfñksjh - inglés murmurado, casi conjurado, para dentro, cara de consternación por interrumpir mi ducha previa al piscineo, ganas de hacer amigos everywhere.... 
- ¿Ewwwhhh? It´s fine, it´s ok.... I´m done. 
- khdakfsjhdkfjhd jhbluyvytfcf iilj libliub hc uffuvhgv - adivino las excusas pero son inteligibles para mí.
- No worries. Thanks! - no sé por qué le he dado las gracias pero voy a poner mi cara más adorable y a meterme en la puta piscina de una vez.
- kdjhfaksjhd sdkjf skdjld dkfjd.... Have a nice day! - replica, tan camaleónico y abochornado que ni se notan las rojeces que tenía hace diez segundos. 
Y yo me meto en la maldita charca y el tipo me sigue, rompiendo el acuerdo no escrito por el que todos nos habíamos regido hasta ahora y que consistía en respetar el baño individual/familiar sin dar por el culo a nadie ni sobrepasar los dos metros de distancia mínimos entre persona y persona. Observo a mi alrededor tratando de no desentonar en este medio nuevo para mí. No voy a caer en la antropología lingüística, ni sirena ni sireno.
Me pongo el pareo y vuelvo con un sombrero de paja de ala larga que, bien usado, me protege los hombros y, al mismo tiempo, es una especie de señal para todo piscinista experimentado (B2 piscinitas). Viene a decir en su idioma: "Dejadme en paz, no vengo a hacer amigos pero no soy peligrosa y vengo desarmada". 

√ Entiendo lo mismo al sueco deshidratado que balbucea aturdido a la entrada de mi hotel que al de la ambulancia que lo atiende. La virgen que parió la ensaimada.




Gabriel Grimaldi es el nombre artístico del tipo que actuó la primera noche. Me gustó tanto que ni llegué a ducharme después del baño nocturno y me comí el concierto enterito apestando a algas y sudor. Patricia, de recepción, es fan acérrima y parece saber de variaciones de grises que acaban en amarillo.  Una dice José González y la otra cuándo, dónde y no importa.

Cada uno con sus merdolos y sus tesoros, todos dudando del Neon Bible pero tarareándolo, disfrutando. Hay que empezar por algún punto común, ¿no? Pues eso, yo rompo todos los papeles que sean necesarios.


miércoles, 2 de agosto de 2017

Canción de bruma


Canción de bruma

Valen más, 
todos valen más, 
más que tú 
y siempre más que yo. 
Quisiera negar tal afirmación 
pero ahora brumas soy 
y hay tanta densidad 
que no puedo ver de ti más que un extraño movimiento 
que aún no sé si es despedida 
y le sonrío a la silueta de un recuerdo. 

Canción de bruma. 

No hay lugar. 
Sin bruma no hay lugar 
donde usar nuestra intuición
ni electricidad si no hay fricción 
y en esta ambigüedad 
nace esta canción. 

Si en lugar de andar a tientas
por las nubes de esta tierra 
te dejaras guiar por el tacto 
de mis manos 
yo en respuesta te daría 
unos pasos de firmeza. 

Canción de bruma 

Fue un sol traidor 
de oblicua luz 
quien nos quemó la piel
mi tierra yerma
Si nacieran oasis en ti,
diría: 

Bruma ya no soy. 

Fui.

miércoles, 19 de julio de 2017

HOSTIA PUTA

Beatormo.tumblr.com


Desde que soy Tita, han sido exiliadas casi todas las frases de la foto. Las suelto, si acaso, después de echar un par de vistazos a los presentes, con especial atención a los seres de menos de 1.20m. Un lustro desde el último "¡Coño ya!" en público sin autocensura. A fuerza de cuidar lo que digo sin dejar de decir lo que pienso, he decidido condensar todo exabrupto verbal en un "Hostia Puta" apenas murmurado que lo incluya todo.


El Ian ha aprendido a bucear. Aguanta 12 segundos con la cabeza bajo el agua y la saca sonriendo a lo loco, casi tragando más agua en ese nanosegundo de éxtasis victorioso que en el proceso previo. Repite de nuevo. 14 segundos ahora. Hostia puta.

