jueves, 26 de mayo de 2011

DESPEDIDAS

Igual que no se olvida del todo al primer amor existen otras primeras cosas o primeras personas que vivimos de manera tan intensa que nos marcan y hasta nos cambian.

Mes y pico siendo "la nueva" en el curro -sobre todo para los otros profesionales de la enseñanza- y ya llega mi primera despedida masiva. Las primeras caras que vi al llegar, los primeros dos grupos a los que me enfrenté, los primeros nombres, las primeras historias, las risas iniciales, las complicidades establecidas de inicio... Casi todas esas caras desaparecerán mañana.

Son personas que han compartido conmigo 4, 5 y hasta 6 semanas, un par de horitas como poco cada día. Me han hecho reír, me han dado energía, me han hecho confidente de sus historias, me han permitido conocer de cerca y sin barreras todas sus inquietudes, me han sorprendido, me han mimado, me han dejado entrar en su rutina, me han convertido en espectadora y protagonista de su historia.... Y todo, sin pedir casi nada a cambio (honestidad, humanidad, paciencia, conocimientos), sin medirme ni pesarme ni tasarme ni juzgarme a pesar de lo que soy y aún siendo quienes son.

Claudio volverá a su Italia con una visión algo más optimista de las revoluciones sociales. Reneé pondrá banda sonora a la ciudad unos días más. Anton, ese buenorro sueco enamorado de una pacífica china, se ha despedido esta tarde: ni siquiera Lilan puede más que una visita de un sueco amigo. Martin, doctor y jefe de psiquiatría, vuelve el sábado a sus investigaciones, a su clínica, a su familia y quehaceres diarios - a mí me da en la nariz que lo que él llama problemas en el estómago es en parte morriña orientada al futuro respecto a su vida aquí-. Dario "El Cariñoso" se incorporará de nuevo a su grupo de Policía de Finanzas repartiendo besos a diestro y siniestro, intentando hacer la vida más agradable a sus congéneres. Se pirará Jeannie y se llevará todo su buen humor neozelandés. Regresará Veronika, la valiente que se plantó en Barcelona sin voz pero con la intención de aprender español- a Moskú. Larissa seguirá recuperándose en Berlín de su tobillo roto -pocas polis más sexy he visto yo en mi vida-. Christian, el "Grande", se dedicará a lo suyo, a sus ingenierías alemanas y a sus cosas.

Ha sido intenso. Ha molado. Si me pongo así cuando ellos se van, ¿cómo seguir aparentando que llevo bien las despedidas? ¿Algún cursillo de cómo decir adiós? Empieza a ser urgente.

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