lunes, 22 de enero de 2007

DE LOS DEMONIOS q nos llevan por dentro

Tengo la sensación de peligro desde que salgo de casa. Me asalta un yonqui. "¿Tienes fuego?". Ha venido corriendo desde la otra punta de la calle, yo en Balmes con Rda Universidad, el en Balmes con Gran Vía. Bajito, ojeroso... pesado. "Tienes unos ojos preciosos". ¿Le pregunto cuántos tengo? Me c0ge de la mano y la besa devoto agradecido. "¿Te puedo hacer una pregunta?" Me veo venir el tema... "Un eurito, cincuenta céntimos, llevo un día sin comer...". Le contaría que ayer no salí por ahorrar, que lo que él se ha gastado poniéndose hasta arriba yo no me lo podré gastar en las próximas dos semanas... "Lo siento, no, me tengo que ir..." "Pero si el semáforo está en rojo, no te voy a hacer nada, tranquila, y menos con ese tonito que me has puesto... pasa una buena noche" Y se larga. Sigo caminando. Grupos de cuatro, cinco, seis, siete tipos en cada esquina, acechantes, mujeres con flores de plástico, los bares de Joaquín Costa donde hay fútbol medio vacíos. Me dicen cosas. Soy sueca y tengo la mirada de los mil metros. Ya sé. Me veo reflejada en un escaparate. Llevo puesta la sonrisilla de imbécil... me hace víctima visible.

Sé que mañana moriré de sueño. Sé que quiero que estés aquí. No me canso... Sé que me estoy dando vergüenza, yo que no la tengo ni la he tenido nunca. Soy vulnerable. Me jode. Pero es la única manera de estar segura de algo por más que me repatee y mañana me arrepienta un segundo. Aquí ahora tú prometiendo tonterías. Y yo me lo creo y sonrío mucho más de lo normal mañana, y al otro, y así hasta que te esfumes. No me lo tengan en cuenta que hoy duermo sola.

No hay comentarios: