martes, 20 de marzo de 2012

IAN 3




Si has llegado hasta aquí, Ian, es porque sabes leer y porque tienes curiosidad. La curiosidad aparece cuando uno tiene algunas preguntas -aunque ni siquiera las formule- y menos respuestas. La invasión de cuestiones suele venir acompañada de una carencia de mimos o similar. Aquí, desde el inicio, un beso para ti. Vamos ahora a por las respuestas.


¿Qué te preguntas, Ian? Esa es mi pregunta... Voy a intentar hacer un ejercicio de reflexión.... espero ponerme en situación y contestar alguno de los interrogantes que se te pasan por la cabeza. ¿Hacemos un Top 10? Digo yo que así, tarde o temprano, acertaré. Venga, va, empezamos hoy con el Top 10 y poco a poco lo vamos completando.

1. ¿Soy hijo de mis padres? Pues sí. Parece tontísima pero es una pregunta que todos nos hacemos en algún momento. El rollo es que ves a tus padres y te parece que son taaaan distintos a ti... Pues sí, eres hijo del Jaime y de la Jésica. Con el artículo delante, que somos de El Prat. Mi sobrino. Te buscaron desde que se casaron. Lo de la boda creo que fue por un tema más de seguridad que de otra cosa. Seguridad para ti, se entiende. En fin, que sí, que respires tranquilo. O no. Para lo bueno y para lo malo eres sangre de mi sangre. Tuve un profesor que nos decía siempre que debíamos estar orgullosos de estar vivos porque éramos el fruto de la casualidad de millones de antepasados... los grandes supervivientes. La mezcla de la que venimos es delicatessen. No estaríamos aquí si fuera de otra manera.

2. ¿La/Lo llamo? Sí, si es la primera vez que lo haces. Sin duda. El orgullo es como una camiseta XXXL de algodón en pleno invierno.... Te tapa las vergüenzas pero no te quita el frío. No, si ya hablamos de más de tres cifras. Lo de arrastrarse no está hecho para ti, ni para mí, ni para nadie con las neuronas activas. En la vida hay momentos para todo y puede ser que esa persona no esté en el mismo punto que tú. Una putada, sí. Pero de todo se sale. Ni pionero eterno ni caracol forever. ¡Aaaahhhhh! Se me olvidaba la parte más importante de este punto... Te digan lo que te digan y lo veas como lo veas... te equivocarás mil veces. Seguro. Sí o sí. Cagarla te hace sentir una bazofia pero es necesario. Cada cagada es un pasito más para ser feliz de verdad. No te fíes nunca del que te dice que tiene un olfato infalible, de la peña que afirma que nunca se equivoca. Tarjeta roja para todos esos. Son robots. Suenan a hueco. No sudan ni se ponen rojos. Lejos, lejos, lejísimos de tu vida. Los puedes descubrir si agudizas el oído porque suena el eco eco eco eco... Nada que rascar por ahí.

3. ¿Los amigos son para siempre? Pues depende. Los buenos amigos duran mucho. Perdona por no acotar el tiempo pero es que todavía soy demasiado joven como para aclararte esta cuestión con propiedad. Los buenos amigos no son los que más ves, los que más tiempo comparten o han compartido contigo... aunque al principio lo parezca. Presta atención a los que te pongan en tu sitio cuando te hayas ido de madre, a los que te peguen collejones -aunque duelan- cuando te están haciendo falta, a los que aparecen después de meses o años de ausencia y son capaces de darte lo que necesitas desde el primer segundo. Esos son los buenos... y esos se quedan mucho tiempo contando las pausas. Mira tus manos, levanta un dedo por cada amigo que consideras de verdad y divídelo por dos. Con suerte, esos serán los amigos de los que dispones realmente. Las matemáticas son imprecisas a veces... deberías restar uno o dos más porque seguro que alguno te traicionará y se liará con tu churri y otro te robará el curro y se aprovechará de ti. Si no te queda claro el tema, lee a Risto Mejide que lo explica mucho mejor que yo. Te sobrarán falanges de una mano... pero número no significa ganar la guerra. Perder una batalla no es nada nuevo.