La Zoe se me acerca con cara de circunstancias y me pisa un pie con toda su intención.  "Me haces daño", le digo. Me suelta una patada sin dejar de mirarme a los ojos. "Ven, siéntate aquí conmigo que te voy a hacer un masaje". Sonríe dejándose hacer y, cuando paro, me da abrazos llenos de babas con olor a gelatina de postre. Hostia puta.

Para su cumple el Ian me pidió una camiseta naranja y una mochila de Spiderman.
- ¿No hay otra cosita que te guste más? ¿Algo que tú quieras mucho mucho mucho?
- No, Tita, eso me gusta.
- ¿Seguro? Vale, pues, además, si te gusta mi idea de regalo, vamos a ir al cine tú y yo juntos. Te lo prometí hace tiempo y ahora ya eres grande. ¿te parece bien?
- ¿¿¿Siiiiiii??? ¿¿¿Al cine los dos solitos??? - tiene los ojos abiertos a lo bestia y la boca en U alargada.
- Sí, sí. Los dos solitos al cine...  Para el próximo día tienes que pensar si quieres que vayamos en bus o en metro, ¿vale? ¡Y elegir la película!
- ¡¡Vale!! Tita, yo ya sé que quiero ver "El capitán calzoncillos" o "El bebé jefazo".
- ¡Ah, genial! Pues yo miro a qué hora son las películas y vamos a la que tú quieras... Pero, Ian, si se  te ocurre otro regalito más grande para tu cumple, me lo dices, ¿sí?
- mmmmmm ... ¡Ya lo sé! ¡Te puedes quedar a dormir conmigo!
Hostia puta, se te comen el corazón sin avisar.

Trasteando los tres en la habitación, todo empantanado de verduras de plástico, muñec@s, puzzles... La Zoe intenta peinarme con un coche y se queda el rizo enganchado:
- ¡¡¡MMMMIIIEEEEE.....!!!
- ¡Palabrotis! - me suelta el Ian, sorprendido.
- Uy, perdón, Ian.
- No pasa nada, Tita, no la has dicho entera. - responde convencido.
- Ya, pero la he pensado. - confieso con curiosidad.
- Es verdad. No lo hagas más. Te perdono. - magnánimo y cómplice, se ríe por debajo de la nariz. Hostia puta, tiene toda la intención de guardarme el secreto. Me descojono en previsión a lo que ésta anécdota puede significar y derivar en él. Todavía nos acordamos todos de su momento estrella. Yo no lo vi pero me contaron que fue algo así:

(en el coche familiar están Ian, Jaime y Zoe)
- Papa, te voy a contar un secreto. - dijo Ian.
- A ver, dime - y el cuñado prestó la oreja.
El Ian de 5 años recién cumplidos se acercó, puso una mano de parapeto para oídos ajenos inexistentes y murmuró:
- Gilipollas.
- ¿¿¿¿¿¡¡¡¡¡!!!!!?????
- GI - LI - PO - LLAS. - repitió silabeando. Clarísimo. A día de hoy, para él, un secreto es muchas cosas:
A. algo que no se atreve a decir en alto porque no se puede y él lo sabe. Por ejemplo: las palabrotas.
B. algo que le ha encantado y que no puede describir en palabras normales. Por ejemplo: la tarta de plastilina que le hicieron sus compañeros de clase por su 5º cumple en el cole.
C. algo que le produce curiosidad y que tiene que adivinar de momento. Por ejemplo: el día que insistía en probar mi café y me confesó en secreto que "El café huele a zanahoria caliente"
Hostia puta el bendito crío en su infinita inocencia.



Ayer fui con Zoe a buscar a Ian a la salida del Casal de verano. Le hizo ilusión verme y la idea de quedarse conmigo hasta que el sol se pusiera naranja.
- Mañana voy a ir a la playa en autobús y quiero que tú vengas a verme.
- Mañana no puedo venir, Ian, y a los profesores del Casal no les gusta que las Titas y las Yayas y los Papas vayamos a veros porque os despistáis... Además, mañana voy a cuidar a otro bebé pequeñito de un amigo mío.
- Pero, Tita, yo no me voy a despistar...
- Ya, tú no, pero es una regla para todos...
- ¿Y cuándo vienes otra vez?
- Mañana no, al otro. El jueves.
- ¿Y el jueves me harás caso? - HOSTIA PUTA
- Yo te hago caso siempre, hasta los días que no estoy.
Y se queda conforme lo justo. Sabe que es verdad. También sabe que le hago caso a él y a su hermana. Acaba de descubrir que le hago caso a otro bebé que él no conoce. No le está haciendo ni puta gracia el tema. No sé si sabe qué son los celos, no he escuchado que dijera esa palabra nunca. Quizá es sólo el miedo básico a que no nos hagan casito quienes nosotros queremos que nos den toda la atención, sin entrar en la comparación ni en el más que ni el menos que ni el tan como. Algo sucede que él ve gangrena donde hay una rozadura de zapato y ella va del modo Mechita Corta al modo Adorable Babosa. Yo creo que se quieren mogollón y están felices pero se están tomando las medidas sabiendo que uno es muchos unos depende de con quién está.  Lo entiendo, de verdad. Lo entiendo muy bien. Hostia puta, qué rápidos son.



Iró se despierta de la siesta y me encuentra a mí. La bajona, claro. Pasamos un ratuco Arturo, Iró y yo tanteándonos. Es la primera vez que la veo llorar con lágrimas. Se huele la tostada. Llegamos a la puerta de la guardería donde tienen la reunión Los Padres. Arturo, con la voz muy calmada, le explica que ella y yo (¡¡solas!!) iremos a pasear y que nos volveremos a ver en casi nada. Es la segunda o tercera vez en su año de vida que Iró se queda en manos de otra persona sin poder ver ni de refilón a sus Padres así que empieza a llorar porque la vida es muy puta a veces. Viene a ser un "Esta tipa es maja" pero "Esto, a mí, me lo han cambiao", #injusticia. Arturo me da un abrazo y yo prometo que lo llamaré si no consigo que amaine el drama. Empujo el carrito unos metros hasta el semáforo y, desde ahí, veo a mi hermano asomarse. Hace cinco metros que Iró no llora. Le hago la señal del OK con la mano y nos vamos las dos a recorrer calles con sombra, a merendar paraguayo, a hacer amigos de un segundo. Descubro que ya sabe comer sola, que le encantan los baches de las zonas en obras y parlotear sobre lo que va viendo. Todavía me acuerdo de la primera vez que la cogí: era tan pequeña que parecía que llevaba una chaqueta en el antebrazo. Ahora mismo tiene cara de irlandesa o vikinga: bien de ojazos claros, bien de cachetes blanquitos, bien de pelos rojos, bien de encías excepto dos dientecillos abajo.

Me la imagino a ella, dentro de muuuuchos años, y salto a un pasado cañí, alehop: Iró con voz de abuela mascullando entre los dientes algo tipo "El Ian es un mozo mu requetebién plantao, más bueno que el pan. Su hermana, la Zoe, una zagala mu bruta y mu salá. Mu güenos amigos míos, los dos. Mu güena familia, mu honraos." Hostia puta, el tiempo.

Cinco..... dos... uno. Estos futuros con calcetines de pasado tienen que conocerse y calibrarse. A su ritmo. Despacito. Hasta entonces, niños y niñas...


















The Fall (2008)



De esta peli nunca sé con qué quedarme. Véase: Lee Pace, su voz contando la historia (debería cobrar dos veces) y sus lagrimones como peras. La niña, su acento y sus carotas. Los cuatro amigos, los paisajes, la música, la Americana Exótica...

Todavía confío en que cuando no hay un Wallace, ni una mariposa, ni un amor romántico, ni misticismo, ni trucos, ni explosivos suficientes, ni ganas, ni agua, ni ceja que tocarse... vienen los elefantes para cruzar el mar, una niña (o más) con la dentadura justa para comerse gustosamente una naranja hablándote como si supiera y diciéndote dónde mirar, alguien que pone la espalda por ti, otro que corta la cuerda....  y acabas pasando de algo casi fúnebre a un rollo épico esperanzador y equilibrado.

Y hasta aquí llega la parida ociosa del día, niños y niñas. ¡Cuidarse! [Esto la RAE todavía no lo tiene contemplado pero, viendo el panorama, estará al caer]



¡Googly, googly, googly!







jueves, 29 de junio de 2017

LA MONA






La mona llegó el viernes pero llegó y eso es lo que cuenta. Vimos en la tele algunas procesiones y el Ian se quedó esperando a que tiraran caramelos las estatuas y, supongo, lo achacó a su "La tele es la tele" y hasta le pareció normal que no hubiera otras carrozas ni Reyes Magos. De eso va ser niño y en eso estamos todos de acuerdo. Que siga así, floreciendo. 



TRANSPARENTE



Creo que le puse tantas ganas a lo de ser transparente que ya me he quedado así. Me especialicé en transparencia y podría dar el máster ahora si no anduviera derritiéndome a la sombra. Se licua algo que tiene densidad o hablamos de magia.

Que no quiera ser cristal es el tema últimamente. Ya no tengo más mejillas que ofrecer.


No soporto más cristal y rabio en el punto materia con la que se puede ver a través, como si no existiera, ni pesara, ni tuviera forma, ni designio. Como si no importara.

El casi perfecto vacío mediante el que contemplar el cielo cuando juegas a atrapar nubes.

La nada sostenida.

La nada tocando las puntas de mis dedos,

Mis dedos siendo nada.

Subo la apuesta:

no soy nadie.



Siento que apenas hay otredad que riegue mis raíces. vegetal y cristal a la vez. Básicamente un holograma. Si quieres, le das al Play. Fácil, ¿no? Probablemente demasiado.



Sé cosas que no siento. O sea: algo vs nada.

Dice mi hermana que hay que soltar las cosas, que guardar las formas no es bueno si no se cuentan los puteos en voz alta, si no se discuten, si no se caga uno en su puta estampa con todas las letras y en mayúsculas. Me parece que el mensaje es el que hay y el que es, lo grites o lo mires o lo sientas... He de decir, también, que uno ve lo que le da la gana y cuando le rota pero que tú lo veas ahora no implica que antes no existiera. Existió y no lo viste venir. Existió y te dio lo mismo. Existió y lo viste pero no le diste importancia. ¿Que era eso?¿Existió? Meh, siendo generoso.

El día en que esta nada pete, se quedarán los pájaros cantando sobre purpurina acristalada, reflejando  justamente nada ni de frente ni desde atrás. Nada en las comisuras interiores tampoco. NA. DA.

Hasta entonces, Phil Collins, los lesbianos, Coque y otros amigos tararean y se carcajean conmigo, cómplices. 27/06/2017







La C8


Pues resulta que sí. Mi médica de cabecera no lo tenía nada claro. Se puso a leer los resultados de unas pruebas que me había pedido. Fue algo así:

- La C8... ¿la C8 existe? - Dra. Z. herself.
- Mmmm... estará debajo de la C7, ¿no? - dijo su pupila tirando de sentido común y sudando de la vergüenza ajena.

Y el paciente se queda ahí, como un conejo mirando las luces de un coche acercándose. Respira lo justo como para que pase el tiempo necesario hasta llegar a la indignación y la exigencia. Se harán pruebas que constaten atascos en la C8 y que demuestren, de paso, que está ahí.

Casi dos meses de médicos, de exámenes físicos que incluían agujas y descargas eléctricas, de ecografías al corazón que confirmaban el bloqueo, de mil veces no a pastillas acabadas en *pam que me dejan tontísima y con dolor de cabeza, de demasiadas veces rechazar "ansiedad" como animal doméstico porque, en serio, no tengo intención de adoptar ninguna mascota... hasta llegar a la conclusión de que sí, pasa algo, no me lo invento, hay C8, amig@s.


