viernes, 12 de octubre de 2018

B2.1



Si me hubieran dado 1 euro
por cada vez que recordé algo absurdo de mis estudiantes
me habría comprado una casa hace años
(si hubiera aprendido a ahorrar, claro)
Nadie en mi familia debería nada a los bancos
y yo disfrutaría yendo con ellos a cerrar sus cuentas
y enseñándoles el dedo corazón al firmar.

Si hubiera cobrado un céntimo
por cada error corregido, analizado y explicado,
hubiera podido dar la vuelta al mundo un par de veces ya como mínimo.
Si hubiera sido infalible,
no habría estudiantes que repiten año tras año.
Por suerte, soy tenaz y ellos también.
Cada uno de esos céntimos lo destinaría
a viajar, a conocer, a probar y a equivocarme.

Si me dieran dos céntimos
por cada minuto extra que dedico a mi trabajo
-ahora también, después de 15 años-
sería asquerosamente rica
y abriría escuelas gratuitas por todo el mundo
y me iría con el Ian y la Zoe a probarlas
y aprenderíamos idiomas, cultura, humanidad…
y seríamos mejores personas en el futuro
y, si no me equivoco, muy felices antes, durante y después.

Si me hubieran regalado una moneda de 10 céntimos
por cada vez que tuve que repetir algo que ya había explicado
(50 céntimos por algo explicado menos de cinco minutos antes)

por cada vez que tiré de paciencia
por cada vez que solté una sonrisa en lugar de un zasca
por cada vez que escuché  con buena cara un drama que era evidentemente una excusa cutrona
por cada vez que alguno habló en algo que no era español…
no tendría un móvil patata
ni compartiría piso
sabría cosas pero no de oídas
comería sushi el 70% de los días
pizza el 5 %, paella otro 5 % y sorpresa el resto.

Si ganara cinco céntimos
por cada vez que lucho contra los elementos
-          Opción A: es lunes y tengo sueño
es martes y anoche fue Happy Mondays
es miércoles y todos sabemos que es un día estúpido
es jueves y no me concentro porque ya estamos casi terminando
es viernes y, honestamente, me perdiste hace rato-
-          Opción B: tengo muchas clases
puedo entender pero no hablar
puedo escribir pero no hablar
puedo hablar pero no escribir
y así hasta el infinito.
Dramas ad aeternum.
-          Opción C: tengo visita esta semana
trabajo mucho
duermo mal porque hace calor
la gente aquí habla catalán y no entiendo nada (¡!)
me robaron hace dos días
estoy de vacaciones
llovió y me quedé en casa.

…. Como os decía, si ganara algo
por cada vez que escucho una excusa patillera,
mis sobrinos tendrían paladar gourmet
y el resto de pasta la invertiría
en buscar remedios a dolencias
tan comunes como las almorranas
tan exóticas como el Chron.

Si me hubieran dado un abrazo
por cada vez que aprendieron algo (el tamaño no importa)
por cada clase en la que se rieron
por cada día que valió la pena,
seguiría teniendo telarañas en la cuenta del banco
pero estaría contenta casi 24/7.

Si yo hubiera pagado 1 euro
por cada sonrisa de mis compañeros,
por cada plátano desaparecido de la cocina,
por cada café americano con o sin hielo,
por cada ratito amable en comunidad de antes y/o después…

(Melissa Lozada tiene parte de culpa)



Mi balance real a día de hoy: Abrazos profe-estudiante y profe-profe, camiseta nueva, sonrisas everywhere, carcajadas de enseñar hasta la campanilla y que te falte el aire, confesiones, buen rollo general. Me siento como mis chicos cuando entienden, por fin, los pasados o la diferencia entre ser/estar.. esos ojos que parecen nuevos, esa sonrisa de superviviente, esa cara mezcla de cansancio y satisfacción. De alguna manera, después de no sé cuánto tiempo, he llegado a B2 de contentismo -no de contentarse, sino de estar contenta, contenta (x2) - y lo estoy disfrutando. Click.

martes, 31 de julio de 2018

BENYSOL






En la película «Zoe» (2018) cada cual ve un tema. La tecnología, la amistad, el amor humano/máquina, el amor en mayúsculas y a secas, el sexo, la ciencia emocional...

Lo que más me flipó de la película fue, por un lado, que Cole, el presunto experto en aplicar emociones a robots, fuera incapaz de reconocer y gestionar las suyas propias y, por otro, el Benysol, una droga azul fluorescente que se bebe y te permite experimentar enamoramiento durante unas horas. Ideal, o así lo venden, para matrimonios con muchos años de convivencia a sus espaldas y para personas solitarias que buscan sentir sin complicarse. No puedo ser la única rancia que vea el problema. Estadísticamente es imposible.

Vamos a ver. ¿Te imaginas estar enamorado de un alguien durante unas horas? ¿Cómo debe ser eso de que se te pase el efecto y veas claramente que la otra persona no te interesa lo más mínimo y, además, te cae mal? ¿No es lo que algunos ya hemos vivido pero acelerado y multiplicado hasta el asco? ¿Querríamos repetir planchazos? ¿No provocaría el efecto contrario al inicial deseado, el sentirse más solo? ¿Si no es real, existiría? ¿Hablaríamos de masturbación emocional?

Hacia el final nos insinúan que hay seres que son Benysol o que lo llevan incorporado en su manera de ser y que junto a determinados seres provocan algo similar a los síntomas del amor (la sensación de calma y confianza, la expresión física sincera de esa emoción, la bondad, etc) pero que son casi invisibles y quien los ve no los piensa reales. 

La he visto dos veces y tengo claras dos cosas. 1. Incluso en pelis así la heterosexualidad se impone. 2. Huiré del Benysol y derivados en cuanto aparezcan.

Llegué a la peli por el título y me quedé por todo lo demás. 



P.D.: lo demás incluye temporada alta de curro y neuronas fritas aunque juro por Ewan McGregor que tiene un visionado. No está al nivel de "Her" pero la compro igual.

lunes, 23 de julio de 2018

DE CAFÉS y PERDONES pendientes



Leña preparada para ser quemada -troncos antes recogidos y apilados-, mechero, tiempo y ganas. Me gusta cómo huele la madera al cortarla y, también, al prender. Me encanta el chisporroteo, el calor y el libro "Farenheit 451" (por lo interesante/peligroso que encuentro lo de controlar temperaturas y conocimientos y porque vi la última adaptación en largometraje anoche mismo).

De café entiendo poco, la verdad. Esta que escribe es de americano con hielo y dos de azúcar esté dónde esté y sea la época que sea. Supongo que no tengo muy desarrollado el paladar. La opción B es NO café y eso significa que hay cafés que nunca se darán, que no llegarán a ser jamás. No admito leche, ni sacarina. Pocas cosas tengo claras en la vida y una es cómo me gusta tomar el puto café.

De cafés pendientes sé algo y lo poco que sé me ha costado mucho entenderlo. Mis conclusiones son estas:

- Asume tus mierdas y no abones las de nadie.
- No hay nada más que hablar de momento. Por eso está archivado, generosamente, como pendiente, esperando a que amaine la tormenta, a que las ideas se ordenen, a que los sentimientos dejen de dirigir el cotarro.
- Del futuro nadie sabe pero, si quieres tener una opción, no des por culo y tira las millas suficientes para que nadie más se pringue.
- Evita a los intermediarios, los whatsaps, los ombligos, las indirectas, la sensiblería y los caminos de cabras. Poco bueno y fiable se puede obtener con esas bases.


En las últimas semanas he tomado cafés virtuales con amigos de EE.UU., de Alemania, de Polonia... Ayer mismo me tomé un café con dos amigos, una en Korea y otro comiendo en casa de unos ucranianos. El café pendiente tiene ese plus de haber sido postergado y ese drama de querer pero no  porque tú X y yo X y, al final, mejor otro día que hoy no soy persona, he agotado todos mis ahorros en materia de paciencia y me caigo fatal.

Pues eso, poco a poco y tiempo al tiempo. Primero tienes que encontrar los árboles, sacar el rato para decidir qué ramas cortar y hacerte con la herramienta. Luego hay que llevar los troncos y la pinaza cerca del futuro fuego y dejarlos secar para que después, cuando sientas frío, prendan bien. Si eres precavido, tendrás al lado, también, periódicos viejos y cerillas. Y puede pasar que, habiendo seguido todos los pasos, aparezca alguien y conecte la calefacción con toda su buena fe. ¿Qué hacer en esos casos?¿Paredón al inconsciente que se cagó en nuestra artesanía del fuego? Todo ese proceso que nos llevó años aprender se repite casi igual con algo tan simple como el café: ¿Guerra eterna a quien le ponga leche de soja/avena/x? ¿Mentar a la madre de quien inventó la puta Nespresso? ¿Tortura medieval para quien se sacó de la manga la sacarina del averno?

Estas últimas semanas he tenido muy presente en mi cabeza a alguien que, de repente (según mis coordenadas, claro) está tirando de maquinita, leche aguada y stevia. ¿Debería haberle metido una colleja el primer día que me invitó a café sacado del cachirulo eléctrico? ¿Tendría que haber escupido en su mejunje stévico y hacérselo tragar? ¿Merece que le meta leche de soja por las orejas cuando me dice que esto así es, indudablemente, lo mejor para todos? Igual sí, pero no lo hago porque lo primordial, para mí, es el clan del Colacao. Le doy vueltas, vueltas y más vueltas y lo que saco en claro es que yo nunca pedí ese café (ni lo quiero así), ni lo preparé para mí ni para nadie, ni aceptaré tomármelo ni deseo que se lo tome otro.

