martes, 10 de mayo de 2011

Jazz

Supongo que cada cual tendrá su momento para escuchar jazz... O no lo tendrá.

Yo sólo puedo escuchar jazz cuando encuentro el "nirvana", es decir, en momentos en los que todo ya me la pela y puedo variar del modo optimista on al modo que te jodan on sin más de un segundo de diferencia entre un estado y otro. Tiene su gracia. Probadlo si no habéis hecho un máster en el tema ya.

Es esta noche una de esas jazzísticas. El punto está en conseguir unir lo que más rabia te da y lo que más feliz te hace en algunas canciones que sonarán aleatoriamente en tu youtube y que las últimas no te dejen un regusto demasiado amargo ni personal ni la boca como si hubieras masticado bombillas.

Saltar de una canción a otra tiene su rollo. A ver cómo alguien puede digerir el "Fly me to the moon" con otras cosas sin que le dé un corte de digestión... Pues se puede, doy fe.


Que no se ofenda nadie pero con esta música pierdo la memoria. No guardo rencor a quien no llamó ni a quien lo hizo a horas intempestivas o en ocasiones poco afortunadas. No me importa si tienes pasta, o si te sientes realizad@, o si has conseguido descifrar la piedra filosofal. Me la trae floja todo sí o sí.


El jazz tiene esa historia de unificar criterios. Somos todos lo mismo. No es importante quién logró qué ni cómo ni porqué, ni en negativo. Es como un jetlag, que te deja medio tonto pero aún así sabes lo que te conviene.

Mañana quiero despertarme en modo jazz on. No quiero tener remordimientos ni cabrearme ni encelarme ni fustigarme ni preocuparme ni nada que requiera más de media neurona en movimiento.


Que nos peten a todos... y que lo disfrutemos.

1 comentario:

aliD dijo...

A mi la palabra "Jazz" me recuerda a "Sexo" o "chocolate"... no se porqué tengo esa percepción. Igual estoy enferma.