Lo de ponerle nombre ya me cambia el tema mucho. Tengo cita con F. la próxima semana. Ni me estoy muriendo más que el resto, ni me estoy flipando a lo grande. La C8 se manifiesta.


La vida es mucho mejor ahora. Hay días que duermo seis horas del tirón. Un verano fatal es una forma de acertar.


miércoles, 26 de abril de 2017

Fall 2015 - Spring 2017


Fall 2015 (B.D., in memoriam)

El tiempo es una cosa curiosa. Todo depende del momento y el acompañamiento. Oxímoron. Instantes eternos y meses rápidos como parpadeos.

Parece que dentro de un mundo gigantesco con trillones de especies, millones de humanos y miles de personas con las que te cruzas día a día durante el año... parece que no va de un ser humano más o menos. Pero sí.

Falleció B. D. hace dos días. Dejó un cuerpo muy joven y a infinidad de amigos que lo apreciaban. La verdad es que era un tipo entrañable, muy inteligente y muy divertido. Me enteré por FB y ando procesando la información. Tengo una imagen: invierno, descalzo en mi clase, carcajeándose y bostezando a la vez. Recuerdo haberle echado la bronca por no entregarme X y ver cómo se le ponía roja la nariz y le brillaban los ojos. Aquel día me contó algunas historias y varios miedos. Al final de la conversación nos dimos un abrazo corto y rápido pero efectivo. Me quedo con eso. Su último email tenía como asunto "Semestre divertido" y eran seis líneas de agradecimientos en español fechadas a 21 de diciembre de 2015. Lo sé porque lo he comprobado y releído varias veces hoy. "Volveré pronto", dice al principio de la tercera frase. Y yo lloriqueo y moqueo en ese punto, cada vez, y es lo único que puedo hacer sin hacer, sin voluntad.

Hace día y algo que debería haber tenido listas las notas de mis estudiantes de este semestre pero es coger el Pilot verde, sacar los exámenes finales y que se me atrofien los dedos.

Fueron cuatro meses. El tiempo es una cosa muy curiosa.
Y muy injusta.
Y muy puta.









martes, 11 de abril de 2017

Todos conocemos el final ("Tierra de Campos", David Trueba)

 Me encanta amanecer leyendo. Lo de hoy es esto:





todos conocemos el final

Todos conocemos el final. Y el final no es feliz. Es curioso este cuento, porque sabemos el desenlace pero ignoramos el argumento. Somos visionarios y ciegos al mismo tiempo. Sabios y estúpidos. De ahí nace ese malestar que todos compartimos, esa sospecha que nos hace llorar en un día gris, desvelarnos a medianoche o inquietarnos si la espera de un ser querido se alarga. De ahí nace la crueldad desmedida y la bondad inesperada de los humanos.  De ahí nace todo, de conocer el final pero no el cuento. Extrañas reglas de juego que ningún niño aceptaría. Ellos piden que no les cuentes el final. Ignoran que conocer el final es lo único que te permite disfrutar del cuento.

Hay un  coche de muertos a la puerta de casa

Papá, y la palabra resonaba al fondo de la cueva de mis recuerdos. Papá, y era mi voz. Papá, despierta, y luego era la voz de mis hijos. Oto, vamos, despierta. Yo dormía. Y cuando duermes te sumerges en un pozo oscuro y profundo donde el tiempo es todos los tiempos acumulados. Eres entonces el niño y el adulto, todo un yo completo sin transcurso, soy Dani Mosca en trescientos sesenta grados a la redonda. Despertar es situarte en el lugar indicado del calendario, volver a la marca. Pierdes entonces el privilegio de abrazar fantasmas, de desplazarte por la autopista invisible de los sueños, donde nadie te multa porque no está limitada la velocidad y las indicaciones llevan a ninguna parte y a todas partes.