La empatía es muy chunga porque, aplicada a full, uno tiene que ponerse en el lugar de otros  ¡¡Y AL REVÉS!! Y eso significa que, a lo mejor, la respuesta que buscabas no era esta, pero ahí la llevas, te la comes igual, entra en el menú de hoy. En este caos general, la duda ofende y ofende tanto que empiezo a dudar de todo. ¿Será cierto que el Nesquik es una opción? Meses atrás no hubiera sido ni pregunta. Ahora que nos quitamos las máscaras... yo ya no sé.

De perdones tengo recuerdos chocantes. Para muestra, un botón: Mi madre, que se enerva cada vez que soy educada en un sitio público con el personal del servicio. Mi cerebro, que me recuerda cada tanto una vez en que otro lo dijo por compromiso cuando yo necesitaba de verdad la disculpa.

Por ir resumiendo, las ausencias y las presencias son necesarias. Dar la cara es importante. Echarle morro, también. Se me ocurren algunos motivos por los que deberíamos hacer un café de una puta vez y, multiplicados por un millón, los que justifican mi negativa. Sin rencores. Es sólo que no lo veo.






miércoles, 6 de junio de 2018

RECOSAS I






IMBD es casi una Biblia para mí. La consulto a diario porque tiene montones de información y me encanta saltar de nombre a nombre en modo aleatorio. Estas últimas dos semanas, dado el panorama seriéfilo, me he dedicado a ver obras basadas en libros y/o relacionadas con gente que sabe escribir. No tengo memoria exacta de la carambola que me ha llevado a "El conde de Montecristo" pero sí que, en algún momento, coincidió Jeremy Irons con Guy Pierce y descubrí que el primero es británico y el segundo australiano... ¿sabes esos momentos en los que todo tiene sentido? Pues eso... Lo que me inquietaba de Memento  ¡¡era el prota surfero!!

La peli es un MEH muy grande que va de un pardillo que aspira a capitán de barco y se pasa la primera hora de metraje volviéndose hipster mientras lucha contra historias que nos dan absolutamente igual y aprende gracias a un yayo que es sabio universal y lo mismo le enseña a usar la espada que a contar baldosas o a filosofar sin que se le vea el venir de lejos.

Luego, en la segunda hora y once minutos, escapa del postureo. Esa parte no se ve pero se afeita y huele a Varon Dandy que tira patrás. El tipo se va a buscar justicia y el último ratuco nos lo pasamos viendo a malos y buenos tirando a los extremos taaaanto que quieres ponerte a repartir collejas sin más y tienes que recordarte que llegamos aquí por casualidad -sin ánimo de hacer daño- y que estamos a tiempo de darle a la X y eliminarla. Lo ideal sería sacar alguna moraleja cutrona de esto pero no pinta bien, la verdad.

Total, que estoy tendiendo la ropa cuando, de repente, llega el final: todos se abrazan. Sé que algo se me ha escapado porque hay caras que no reconozco. ¿Voy a darle patrás? Noooo, no voy a darle patrás. Ya cumplió su cometido, ya fue.

Mañana el Ian cumple 6 años y desde ayer tiene un diente menos. Tengo tres libros que envolver y varias excusas que inventarme por el Sr. Pérez. Todo bien. 


P.D.: Ángel Sanchidrián es el jefazo máximo en las sinopsis de cine.  Visitad sus perfiles, comprad sus libros. 





viernes, 25 de mayo de 2018

MATRIX

Hoy he dado clase por primera vez a un grupo NEO que, en realidad, tenía alfas y neos. ¿Neo? ¿La tipa esta nos va a hablar de Matrix? Pues no, pero la tipa (que soy yo) ha pensado en el mismo chascarrillo y ha tenido una suerte de epifanía que le parece explicativa a la par que ilustrativa. Allá vamos.


Definición cutrona del estudiante NEO: sabe coger el boli o el lápiz, conoce algún alfabeto y está poniendo todas sus ganas en que lo que escucha en su cabeza se vea representado en papel. Más o menos es eso. Yo también me siento NEO en esto así que, probablemente, modificaré esta entrada según vaya aprendiendo.

Me he metido en clase con esta idea en la cabeza:



Me he presentado y he pasado un papel en blanco para que escribieran su nombre y firmaran. Lo he explicado varias veces según iban llegando y ocupando sillas. 




En sus ojos, veía esto:


Imagen de las conexiones neuronales del estudiante Neo mirando la hoja en blanco mientras piensa: ¿Nombre?¿Nombre familiar?¿Apellidos?¿Primer nombre o apellidos?¿Y si solo tengo un apellido?¿Mi nombre real?¿En qué alfabeto?



