lunes, 15 de enero de 2007

DE LAS APUESTAS SEGURAS

Este macho que levanta el cubata con cara de pillo se me va, me abandona. Conste que hablo en singular porque no quiero usar plurales inclusivos que impliquen a quien no ha dado su consentimiento. Como decía, este hombre se pira y me deja colgada como un fuet.

Nos conocemos desde...uff... ¿hace diez, doce años? Bueno, lo de conocernos habría que matizarlo porque creo que la idea de mí que tiene es que me gusta pellizcar, que tengo mal carácter y que el pelo largo me sienta mejor. Pese a todo nos queremos. El amor es así, ¿no?, inexplicable y animal en esencia.

El Co encontró a una chica muy muy lista que supo ver muy bien y muy rápido las virtudes de mi amigo y... se me muda a la otra punta del país. Otro tipo de amor... que puede más. La cosa es que después de casi tres días de celebración gitana (ya sé que ayer no nos vimos pero me duraba la resaca) he empezado a recordar historias. Normal. Cuarenta y ocho horas diciendo adiós al final afectan.

Me acuerdo de cuando me ponía chinchetas en la silla con los hermanos Marín y Pacheco. De un día de San Valentín en que hicimos las paces (nuestra relación entonces era más bien tensa y se basaba en reírse del otro todo lo posible) porque me trajo unos corazoncitos de gominola. De una borrachera frente al Blau en la que eché la papilla y él se dedicó a analizar mi cena ("¿Has comido yougurt?"). De sus ronquidos en mi terreno cuando me acompañó en mi retiro mundial de un fin de semana recién separada (no pegué ojo pero gané a las cartas). De una comida que les hice en su casa -spaguettis, creo- que lamió hasta el plato. De su periquito amaestrado que voleteaba libre por el comedor. De lo mucho que sufría viéndolo jugar a fútbol con las gafas puestas y con aquel compañero suyo que tenía dos piernas como jamones (¿Darío?). De las visitas a casa a horas intempestivas para tomarse la última copita de pacharán conmigo antes de irse a dormir (no muy frecuentes pero... divertidas). De las mil veces que me ha dicho que me llamaría y no lo ha hecho... ¡Ups! (Un punto y aparte ahora es lo único que puede reconducir mi discurso).

Soy egoísta por no querer que se vaya pero es que es muy difícil encontrar gente así de llana. Con él es fácil reír, fácil hablar, fácil aprender... Y encima es un cacho de pan. No hay sustituto posible y, hasta ahora, cuando tenía un día flojillo de esos en que el mundo te parece enorme y complicado y te rompes el cuello buscando algo bueno que adorar, sólo tenía que llamarle, acercarme al Prat y calmarme... ¿qué coño hago a partir del jueves? Pues sí, tirar de teléfono, mail y pin pan peter pan.

He parado media horita para pensar bien (y para toquetear a Mamá Noel que se pasa el puto día durmiendo y yo ya estoy mayor para seguir sus horarios nocturnos festivaleros). Te irá muy bien. Es lo que quieres y es lo que necesitas. Pues ya está. A por ellos que son pocos y cobardes.

Se te quiere (y ahora la maravillosa estructura impersonal para hacerme la fuerte un poco y no defraudarte). Posted by Picasa

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bonito es empezar cosas nuevas, ya solo por la celebración de tres días merece la pena no? jejeje

Anónimo dijo...

Pues si. Ya queda menos para la marcha. Estoy ya con los nervios puestos en todas partes. Un beso y hasta pronto.

Manoloide