Y en la mejilla los besos de mi hijo. Ryo seguía besándome sin importarle cumplir años. Tenía nueve y daba besos de nueve años, dulces, húmedos, largos. Maya se sentó en el colchón, noté su peso cerca de los pies. Ya no me besaba tanto. Para ella los besos empezaban a ser cosa de niños.  Y no hay cosa que más deteste una niña de doce años que las cosas de niños. ¿Por qué sucede siempre así, que uno de niño tiene prisa por hacerse mayor? El verano pasado miré a mis hijos jugar felices con la arena de la playa  y pensé: ¿cuándo dejamos de hacer castillos al borde del mar?¿cuándo cometemos ese error? ¿Cuándo aceptamos la petulancia de que eso es cosa de niños? A lo mejor nunca dejamos de hacer castillos de arena al borde del agua, solo que ya no los llamamos así. Igual que por ser padres no dejamos de ser hijos.

Debían de ser las siete y media cuando me metí en la cama, en toda una declaración de que esa mañana  no iba conmigo. Y, apenas cerrar los ojos, mis hijos al oído. Oto, Oto. Cuando están cariñosos mis hijos me llaman Oto, que es la palabra japonesa para decir papá. Duermen al otro lado del jardín, en la casa, que ahora es la casa de Kei y de ellos, y que fue nuestra casa. Yo acabé viviendo en el estudio, separado, al otro lado del patio frondoso, como un invitado de larga estancia. Cuando los bohemios os divorciáis tenéis etas cosas, me dijo Petru, que es un rumano castizo y tatuado al que recurrimos para cualquier reparación. Él instaló la ducha en el estudio, la diminuta cocina, y abrió hueco para meter mi nueva cama y crear un espacio íntimo, aislado del resto de las máquinas, la mesa de mezclas, el ordenador, el teclado, las guitarras, los cables. Donde vivo.

Bohemio es una palabra que ya nadie usa, pero es perfecta para definir a quien regresa pasadas ya las siete de la mañana y se echa a dormir en un estudio de sonido sobre un futón que no levanta ni cuarenta centímetros del suelo. Ludivina, tan rumana como Petru,  nunca dejaba a los niños durante las vacaciones escolares cruzar a mi estudio antes de que yo diera signos de estar ya despierto. Pero ella no decía que yo era un bohemio. Ella me justificaba. Sabía que un hombre solo es como una pelota sin dueño.

Kei andaba de conciertos y no regresaría hasta el martes. Pero la cuestión era saber a qué día estábamos. Finales de julio, eso seguro. Cuando hay colegio, Ludivina les prepara el desayuno y los envía a despertarme. En agosto se irían a Japón, con su madre, para pasar veinte días con los abuelos en Okinawa, en las playas de Motobu, y a mí me gustaba disfrutarlos ante la perspectiva cercana de su ausencia. Ludivina nos ayuda con los niños desde hace años y se permite confidencias como asegurarme que un día Kei me lo perdonará todo y yo podré volver a cruzar el jardín e instalarme en casa de nuevo.

Nacho, que toca el saxo y se suele ocupar de los arreglos de la sección de vientos en nuestras grabaciones, dice que quien lleva a  los niños al colegio por la mañana es un puto esclavo. Pero se equivoca. Por la mañana los niños están  frescos, recién regados.  A Kei le espanta madrugar y prefiere que sea yo el que los lleve. Sabe que yo me despierto temprano, que ya nunca duermo como antes. Tengo miedo a dormir demasiado seguido, demasiado profundo.

A mi hija Maya le resulta trágico llegar tarde al colegio, así que a veces tomamos un taxi para ese trayecto que a pie no lleva más de quince minutos. A Ryo le gustan los taxis, sobre todo si llevan bandera de España colgada en el retrovisor.  A los niños le encantan las rutinas, decir y hacer las mismas cosas siempre, puede que tenga que ver con su pánico a lo imprevisible. Cuando Ryo ve a un taxista con la bandera le gusta que yo le explique el mismo cuento.

