viernes, 7 de diciembre de 2007
FAMILIA NO HAY MÁS QUE UNA
Mis padres me quieren de una manera natural; que les sale de dentro, vaya. Yo no. Les quiero, claro, me comería a cualquiera por ellos, porque son los papas y me han criado y porque lo poquito que sé es gracias a su educación primaria pero... me tengo que esforzar.
Ellos, que me adoran, no soportan que no sea lo que creen que debo ser. Escuchan mis risas y les chirrían. Antes era más alegre... no sé qué te pasa pero me tienes preocupado... ¿Sabes que puedes contar con nosotros, verdad? Para lo que sea, que para eso estamos... Y yo sé que no mienten, lo han demostrado mil veces, pero, aún así... Lo que ocurre es que en realidad a mí me gustaría que ellos estuvieran igual de bien sin mí que conmigo, que tuvieran una vida propia, que no sintieran impotencia cuando yo estoy de bajón, que no se alimentaran de mis victorias haciéndolas suyas... Y pienso en cargar con el naranjo que se ha comprado y que pesa un cojón hasta el coche que está a tomar por el culo pero no hay tu tía. Se me quedan las palabras apelotonadas en la garganta. Que lo pida, coño, que ya tiene una edad para saber sus límites... Y le cojo del brazo y vamos caminando haciéndonos cada vez más mayores, más viejos, simulando ser más adultos, menos inocentes.
Lo intento, lo intento, lo intento... las manos traicionan mi actuación. Con el pelo tan bonito que tienes... qué poco te lo cuidas últimamente... ¿Estás enferma? ¿De resaca? Preferirían verme llegar alcoholizada y partiéndome la caja a enfrentarse a mis ojos enormes de atención forzada y a esa risa metálica que me sale al estirar los labios cuando el patriarca me regala unas flores por ser su niña favorita y maldita la gracia que me hace a mí verle tan perdido, reconocerme tan poco, esperar tanto de mí. Que tu padre no es tonto... Yo no sé, igual son los años que lo hacen a uno más suave, pero me da la impresión de que no te he dicho muchas veces las cosas claras.. Tú vales mucho, cariño. No te lo digo demasiado pero estoy orgulloso de ti... y no me importa que trabajes mucho para ganar una mierda, ni todo lo demás. Tú llevas la vida que llevas y, aunque no me guste... Es tuya... Pero... que vales mucho, mi niña, y que nadie te convenza de lo contrario, ¿vale? Que no me gusta verte así... Mira, el peral que buscaba.. A ver el tío este qué me pide por él...
Antes yo era una niña. Contra más vas viendo menos ganas te entran de reírte, ¿no? Estoy cansada... sólo es eso... No te ralles que estoy bien aunque hoy tenga un día flojo... Necesito dormir y una buena ducha antes, nada más. Y no investigues más que no hay nada que contar...
Una interioriza los roles, los repite una vez, dos, tres... hasta que se agobia a ella misma.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario