lunes, 15 de enero de 2007

NUESTRO PEQUEÑO

Para mí, lo de "Pequeño" siempre ha sido un mote cariñoso, exclusivo de unos pocos. Nuestro ratón es pequeño de verdad. Y mono. El guante que se ve pertenece a mi mano, diminuta, y me va grande... No llega al tamaño de mi dedo índice... ¡Qué fuerte me parece!
Ayer tarde estuve trasteando con él. Kevin Johansen, los tres en la habitación, momento íntimo... Me puse un guante y dediqué un buen rato a hacerle tonterías. Al principio me atacó. Estoy segura porque lo hizo varias veces y con varios dedos... Creo que no tiene casi dientes pero sí fuerza. Le pelé unas cuantas pipas, le hablé con voz bajita, le reprendí por huir de mi mano, me reí de él porque no sabe bajar las escaleras...
Esta tarde lo he traído a mi reino, one more time. Estaba hecho una bola de pelo bajo el papel de kleenex que es su cama. Lo he llamado mil veces, imitando el tono de voz de ayer... y nada. Un poco desencantada me he puesto a teclear el blog anterior. "El amor es así -otra vez la misma idea-. De este bicho me gusta incluso su manera de rascarse. No me ha dicho nada, no me ha demostrado su afecto, no me ha dado un besito, ni me ha preguntado qué tal el día y sin embargo... qué rico es!" He puesto musiquita, K. Johansen de nuevo, y... ¡ha salido! Guante en mano, abro la jaula y ¡viene a saludarme! No me ha mordido casi, sólo un rollo reconocimiento, y se ha puesto a escalar, tan feliz él, buscando la pipa entre los dedos...
Y así, engrescada, estaba yo cuando ha llegado M. y se nos ha unido a la reunión del lunes lunero. Hemos sacado al ratón y lo hemos metido en una maleta (abierta!) para que corriera un poco porque parece ser que lo de utilizar la rueda no es algo genético como nos pensábamos, ignorantes, las dos. Los primeros minutos ha correteado sin rumbo buscando una salida. Después ha quedado claro que buscaba su casa porque se subía a mi guante con una expresión de desespero absoluto, casi de rodillas pidiendo ayuda. Las Maítas, poseídas por el espíritu materno, nos reíamos de la torpeza absoluta de nuestro pequeñuelo hasta que ha dado un salto que era toda una declaración de intenciones: "Yo salgo de aquí aunque palme".
De vuelta a su jaula (somos precavidas, malpensadas y tajantes en nuestras decisiones) se ha vuelto a meter entre algodones... y nosotras babosas comentando los primeros pasos del niño.

Ya ves, Pau, ni ojos rojos ni nada que dé mal rollo... ¿Tú a quién crees que ha salido? Posted by Picasa

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Por dios, que cosa mas fea, lo siento por las mamás pero esta es mi opinión sincera. Los gatitos son más monos y los perritos (muy muy pequeños) también. Bueno me alegro del progreso en las relaciones maternales con tu hijo recién estrenado. Yo, por mis partes, sigo buscándome, el día que me encuentre te aviso. muak

Anónimo dijo...

Pero si es marron como el chocolate!!! creia yo que tenia unas manchitas negras y blancas en plan vaca lechera!!!
Estoy con gazmoña asi tiene mas apariencia de raton, que tambien molan
Un beso

Perdido en el centro de la tierra

Anónimo dijo...

Aisss... pero pobre ratoncillo, ojalá no escuche ni lea todos vuestros comentarios. No os quejéis, al menos no tiene los ojos rojos! Yo sigo en las mías, que eso es lo puto peor y da mal rollo. A mi uno de estos me enternece, me recuerda a cuando era pequeña, hacían agujeros en la finca del caserío y mi padre lanzaba con escopeta de perdigones... (también lo hacía con los grillos de noche, es un guerrero-celta nato)sé que este será mucho más feliz.

Anónimo dijo...

oye, veo que no se graban mis comentarios. Ayer hice uno, y bien bonito, y veo que desapareció.... mecagoenriau!