Es la historia de un taxista que lleva muchas horas al volante y de pronto ha olvidado dónde está, qué ciudad es ésta y hasta quién es él y en qué trabaja. Entonces mira al asiento de los pasajeros y los ve a a ellos, a Maya y a Ryo, a dos niños japoneses, y alarmado piensa que está en Japón, y el tipo no tiene ni idea de decir una sola palabra en japonés, entonces se agobia, porque nada agobia más a un español que dejar de serlo y de pronto, zas, ve la bandera colgada del retrovisor y se dice ah, sí, soy español, ufff, qué alivio. Este cuento, que explica por qué los taxistas llevan la bandera española colgada del retrovisor, se lo tenía que contar a Ryo en cada ocasión.. Le bastaba con señalar la banderita para exigírmelo. Yo lo contaba muy bajito para que los conductores no lo oyeran, aunque a veces por las risas de mi hijo trataban de enterarse de lo que hablábamos.

Me gusta imaginar a mis hijos cuando sean mayores. Ojalá no les desaparezca  nunca del todo la cara de niños. Son tristes las personas a las que no se les puede adivinar la cara del niño que fueron, y más triste aún esos niños que ya tienen la cara del adulto que serán.


"Tierra de Campos", David Trueba

jueves, 30 de marzo de 2017

Picasso 1 - Ian 0 -Tita puff



Le había prometido a Ian que nos veríamos hoy en el museo Picasso. Él se lo había explicado estos últimos días a Yolanda tan emocionado que le han tenido que recordar esta mañana que no se podía soltar de la fila para darle un beso a la Tita, ni pararse para hablar, ni nada. Si me veía, podía saludarme de lejos. Y ya. OK.

He salido de mi clase y he trotado hasta allí pensando que lo encontraría en la entrada de grupos. Pero no. He sacado mi carnet de docente y, ya dentro, le he contado al primer uniformado que he visto que, como profesora, estaba interesada en hacer alguna actividad en el museo con mi centro y le he pedido que me indicara el recorrido de los tours infantiles. Sin pensárselo ni dos segundos me ha respondido formalmente:

- Debo admitir que no hay, como tales, visitas preparadas exclusivamente para niños. Es una carencia de este museo de la que somos conscientes y en la que estamos trabajando.

Le he dado las gracias y me he ido a recorrer el museo a ciegas buscando a Ian. He descubierto a cinco grupos infantiles pero ninguno incluía a mi sobrino. Me ha parecido una buena idea dar vueltas por las instalaciones del museo y hacer tiempo hasta encontrarlo.

A la segunda vuelta, el muchacho uniformado me ha parado para ofrecerme gratuitamente una audioguía y así determinar si sería adecuada para mis estudiantes. A la tercera vuelta me ha sorprendido dándome un papelito con el número de teléfono de la persona que lleva las visitas de colegios, asegurándome que ella podría darme más información sobre el edificio anexo al que llevan a los niños para hacer actividades didácticas relacionadas con el arte.

En la cuarta o quinta vuelta me he encontrado a un grupo de mi propia escuela. Bochorno disimulado. He saludado en plan Letizia de incógnito y he salido a investigar las entradas y la ubicación del edificio secreto dedicado a la didáctica. He hablado con un señor de seguridad que parecía un pelín molesto con mi tentativa de cruzar la acera sin señalizar de ninguna manera que hay entre los dos edificios. Le he enseñado el carnet de docente y me ha soltado que estaba invadiendo una propiedad privada. He valorado rápido pero profundamente el soltarle un zasca demoledor y, al final, he acabado tomándome un café pacíficamente en la plaza que hay frentre a los dos edificios. Nos hemos estado mirando de lejos un buen rato. He constatado que trata igual a cualquier paseante. He reconfirmado, también, que no hay ninguna señal que prohíba el paso en esa zona.

En Barcelona hoy es verano y los guiris van en tirantes y sandalias (¡¡sin calcetines!!). Yo me he quitado la chaqueta, luego el jersey y he acabado arremangándome y sudando a lo loco recorriendo por última vez el museo y varias veces el parque de la Ciudadela y parquecitos aledaños. Sin suerte.

He hablado con Ian hace unos minutos. Él tampoco entiende cómo no nos hemos visto hoy y me lo ha repetido en bucle gracias a la conexión de mi teléfono. Mofletes y antebrazos colorados. Sobrino descontento/indignado.

