domingo, 22 de mayo de 2011

OTRO #15M

Para muchos el domingo pasado fue el primer día de indignación estatal. En mi caso la indigación colectiva fue la chispa adecuada que dio pie a una quema personal pero en gran parte colectiva. Algo así como una noche de San Juan llevada al extremo, un rollo similar a lo que dije varios posts antes pero con palabras y direcciones concretas, exactas. Se trataba de hacer una falla simbólica con todas aquellas mentiras que nos habíamos creído hasta entonces y no me importaba si hablaban de política o de relaciones o de curro. Las consignas que gritaban eran comodines, lo mismo servían para lo uno que para lo otro que para todo que...

Hartitos estamos ya de todos los que se suben al carro de lo que mola. Hasta el jánder de los que quieren aprovecharse de nuestra voz para gritar y darse a conocer con la máscara que siempre soñaron, apropiándose de la voz que imaginaron tener y del apoyo y los aplausos que deseaban... Hay mucha peña con ínfulas de político de bien que no tiene idea de dónde se está metiendo. Hay, todavía más, portavoces peregrinos que no saben ni lo que sginfican las consignas que proclaman. Por eso me gusta este "movimento". En el fondo nadie te pregunta de dónde vienes, dónde estás ni adónde vas... Y sin embargo lo saben y lo valoran.


Tengo pesadillas desde hace días. Sueño que mantengo conversaciones en inglés y, aunque mis interlocutores me entienden, no me quedo satisfecha con el resultado y sigo dándole vueltas a las conversaciones, no vaya a ser que mi cintura, aunque amplia, no esté preparada para un parto de ideas descomunales, trillizos o cuatrillizos....

Por lo que observo estamos casi todos preñados de lo mismo... De nuestra propia imagen de cara a nosotros mismos, lo que deberíamos decir, lo que tendríamos que callar, lo que deberíamos protestar.... y nuestra imagen de cara a la galería. Es tan complejo el asunto que me prometo abordarlo en otras circunstancias, bajo otras lupas.

Reflexionemos, sí, que pensar siempre fue gratis y pocas veces fue perder el tiempo.

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