Quince minutos después tenía, mínimo, dos ritmos que manejar: A. el grupo de Neos que se ponía las gafas y tiraba de actitud haciéndose paso entre billones de ceros y unos y B. los Neos circenses que ya dominan la programación básica del lenguaje y que son capaces de parar, coger aire y ponerse al lío cada cual con sus dificultades a sortear pero con una seguridad mínima.


En el rato que unos (los B) necesitaban para escribir 10 frases completas, otros (los A) habían escrito -esforzándose mucho- seis palabras sueltas. Lo que oralmente algunos entendían sin más, otros necesitaban de repeticiones (x 3/4) para empezar a intuir la instrucción. Hablamos de personas con una capacidad intelectual alta o media que no escriben porque no han aprendido a hacerlo en este alfabeto todavía o sí pero les cuesta o, simplemente, no tienen con qué. La nivelación en los cursos es importantísima y, en los niveles iniciales, aún más. 

Profe con buena voluntad en un grupo desnivelado intentando seguir el plan de clase mientras esquiva preguntas que no vamos a resolver de momento.

A mí, la clase de hoy me ha flipado. Eran 17: un par de señoras, algunos chicos maduros y bastantes saliendo de la adolescencia. Acostumbrada a otro público, he hecho una lectura rápida inicial de mis estudiantes bastante equivocada. Esto es: los de los brazos cruzados y la postura de malote han resultado ser estudiantes Alfa lidiando con su frustración por no saber expresarse en mi idioma de manera oral/escrita. Tras un par de situaciones de reconocimiento mutuo, han sido los primeros en aprenderse mi nombre y usarlo con seguridad.


Morfeo: ¿Quieres aprender español? Si quieres aprender, coge la píldora azul y yo te enseño lo que tú quieras y lo que crea que necesitas. Prometido. ¿Un vasito de agua?




Los Neo reales parecían conscientes de mis malabares/trucos y, aún así, estaban encantad@s en su función de estudiante/miniprofevoluntari@. Y eso es una de las cosas que más me gusta de dar clases en Benallar. El 98% de las personas con las que me cruzo cuando vengo aquí son gente que sabe compartir y a la que le sale de manera natural: compañerismo puro.

He hecho todo lo que he podido, he sonreído a diestro y siniestro (pero sin tocar porque hoy ha empezado el Ramadán) y he salido muy sudada y medio contenta. Lo suficiente para coger la postura de Neo  y decir "Más preguntas, estoy lista". 





La de esta tarde no ha sido mi mejor clase, ni de lejos. Ni siquiera puedo decir que he dado una buena clase, la verdad. Prometo hacer lo imposible para mejorar. Mi resumen de hoy es algo así:


Un momento, voy a explicarlo otra vez PARA TODOS.


Me quedo con que Benallar es un grupo de gente implicada y empática. Hablo de profes voluntarios (de lengua, de arte, etc.) y, también, de los responsables de las becas, de los pisos, de los cursos de horticultura, soldadura, etc. No se me ocurre un mejor EQUIPO.





viernes, 11 de mayo de 2018

Melissa Lozada-Oliva





En mi insomnio a veces descubro cosas maravillosas como esta. Aquí un extracto:

Si tuviera una moneda por cada vez que me quedé despierta hasta muy tarde
por alguien que nunca se despertaría por mí
Un peso por cada minuto que intenté
hacer sentir a un hombre triste menos triste
Un centavo por cada vez que tuve que hacer circo, maroma y teatro
para demostrarle a alguien que estoy aquí
Que existo
Mi corazón sonaría y temblaría

con todas las monedas derramándose dentro de él
Dejaría de hurgar en mis bolsillos
buscando pedazos de mí
cubiertos de pelusa.





viernes, 4 de mayo de 2018

LUGARES EN EL MUNDO



Hay lugares en los que me siento feliz y que, en realidad, son tan inaccesibles como imágenes en blanco y negro o sepia tostada. Me incluyan o no, me preceden y nos anuncian. Me acuerdo ahora de Sebastián Serrano cuando nos decía que éramos los supervivientes ya de entrada y que debíamos valorarlo. [También nos habló del efecto positivo que causan los abrazos en las personas mayores y recuerdo cómo nos animaba a reactivar las células de nuestros abuelos a base de caricias. Nunca investigué la base científica de su afirmación pero me pareció lógica y sencilla de inicio; un win win de libro que yo empiezo a entender.]

 

Alaska, Hawaii, las Maldivas, Islandia, Togo, Egipto, Suecia, Madagascar, Australia, Corea, Japón, Noruega, Uruguay y el resto de destinaciones con las que sueño seguirán copando los primeros puestos como sitios deseados a los que ir y Belice como contrapunto musical (que no geográfico) Los mejores lugares en el mundo que se me ocurren son los que ocupo como tía, hermana y profe. Coinciden -sorpresa- con los lugares que más alegrías me dan, en los que me siento más cómoda y en los que más me gusta invertir energía y tiempo.

No soy madre y, por eso, mi hermana no es tía. Cada cual en la función que le ha tocado. Hoy he descubierto que el Día de la Hermana es el primer domingo de agosto, el Día de la Tía es el segundo domingo de octubre y el Día del Profesor el 27 de noviembre. Me comprometo a celebrarlos todos esté donde esté, esté como esté y sea como sea a partir de ahora. Cualquier excusa patillera me parece buena para achucharnos, es verdad. Justificada o no, la realidad es la que es y la acepto gustosa aunque no haya nadie por las calles.






P.D.: No he puesto foto de Iró porque he tecleado sin pedir permiso a A. y a K. pero es sobrina igual que los otros dos mocos. El día se conozcan:
A. Implosionará el mundo. 
B. Lloraré.
C. Sacaré fotos para inmortalizar el momentazo.  
D. Haré de intérprete entre los mocos V. y la moco L.  
E. Me tiraré al suelo y que sea lo que tenga ser.





(B, D, E)

sábado, 28 de abril de 2018

PROHIBIDO corazón




El corazón está sobrevalorado. Cuando existe -que no es siempre- le dejamos a él la responsabilidad intestinal de cagarse en todo lo cagable, de dejarse la voz abucheando lo que sea que vaya en contra de nuestros instintos (y cómo se parece esa palabra a intestinos, ¿no?) y ahí vamos con nuestra verdad -a muerte-, mezclando órganos y funciones alegremente. Así nos luce el pelo.

Si lo piensas, el puto corazón tiene un registro interesante de cagadas. Se equivocó cuando lo apostó todo a X, la lió parda con aquel tema desagradable que acabó en nada porque era la nada. Hablamos del mismo corazón que decidió ir por libre ese día, el que nos pone colorados y nos hace sudar cuando menos conveniente resulta.

Últimamente intento procesar las novedades a metros/minutos de distancia. Leer, ver, sentir, oler... sí, pero desde un poquito menos aquí dentro. La perspectiva nos salva. Los números son amigos. Las estadísticas existen y pueden ayudar. Cuesta, la verdad, pero es mejor para todos. ¿Soy juez y puedo, como tal, sentenciar sobre el caso de "La manada"? No. Tengo que leer mucho y pensar en lo que digo.


Cuando pienso en leyes, imagino un cartel así pegado en la puerta de la sala del tribunal de turno.




Ayer salieron muchas personas a la calle indignadas con la condena de 9 años -que se quedan en la mitad como máximo, o sea, que están fuera el año que viene o el otro- a los miembros de "La manada". No tenemos todos los datos, ni hemos visto los vídeos, ni escuchado los testimonios ni casi nada. Uno de los tres jueces pedía la absolución de los cinco acusados y dejaba constancia por escrito de su opinión/percepción (¡!). Para él son inocentes y deberían quedar absueltos porque la supuesta víctima no se quejaba, ni decía NO,  ni ejercía violencia contra sus supuestos violadores y ellos ni le infringían dolor ni la intimidaban. Lo que el juez R. ha visto en los vídeos es que la demandante disfrutaba de una orgía porque su percepción de los vídeos que estos cinco violadores inhumanos compartieron se parece mucho a una peli porno y los gemidos de la chica y sus caras no dejan lugar a dudas (¡!) `[¿El tipo es juez o es escudriñador de caras? Justificar desde el poder tu sentencia basándote en me parece/opino/intuyo/adivino que... es cagarse en la puta idea de ley]

La cosa es que las sentencias dependen de la interpretación que alguien (casi siempre hombre) hace de unas leyes (escritas también, en su mayoría, por hombres) viejunas. Tal y como está redactada la sentencia parece urgente que los jueces pasen por exámenes psicológicos antes y durante el ejercicio de su profesión y, por supuesto, que se haga una actualización de las leyes. Podríamos empezar por las definiciones de los términos violación, violencia, intimidación y abuso. Después de leer, me parece que las leyes están pensadas desde una perspectiva masculina y poco justa desde el momento en el que alguien alguien define abuso y violación tal y como está ahora escrito. Hay jueces buenos, malos y reguleros. Me parece preocupante que juzguen ateniéndose a leyes que deberían considerarse obsoletas para casos actuales. En la península, el derecho de pernada dejó de parecer aceptable hace ya algunos años. Quiero pensar que todos los comportamientos machistas que he sufrido o visto a lo largo de los años, serán castigados en breve, de una manera u otra. Ojalá sea de la mejor manera para todos. Cada cual ejerciendo su poder y todos los poderes mirando por el bien común.



Si has leído hasta aquí  y sigues pensándome/llamándome feminazi o similar, bórrame de tus contactos, no perdamos más tiempo. Te deseo, de corazón, que no tengas ninguna experiencia que teclear bajo los hastag #metoo o #cuéntalo.









miércoles, 25 de abril de 2018

Zoe 3 y 4


Eres una enana a día de hoy. Para cuando puedas leer esto, tú no te acordarás de lo que voy a explicarte y por eso lo escribo. De entrada, un abrazo enoooorme, sobrina.

