domingo, 6 de mayo de 2007

RAJAR



Desde mi recién estrenada atalaya repaso la memoria hogareña más reciente. Ayer me fui a dormir agotada. Es muy cansado soportar estoicamente una fiesta en casa a la que acuden personas y personajes. Con las personas todo bien, a los personajes... ni agua.

Pasada la medianoche se presenta el último grupo. Se rompe en un plis el ambientillo agradable y distendido que se había creado. En teoría se celebran dos cumpleaños, en la práctica la princesita reclama aplausos cada vez que abre la bocaza. Escupe sapos y culebras, la muy perra. Intenta una fiesta alternativa en el lavabo, privada, dado que no invita a las anfitrionas suponiendo, acertadamente, que somos castas y puras y no miramos con deseo los pasos de cebra. "Es una meuca", sentenciamos rápidamente. Por momentos el ambiente se pone tenso, hace gañotas, corre por el pasillo como una posesa, maúlla, gruñe... Un cielo de niña, vamos. No dudamos entre adoptarla o mandarla a una clínica de desintoxicación. Una tontería más y está de patitas en la calle de una patada en culo. A las 3 se marcha sin despedirse ni mirarnos. Al cerrar la puerta lo tenemos muy muy claro. La pequeña zorra gatuna es persona Non Grata. Una y no más, Santo Tomás.

Como diría Adel, queremos paz (por lo menos en casa tiene que ser posible).

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ando un tanto ausente... así que el último post me ha desorientado un poco, bueno, sin más. Recién llegada de viajes a otros oceános donde lo bueno ya es legal desde hace tiempo, a gusto se comienza la semana bajo agua, que se echaba de menos. Me quedan 12 semanas por acá que trato de exprimir al máximo, y se me hace cada día más duro pensar en regresar y abandonar, pero me haré fuerte, como siempre antes. Prometo actualizar, a ver si esta noche me encuentro con la musa. Besín