Historia de cómo un jueves empieza tirando a muy bien y acaba en bluff. 

martes, 28 de marzo de 2017

Buenos días, Rusia



Resulta que este blog ha superado las 30.000 visitas. Yo no lo he asimilado todavía y, justo por eso, he empezado a investigar en un ratín libre y he llegado a varias conclusiones:


1. ¿Quién se ha ido a Rusia con el frío que hace allí y no me ha avisado? Es el tercer país con más visitas de este blog y, lo confieso, estoy muy muy muy intrigada. Manifiéstate, persona rusa, y te invito a unas cañas cuando quieras. De Togo tuve una visita el mes pasado y está más que invitad@ a lo que quiera, faltaría más.

2. Love of lesbian, Egon Soda, Iván Ferreiro y Mi Capitán han sido un cebo bastante potente, sin pretenderlo ni ellos ni yo. Parece ser que hay quien llega hasta aquí para leer la letra de tal o cual canción (¿?) Bienvenidos todos y gracias a los autores, claro.

3. Lo tengo abandonado, pobre. Es que estoy a otras cosas, niños. ¿Qué cosas?  -preguntaréis-. Pues cosas mías (maicosas, JA!) que no se deben poner por escrito porque o son horriblemente aburridas (tipo el Richard me hace mal los verbos irregulares y he llegado a pensar que me odia profundamente y que, quizá por eso, a mí tampoco me cae muy bien aunque, no sé, lo mismo soy yo que tengo tendencia al drama y el niño está encantado con lo que ha aprendido, que no se le ve sufrir ni se queja ni Zzzzzz...zzzz... ), o cero relevantes (véase: tengo que teclear un documento para mañana que explique como hacer la @ en el teclado qwert europeo y que sea entendible para los otros continentes. Apasionante. ) o, directamente, estúpida y divinamente surrealistas (por ejemplo: me he comprado un par de piedras para calibrar energías y no creo mucho en ellas pero me las compro y me las meto en el bolsillo que algo harán). Un saludo desde aquí al Richard, a quien inventó la arroba y la vendió en España como Ctrl+Alt+2 y, of course, a Neus (A.K.A. Cuarso Roza).









4. Los Zoan son lo más y, lo son tanto, que han conseguido hacerme parecer humana. Flípalo. En serio, me sonríe/habla/besuquea gente que no conozco porque soy LA TITA.  Es curioso cómo cambia la percepción de la gente y la nuestra hacia nosotros mismos con el tiempo, ¿no? Como quiero que Zoe aprenda a expresarse amablemente con el resto del mundo, empiezo yo y le doy ejemplo. ¿Me apetece darle una colleja a la niña rubia que, sistemáticamente, le quita los juguetes y la araña? Pues claro que sí, pero no. Todo el mundo a respirar y a equilibrar situaciones, reacciones y consecuencias.

5. Escribir de nuevo en papel se está notando aquí. Lo de la tinta y la hoja en blanco tiene mala prensa pero cunde. Me siento más libre a la hora de expresarme. No hay público ni constancia de mis letras y eso está muy bien. Puedo escribir, por ejemplo: "La rubia me intenta torear cuando me dice X, Z e Y... quiere tangarme, la hdp... "  sin pensar en que el contexto es demasiado evidente, sin arriesgarme a lo loco. En privado pongo nombres y hasta apellidos. Se queda uno muy a gusto soltando lo que sea sin activar el filtro. Se camina luego con más ligereza. No estoy en el punto de la escritura automática PERO.

6. Mil gracias a todas las personas que visitaron este blog por voluntad propia. Más agradecimientos a quienes escribieron comentarios y los dejaron por aquí o en FB o los hicieron en persona. Supongo que este 2017 me dará como para publicar (de escribir de manera pública) algunas cositas de los Zoan, uno o dos textos de "Hacienda me roba" y otro par de "La rubia y sus pajas mentales". A corto/medio plazo haré, como casi siempre, lo que me salga del ñoco. A largo plazo, también.

Un abrazo, leyentes ;-)