lunes, 14 de mayo de 2007

¿QUÉ HAY MÁS ALLÁ?


- ¿Sabes lo que te digo?
- Pues no, no lo entiendo... si estabas muy bien, ¿no?
- Sí, sí pero, al mismo tiempo, es como si estuviera esperando el final. Es mucho tiempo, supongo que estoy cansada... Veo las cosas buenas que tengo pero también las que no me gustan y no cambian, como el rollo de arrastrar los pies y dejar las cosas importantes para luego, siempre para otro momento... Claro, no puede ser de otra manera sin prioridades...
- Bueno, pero alguna prioridad tiene sino no estaría donde está...
- Sí y no... Se deja arrastrar mucho. Aunque no estoy diciendo que en este caso también lo haya hecho... Me da poca confianza. Mira, no encuentro la manera de explicártelo. El tema es que todo empieza y todo acaba. Empezó y ahora toca lo otro. Vaya, no ahora mismo pero... tocará.
- Lo mismo esto no acaba, o no de la manera que tú imaginas en plan drama de te dejo esto se acabó cada uno por su lado a partir de ya.... Lo mismo mañana palmas y todo listo... O la diña él... Lo que prefieras pensar.
- Ya... pues no se quién preferiría... Tienes razón pero no puedo evitar pensar que ¿para qué seguir luchando entonces? ¿para qué enfadarnos cada cierto tiempo? ¿para qué darlo todo cada día? Y encima el otro día me dio la sorpresa que llevaba siglos prometiendo, el muy cabrón.
- Joder, nena, ¿tanto la cagó con la sorpresa?
- No, qué va, pero me da por el culo porque soy fácil de contentar y no hay manera de que lo haga un poquito más a menudo. Le cuesta un huevo, siempre como racaneando. Es como si creyera que tiene todo el tiempo del mundo para hacerlo, y no. Y al mismo tiempo es verdad que estamos donde estamos porque han ido pasando los días y la balanza seguía tirando para el mismo lado y eso es, conociéndole y conociéndome, porque ninguno piensa demasiado en el futuro a lo lejos sino en lo más inmediato. No hay por donde pillarlo.
- Mira, tía, pues cumple lo que dices y listo. Si ahora estás bien, perfecto, sigue.
- Pero es que ahora no estoy bien... No ha pasado nada ni, bueno, que no tengo explicación pero no estoy fina.
- A mí me suena a ataquito de pánico y a rabieta de niña chica. Si el juguete se va a romper igual pues lo rompo yo ya y así no le cojo cariño...
- Joder, tía, soy lo peor...

Y lo más estúpido es que, al colgar, me había casi convencido.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Mas alla hay muchas mas que no preveias y que pueden surgir en algun momento. No he acabado de entender el planteo sobre el paso de los años. Tenia un profesor que me dijo que lo mas dificil es saber encontrar tu ritmo, y ser consciente del tiempo que pasa en ti.

mil dijo...

Estoy de acuerdo con tu profesor. De eso trataba lo del paso de los años... Uno encuentra su ritmo pero no es consciente del tiempo que pasa y le entra el pánico.. Gracias por el comentario... Un beso