No os libraréis de esa vocecilla de niña pequeña en vuestros aparatos de recepción de sonido. La vida es dura, chavales, y yo no tengo otra cosa que hacer que pensar que podría, objetivamente, eso sí, solucionar vuestras historias. Suena a amenaza.
Y te animo a mirar por tí mismo/a, a no dejar que nadie tome decisiones por ti, a usar tu tiempo como te salga del mismo, a ser justo/a, a lidiar con la realidad tal y como me la planteas, a no bajarte los pantalones por nadie, ni siquiera por mí.
Alguien me dijo hace mucho tiempo que estoy guapa cuando grito verdades como templos ("en la distancia, después de unos días"-matizó) y me da el ataquito de matriarca de un clan gitano defendiendo a sus churumbeles. Otra mentira más... vaya tela... A ver quién me ha escuchado decir una de esas... ¡Aficionado!
¡Qué asquito! Soltando mocos a diestro y siniestro como si hubiera aprendido algo más este fin de semana que a atarme el pantalón y la falda thai!!!
Estoy contestona, o soy... Que me vayan dando. De cerca da mucho menos miedo. Cacho de carne rojo. Vibración de las cuerdas vocales.
Aquí unos amigos... Aquí mi garganta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario