sábado, 15 de diciembre de 2007

LO DIRÉ BAJITO

De popular no tengo ni siquiera los gustos. No me apetece montarme en una manifestación ni comprarme una camiseta con cocodrilo en la pechera. La noche del sábado no la destino a una discoteca ni a una mega sala de ambiente.

Ni Mr. Propper me gana a limpieza. Me he duchado dos veces hoy de momento. La primera por exigencias del guión: si pasas la noche fuera y duermes sin tu pijama por más que tengas un cepillo de dientes te sientes como mínimo extraño, como máximo sucio. He pasado calor... entiéndaseme, que estoy pachuchilla y tengo una pupa en el labio como muestra... La segunda porque he llegado aquí sin olerme o con el olfato embotado, no sé bien bien qué... El caso es que la humanidad entera me ha rozado esta tarde de compras poco fructífera y no había manera de escapar al contacto sin tacto así que he tenido que darme una buena friega para eliminar partículas no deseadas de mis congéneres y arrebatos propios.

Las noches así, pa mí, me van bien. Me entretengo revisando el correo atrasado y contestando, haciendo llamadas a los que tengo más lejos, viendo al Berto atrasado en el youtube, taladrando sin conciencia las paredes de mi habitación.

Ganas acumuladas y cero pijamas. Decir tonterías, creerlas, sentirlas, hacerlas. Olvidar lo que es perder o malgastar. Pensar en +. Besar aquello que se acomoda a tu forma, que te da sentido... lamerlo, sorberlo, degustarlo. No suponer que es verdad sino saberlo. No trabajar, no renegar, no transigir, no sacrificar, no soportar, no sospechar, no ceder, no adivinar... ni siquiera imaginar.

Mensaje en una botella: Hoy te quiero aquí y así.

Cualquiera se da cuenta del final del cuento. Cada uno en su casa y dios en la de todos. Por eso no me gusta la religión. En mi templo sólo entra el que yo quiero. O ninguno (y se estampa un muac entre el pulgar y el índice arremetíos).

1 comentario:

Anónimo dijo...

¿Lo ves?