sábado, 27 de enero de 2007

TIEMPO (posible)

Este hombre se llama Jesús Rollán. Es el ex-portero de la selección española de waterpolo. Quizá debería usar el pretérito imperfecto pero no me da la gana. Sólo por esta foto merece la pena usar el presente de indicativo.

Cotilleaba vagabunda y esperanzada por los blogs y fotologs de conocidos, amigos y desconocidos cuando me he encontrado con un vídeo de Montserrat Caballé y F. Mercury cantando aquello de la Barcelona de las Olimpiadas... y se me ha puesto la piel de gallina. He relacionado aquella época de infancia con los triunfos de este hombre y casi he podido oler a qué sabe la gloria cuando uno ya ha llegado a lo más alto pero tampoco es suficiente.

Hace un rato, cinco minutos, pensaba en él. Ni japonés ni sueco, ni esclavizado ni niño de papá. Él. Momento confesiones: no acostumbro a ello pero lloro cuando veo el júbilo en otras caras y lloré cuando salieron "nuestros" deportistas en los JJ. OO. del 92.

Es extraño reconocerse en la ilusión de alguien a quien no conozco ni conocí. Me parece, igual que entonces, que tiene cara de buena gente, que se cree el sueño y lo disfruta. No sé si es verdad, si lo fue.... no importa. Pienso en positivo, aún así no lo entiendo. ¿POR QUÉ?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Está claro, es una de las sensaciones más preciosas: poderte emocionar con la alegría de los demás. Eso de sentir es bien extraño, ¿qué no? No, no voy a comenzar a divagar, que me conozco. Pero es un poco como aquello de sentir nostalgia por tiempos no vividos. A mi una vez me regalaron un dibujo cuya dedicatoria decía "Gracias por el tiempo que no hemos pasado juntos". Che? Increíble, no? Yo la encontré una dedicatoria bien linda. Ayer mismo me regalaron dos flores: ni una, ni tres, dos, sin más. ¿Lo mejor? No había motivo.

mil dijo...

Hemos hablado esta noche del texto que escribí y veo que pocos han entendido porque pocos sabían de este hombre. Aclaro:
J. Rollán fue el portero de la selección española de waterpolo durante mucho tiempo, el más carismático, el más gracioso, un buenazo que dio espíritu de equipo y victorias... Se retiró, imagino que por la edad y no por ganas, se casó y tuvo una hija. Hace un año aproximadamente fue noticia por su suicidio. A mí me impactó porque viéndole esa sonrisa siempre puesta jamás se me pasó por la cabeza que pudiera ser infeliz.
Pese a lo triste de los hechos ayer me emocioné otra vez viéndolo en un resumen de grandes momentos en las olimpiadas... Esa boca llena de dientes y de buenas palabras, aunque ya no esté activa, consigue todavía darme fe. Que una persona consiga contagiarte la risa incluso sin estar presente me parece un milagro que el hombre debería investigar. He dicho.

Anónimo dijo...

Sí, yo entendí. Leí hace poco un reportaje en ElPaís de él, sobre su muerte y sobre la sorpresa de todos. Pero preferí recrearme por otra parte