martes, 17 de abril de 2007

MOVIMIENTO ESTÁTICO


Cinco años son mucho tiempo. No me reconozco en la vida que llevaba hace la mitad, ni en la foto que me saqué ayer; quién sabe cómo seré, qué libro tendré entre las manos, qué música, qué rotulador, qué melena...

Lo que sí tengo asegurado -y crucemos los dedos por lo que escapa de mi análisis de la situación y es más peligroso por eso mismo- es un techo donde caerme, como sea, pero caerme. Y techo.

Mañana me voy a plantar así en la calle, imitando a la de la foto. Cara al sol (sin la camisa puesta, por supuesto, vestida para la ocasión) y sonriendo. "¡Que tengo techo!", dice una chica con carrera, idiomas (no vamos a entrar en niveles ni soplapolleces, podemos hablar hasta con los mudos), experiencia, trabajo vocacional... Piensa el father que, a mi edad, debería estar casada -arrejuntada también le sirve- y criando conejos, o churumbeles, tranquilamente acomodada en una casa en la montaña (como la suya), preparando la cena para un yerno, el suyo, muy currante y buen chaval que me tendría como una reina, o sea, mantenida. Me piensa feliz, pobrete... Yo no le voy a llevar la contraria más, que se me pone tristón y empieza a hacer números para combinárselas y poder adaptar la jubilación a los planes de la mayor, la cabra loca, que ni sienta la cabeza ni nada, que amenaza, además, la muy hidepú, con darse el piro a regiones menos cálidas si la cosa se pone muy jodida y no puede pagar 350 leurillos de ná por compartir piso.

Cría cuervos y te encontrarás con que viven en una realidad paralela en la que el acceso a la vivienda es una propuesta genial del partido de turno (¿alguien tiene la sensación molestísima de que se pasan la pelota unos a otros y se las tocan todos?), los contratos fijos, trufas blancas, y los salarios dignos de unas risas con más de cinco birrillas en todo lo alto para evitar que suene forzada la conversación.

Nada... Que durante cinco años, si la vida me sonríe, voy a tener cuatro paredes y una cobertura para mí solita. Que lo mismo palmo mañana, ya lo sé, pero que me hace ilusión igual. Qué fácil es una a veces. Que algo de todo esto tiene la imagen de belleza marchita y sol, tono sepia deslumbrante, verde y rojo, negro y amarillo, rojo y caféconleche. Flor de lado y plantando pétalos o pestañas a ese movimiento solar que, de tan rápido, no parece durar más de unos bostezos antes de que todo gire y no sea la misma la mínima luz que nos alumbre el camino. Correcto.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

joooo m'encanta!

Anónimo dijo...

cinco años es mucho tiempo para casi cualquier cosa. Me alegro un monton que encontraras un sitio...mas despues de tragarte manifestaciones en favor de la vivienda como pims de fresa por la noche... la cuestión es, que tambiés esta seguridad puede a uno dejarle vacío casi del todo.
Un beso

Anónimo dijo...

¿Cómo? Espera, espera. ¿Qué te has ido a vivir por tu cuenta? Hoy no sé leer entre líneas... bueno, hoy no sé nada, uno de esos días en lo que mejor hubiera sido no despertarse... mañana hablamos, sí? Trato de llegar pronto a casa