viernes, 12 de octubre de 2018

B2.1



Si me hubieran dado 1 euro
por cada vez que recordé algo absurdo de mis estudiantes
me habría comprado una casa hace años
(si hubiera aprendido a ahorrar, claro)
Nadie en mi familia debería nada a los bancos
y yo disfrutaría yendo con ellos a cerrar sus cuentas
y enseñándoles el dedo corazón al firmar.

Si hubiera cobrado un céntimo
por cada error corregido, analizado y explicado,
hubiera podido dar la vuelta al mundo un par de veces ya como mínimo.
Si hubiera sido infalible,
no habría estudiantes que repiten año tras año.
Por suerte, soy tenaz y ellos también.
Cada uno de esos céntimos lo destinaría
a viajar, a conocer, a probar y a equivocarme.

Si me dieran dos céntimos
por cada minuto extra que dedico a mi trabajo
-ahora también, después de 15 años-
sería asquerosamente rica
y abriría escuelas gratuitas por todo el mundo
y me iría con el Ian y la Zoe a probarlas
y aprenderíamos idiomas, cultura, humanidad…
y seríamos mejores personas en el futuro
y, si no me equivoco, muy felices antes, durante y después.

Si me hubieran regalado una moneda de 10 céntimos
por cada vez que tuve que repetir algo que ya había explicado
(50 céntimos por algo explicado menos de cinco minutos antes)

por cada vez que tiré de paciencia
por cada vez que solté una sonrisa en lugar de un zasca
por cada vez que escuché  con buena cara un drama que era evidentemente una excusa cutrona
por cada vez que alguno habló en algo que no era español…
no tendría un móvil patata
ni compartiría piso
sabría cosas pero no de oídas
comería sushi el 70% de los días
pizza el 5 %, paella otro 5 % y sorpresa el resto.

Si ganara cinco céntimos
por cada vez que lucho contra los elementos
-          Opción A: es lunes y tengo sueño
es martes y anoche fue Happy Mondays
es miércoles y todos sabemos que es un día estúpido
es jueves y no me concentro porque ya estamos casi terminando
es viernes y, honestamente, me perdiste hace rato-
-          Opción B: tengo muchas clases
puedo entender pero no hablar
puedo escribir pero no hablar
puedo hablar pero no escribir
y así hasta el infinito.
Dramas ad aeternum.
-          Opción C: tengo visita esta semana
trabajo mucho
duermo mal porque hace calor
la gente aquí habla catalán y no entiendo nada (¡!)
me robaron hace dos días
estoy de vacaciones
llovió y me quedé en casa.

…. Como os decía, si ganara algo
por cada vez que escucho una excusa patillera,
mis sobrinos tendrían paladar gourmet
y el resto de pasta la invertiría
en buscar remedios a dolencias
tan comunes como las almorranas
tan exóticas como el Chron.

Si me hubieran dado un abrazo
por cada vez que aprendieron algo (el tamaño no importa)
por cada clase en la que se rieron
por cada día que valió la pena,
seguiría teniendo telarañas en la cuenta del banco
pero estaría contenta casi 24/7.

Si yo hubiera pagado 1 euro
por cada sonrisa de mis compañeros,
por cada plátano desaparecido de la cocina,
por cada café americano con o sin hielo,
por cada ratito amable en comunidad de antes y/o después…

(Melissa Lozada tiene parte de culpa)



Mi balance real a día de hoy: Abrazos profe-estudiante y profe-profe, camiseta nueva, sonrisas everywhere, carcajadas de enseñar hasta la campanilla y que te falte el aire, confesiones, buen rollo general. Me siento como mis chicos cuando entienden, por fin, los pasados o la diferencia entre ser/estar.. esos ojos que parecen nuevos, esa sonrisa de superviviente, esa cara mezcla de cansancio y satisfacción. De alguna manera, después de no sé cuánto tiempo, he llegado a B2 de contentismo -no de contentarse, sino de estar contenta, contenta (x2) - y lo estoy disfrutando. Click.