4. ¿Soy el único que....? Escribas lo que escribas en los puntos suspensivos.... NO.
No eres el único en nada. Quizá no los conoces todavía o aún no te han contado X tus allegados o todavía no has descubierto Z... no importa. Tampoco es del todo cierto -pero casi sí- que esté ya todo dicho y escrito y descubierto. Para nada. Cada persona es irrepetible. Coincides en muchos puntos -lo sepas o no- con otros miles de personas. ¿Sabes qué población tiene China? En serio, aléjate un poquito, objetiviza... ¿De verdad crees que eres el único en X? Aunque la respuesta es negativa no infravalores lo que sientes, lo que te pasa, lo que opinas. Hay muuuchos universos, hay millones de culturas por ahí, hay tanta, tanta, tantísima gente que.... No sé cómo explicarte. Dicen por ahí que si todos los chinos se pusieran de acuerdo y saltaran... en la Tierra tendríamos un grave problema sísmico. Y probablemente es verdad, aunque no me imagino que pase porque el tema es que, por más que haya otras personas iguales a ti, con tus mismas inquietudes, nadie te ha prometido que estén en tu círculo, ni que tengan tu mismo objetivo, ni que sean conscientes de ello. Me estoy liando, Ian. Resumiendo: lo que te pase, en un 99%, ya le ha pasado a otro antes. Esto no significa que seas menos que nadie. Los decimales marcan la diferencia. Que te la pele lo que el resto piensa, si tú estás bien. Eso es lo que vale. No dejes nunca de mirar a tu alrededor. No pierdas jamás la curiosidad, ¿vale? Trato hecho.

5. ¿Soy gilipollas? Mira, no te conozco. De momento eres un Gremlin, una cara de Bélmez en papel.... Vaya, que no hemos hablado, que no te conozco de verdad... Aún así te aseguro que no eres gilipollas. El gilipollismo se gesta ya desde el útero y el tuyo es de primera. Imposible. Tendrás tus dificultades con esto o aquello. Se te atragantarán algunas asignaturas. Te sentirás retrasado en algunas situaciones. Pero no eres gilipollas. Vamos a ver... la sensación de sentirse gilipollas, de sentirse tonto, de saberse incomprendido... no quiere decir que lo seas. Hay cosas que se nos dan mejor que otras. Hay cosas que se nos dan fatal. Hay cosas que no se nos dan. Yo, por ejemplo, nunca entendí las matemáticas... ni otras tantas historias ni a mogollón de personas. Mierda, acabo de entrar en bucle. He pensado que, quizá, sí soy gilipollas y el problema es que no lo he reconocido nunca... y después, inmediatamente, me he dicho que ni hablar, que yo de tonta no tengo un pelo aunque la cague o la haya cagado mogollón, aunque no sepa muchas cosas... Vamos a centrarnos, Ian, que nos perdemos... Gilipollas es el tipejo que no tiene sentimientos y se la pela pensado en sí mismo y está tan orgulloso de su persona que no se mira en los espejos y se cree tan superior al resto que le llegan susurros en lugar de opiniones. Seguro que ya has conocido alguno... Se miran el ombligo, balbucean con mejor o peor suerte, no saben lo que es la empatía, se dedican a la política o negocios similares y, pese a todo, duermen bien por la noche, juzgan la otredad sin remordimientos, olvidan lo que sea con tal de ganar en Bet&win...


Ian, es muy tarde ya. Llevo días intentando irme a dormir antes de medianoche. No entra en el Top 10 esto pero te lo tengo que decir: cuídate, mímate, date caprichos, sonríe todo lo que puedas -lo que sientas- aunque nadie lo vea. A veces se siente uno solísimo. A veces parece que no hay solución. A veces te entran ganas de hablar con alguien. A veces te sentirás gilipollas, con todas las letras. Todo pasa. Ya verás. Nada es tan grave. En este "juego", si apuestas por ti, ganas seguro.


Otro día te completo mi Top 1o. Prometido. Alé. A cascarla.

No hay comentarios: