viernes, 23 de octubre de 2009

DESCUBRIENDO MI CIUDAD 1






No conocía la costumbre barcelonesa de tumbarse a ver el atardecer / echarse la siesta / descansar / escuchar música / apoyar la bicicleta / hablar por el móvil / cantar / jugar / ¡ligar! / etc. en los bancos de hormigón frente a los pescadores.

De ida he pensado que sería un grupo apalancado a distancia. Me han parecido más curiosos los pescadores al final del cemento.

El chino pescador ha cogido una dorada de tamaño considerable. Los pescadores nativos han intercambiado comentarios sobre la falta de licencia del oriental, envidiosos como estaban. De repente risas, el pobre chino no sabía cómo sacarle el anzuelo al pescado y los nativos le han instruido, compañeros de fatigas. El chino, antes de irse, ha tirado todos sus gusanos al mar, como debe ser. El manual del buen pescador dice que así, cuando vuelvas, los peces estarán más hermosos. El pez que se muerde la cola...

Si abandonas, porque en algún momento has de abandonar, déjalo todo preparado de manera que funcione sin que tú estés presente... y lo puedas disfrutar la siguiente vez.

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