Tu 3er cumpleaños fue hace cuatro días. Lo celebramos en casa de tus padres porque el día anterior diluvió en Barcelona. El 25 de marzo de 2018 a las 11h. pretendías recibirme en la puerta de tu casa pero te cruzaste con la Roomba y se te pasó el buen rollo... ¡puto robot cortarrollos! La Roomba es para ti, lo que serían para mí, las cucarachas.

Nos plantamos allí unos 10-15 y tú sudaste de todos y cada uno de nosotros. Abriste los regalos, flipaste con una muñeca con alas que se iluminaban, con un set de peluquería (especialmente con el secador de pelo) y con las cositas de la Minnie Mouse pero lo que más te interesó fue compartir rato con tu hermano y con la Mía. Me encantó vuestra foto haciendo pulseras y collares después de la siesta postfiesta.

Eres un moco curioso. Vas a tu rollo, según te rota le haces caso o no a tu yayo -que se deshace contigo-, toleras o no a tu abuela Leo y a mí misma, te haces grande y pequeñita en cero coma, oscilas entre la princesa tradicional y la de Shrek. Te apasiona el color rosa (tú lo llamas chulo chulo), hacer el burro con tu Tete y dramatizar. Para que me entiendas: hace un rato me ha pasado tu madre un vídeo tuyo metiéndote un lechugazo con un triciclo = 0 lágrimas. En estos tres años sólo en ocasiones contadas te he visto sacar lágrimas recién despertada/confundida y enrabietada, puteada, Mechita corta con biberón de napalm. La última vez conmigo, el salado vino de preguntarte si querías comer o hacer la siesta. Después de un intercambio verbal confuso, tu respuesta fue llorar como si estuviéramos en época de matanza y tú fueras un cochinillo chico.. Solo te miré seria.

Estás haciéndote. Eres capaz de lo más dulce y lo más puto. Poco a poco, sobrina. No hay prisa. Te queremos desde siempre y ahora solo buscamos hacernos un hueco en tu vida. La cagaremos un montón de veces con las mejores intenciones, te putearás con nosotros, blasfemarás, soltarás sapos por la boca, nos apartarás de tu vida, renegarás de árbol genealógico común... y llegará un día en el que eches de menos al yayo José Luis, a la abuela Joaquina y a la abuela Leo, a la Tita Maica y al Tito Sandro. Voy a usar el comodín del tiempo, Zoe.

A día de hoy, soy la Tita. Sabes que me llamo Maica porque te ha costado un huevo decirlo y hasta anteayer era Maquia. Desde que viste la luz yo soy Tita -bien/muy bien- y MAQUIA/MAICA según lo faltona que te encuentres (ya me he enterado de que andas bautizando a otr@s niñ@s con mi nombre terminado en -a o en -o sólo para provocar). Te encanta intentar enfadarme y a mí que lo hagas, aunque suene raro. Eres muy lista, Zoe, que no se te olvide.

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El sábado pasado os fui a ver. El Ian tenía muy claro, desde por la mañana, que me vería porque ya hacía muchos días y, por eso, sesteó lo justo. Me recibisteis los tres en la puerta y tú ganaste el premio a la más sobada de la casa. En el sofá -tu madre y yo a cada lado-, te hiciste un hueco entre mis tetas y mi barriga... no tenías cara de pasarlo mal.

Luego fuimos a casa de los Yayos y nos descantillamos un pelín porque mucha gente + muchas expectativas + mogollón de hormonas, feromonas y demás + casitoporaquíycasitoporallá + risas y choteos = caos sonoro y físico. Descubrí que no te acuerdas de mi casa aunque estabas encantada con la idea de pasar una noche aquí. Tu hermano, muy comprensivo, dijo "Es muy pequeña. Yo tampoco me acuerdo bien, ¿y si vamos los dos?" Echarle cara al tema, se llama.

Tú y yo, enana, vamos a llevarnos bien como poco. Lo de que tú me quieras tanto como yo a ti, está por ver... no es imprescindible. Estoy cerca de los 39 aunque no los aparente. Nunca hemos hablado de este verbo pero me parece interesante porque caben muchas cosas en él. Lo dejamos para otro día más ocioso.  Con vosotros -los Zoan- juego a todo o nada, siempre. Ni pájaros ni pájaras. Manolo García y Alfred García son ejemplo de entendimiento intergeneracional. Nosotras igual o mejor, nunca es tarde.

Me acerco a mi cosa de hoy, de ahora. Es sorprendente la cantidad de cosas buenas que te llega cuando eres generosa sin más.










Nuestro Poeta Halley




Para cuando vosotros leáis esto, ya habrán pasado muuuchos años. La música es un lenguaje más.  Los méritos son todos suyos. El mensaje es común. El poeta Halley tiene múltiples puertos. La tripulación se descojona y lloriquea a la vez. ¡Magia!

Es Sant Jordi:  Literatura y rosas para tod@s.

domingo, 22 de abril de 2018

LISTA (READY)


En Navidad empecé a buscar voluntariados. Hace mes y medio encontré dos que me interesaban y que me aceptaban. Salió primero el de animales abandonados, gran descubrimiento. Me pidieron que tecleara los nombres y mails de los adoptantes (¿esa palabra existe?). Volveré a teclear cuando me lo digan, por supuesto.

Luego, por casualidad, encontré el voluntariado de Benallar en el que ofrecían un curso de formación de ELE (Español como Lengua Extranjera) abierto a cualquier perfil. Fui a la primera reunión con muchas dudas y salí con mogollón de ganas de probar y participar. El programa está tan bien montado que mis compañeras sin experiencia en el mundillo entran en las clases, dan dos horas de X (lo que sea) y salen contentos todos (ellas y los estudiantes). No se me ocurre mejor voluntario que el que se siente útil, ni mejor estudiante que el que nota que aprende y, además, se divierte.

Esta semana, mes y poco después, me han ofrecido formar parte de este proyecto a partir de septiembre. Por un lado, estoy acojonada, ya os lo digo. Por otro lado, lo que he visto en las clases, lo que he vivido como estudiante en el curso de formación y lo que empiezo a adivinar que está en proceso todavía es taaaaaaan chulo, taaaaaaaan bonito... que casi ni me preocupa no tener trabajo la próxima semana. He dicho casi. Son casi las 04 am. y no consigo dormirme. Debería haberme ido a bailar bachata con Matt, Maddie, Joe y Emily M. Hubiera sido mucho más productivo e infinitamente más divertido.

Mi plan para esta tarde era corregir exámenes pero los pies me hacían chup-chup  y estaba tan cansada que hubiera puntuado en negativo, a lo cabrona. Me he puesto una peli y la he empezado como siete veces sin enterarme de qué iba. Vencida, he llegado al blog y he tecleado esto. Trapicheando, he constatado que las entradas en borrador triplican a las publicadas. Como dice mi hermana, por algo será.

Esta es una entrada de mierda para confirmar que está pasando. Básica, sí. Elemental, también. Igual es que no hay que buscarle tres pies al gato. Escribo esto porque me da la puta gana y porque, ahora mismo, veo cómo todo fluye amoldándose a otros muchos todos de plastilina y soy consciente de que soy animal con neuronas que dan lametazos y mueven la cola. De esto el Kanka sacaría algo decente.

Lo noto. Estoy feliz y estoy lista. Se acabó el invierno y nos hemos saltado la primavera a lo loco. Todo bien. Pálante.



P.D.: A todas las unidades, el plan de escribir sigue en pie. 






jueves, 8 de marzo de 2018

Me acuerdo V


Me acuerdo del miedo de pensar que no tenía trabajo a finales de verano.
Me acuerdo del puteo enorme la primera semana de agosto.
Me acuerdo de hablar con Arantxa y respirar.
Me acuerdo de ver una taquilla vacía con mi nombre -toda para mí- y flipar bastante.

Me acuerdo de mis sobrinos de sangre y de mi sobrina postiza.
Me acuerdo de ir con los Zoan a pescar y al parque con Iró.
Me acuerdo de las caras de Los Padres de todos mis sobrinos, observándonos.
Me acuerdo de sentir que estaba más cerca de los enanos que de ellos.
Me acuerdo de sentir respeto frente al tobogán.
Me acuerdo de volver a casa con arena en los bolsillos y en los calcetines.

Me acuerdo del vértigo el primer día del semestre.
Me acuerdo del "Ratchet" y de las carcajadas.
Me acuerdo de quedarme con las ganas de un café conjunto.
Me acuerdo de uno que nació en un sofá y de otra que iba de Coros.
Me acuerdo de que me preguntaron ¿y tú? varias veces.
Me acuerdo de las bromas.
Me acuerdo de mi cara de tonta. Esos 14 llegaron a ser casi familia y no sé cómo agradecérselo.

Me acuerdo de mi madre diciéndome que el rojo me sentaba bien. Quien dice rojo, dice cualquier color que no sea negro. Paliducha como soy la mayor parte del año, según su perspectiva "Mi niña no está gorda, está fuerte porque come bien" y su mantra "No vamos de luto y tiene que notarse", la imagen sería más que adecuada.  Mi abuelo Diego, también estaría satisfecho. Yo, personalmente, la valoro como la primera foto que el Ian hizo. Me flipa el ojo que tiene mi sobrino y la sonrisa enorme, casi grotesca que me sale si los tengo cerca. También parecería que acumulo frutos secos por si the winter is coming de verdad. Honestamente, a mí, flis.


Me acuerdo de hacerme una lista de cosas para el 2017 y no tachar casi ninguna.
Me acuerdo de haber señalado con rotulador fosforito las tres primeras.
Me acuerdo de haber dibujado una uve al lado de cada una. Sé que, por más bonito que yo lo quiera hacer, vuelan puñales y te puede caer un zasca sin más. El zasca te lo llevas sí o sí, lo interesante es la cara que compones para seguir. Ahí te quiero ver, amigo. Ahí, nos entenderemos. De ahí salen grandes alianzas. Irse a la mierda une mucho, es el Loctite de nuestros tiempos.

Me acuerdo de cuando mis familiares me preguntaban si tenía la cabeza para sujetar caracolillos.
Me acuerdo de mi Yayo y de su teoría de que las mujeres bonitas -en general-  tienen el pelo largo. ¿Me lo corto esta semana y ponemos a prueba las teorías?


Me acuerdo de tantas chuminadas que me voy a tomar unas vacaciones para seguir este hilo y arrejuntar memorias, entre otras cosas.

¡Besicos!



LA PASIVA y el #metoo

Mi madre me advirtió desde pequeña y sirvió -en mi caso- para que no me pillara de imprevisto y, especialmente, para quitarme de encima la culpabilidad porque ella ya me había explicado que no había razones para que eso pasara e incluso me había dado ejemplos. Confieso que hasta no me pasó, no le di crédito y lo achacaba a la sobreprotección materna.

La primera vez que yo recuerdo fue una tarde de primavera. Nuestro cole estaba cerquísima de casa, sólo había que cruzar dos calles de dirección única y poco transitadas. Tendría yo unos 10-12 años y, extrañamente, no tenía a mi amiga Cristina esperando en el portal para ir juntas al cole. Como cada día y cada vez, salí del portal y devolví el saludo que me lanzaba mi madre desde el balcón de casa. A menos de 15 metros un abuelo me chistó desde el coche y yo me acerqué solícita. No recuerdo qué me dijo pero sí el gesto, el olor y su mano moviéndose dentro de su bragueta. 





El machismo queda en evidenciax2 cuando transformamos las oraciones pasivas en activas. Por ejemplo, cuando alguien escribe esto:

No murió sin más, la mató su pareja, un hombre. Víctima mortal ella y asesino él. Es curioso que, quien redacta, use primero la palabra mujer (y no persona, no vayamos a confundir) y después la palabra pareja y no hombre, novio, marido, follamigo, etc.... Qué bien nos va el género léxico cuando nos interesa. Ojalá no ser cómplices de la pasividad imperante. Bien lejos de quien redactó la noticia y de quien le echó un ojo y pasó de página.

La mayoría de nuestros "líderes políticos" (harían falta muchas más comillas para el esperpento actual) legislan desde y con la polla.  La sororidad existe desde hace mucho y ahora pide voz, de nuevo, para reclamar lo que es justo. Ya conseguimos dejar de ser catetas sin sombreros y estamos moviéndonos. Somos el 51% de la población mundial y no queremos #niunamenos.







jueves, 22 de febrero de 2018

MALO


Mi sobrino caga mientras vomita. Su abuela, mi madre, hace lo mismo en el otro baño. Mi sobrina ya está recuperándose y pone banda sonora a este momento cantando "La lluna, la pruna" con coreografía rockera. 

Mi padre, mi cuñado y mi hermana están físicamente en el trabajo pero mentalmente aquí y me lo hacen saber fundiéndome a whatsapps. 

Paseo el termómetro de axila en axila, administro Dalsy (acordándome de quien le puso el nombre), vacío el cubo, corto trocitos de pollo a la plancha, rasco granos de arroz hervido de varios jerseys y pantalones, dibujo y contesto al móvil al mismo tiempo, aprendo cómo funciona una tv (cuáles son los dibujos chulos chulos y quién es Lady Bug), quito mocos, pongo crema, descubro el suero, cancelo planes para mañana, doy masajes en la barriga, peino y me peinan (la Zoe pretende hacerme una trenza = dolor), escucho en loop «tengo hambre/tengo frío/tápame bien/tengo sed/tengo sueño/me duele la barriga» en versión con y sin lágrimas, a veces de verdad, otras con la voz del monstruo del miedo. 


Llega mi padre a coger el relevo y tarda cero coma en convencer a la Zoe de que tiene que dormirse de una vez, que es muy tarde, hombre ya. Y lo hace, claro. Ese es su poder y sabe usarlo. Me voy tranquila a coger el metro. Tecleo todo esto entre la L9, la L1 y la L2. 








Conclusión:

Estar mal@ es un rollo. Hacer de enfermera es algo angustioso y frustrante, dos rollos. Las matemáticas dirían que es peor lo segundo pero no.

¡Googly, googly, googly!