miércoles, 21 de marzo de 2012

El Camino



Casi todos seguimos un camino. Damos un paso tras otro con el pensamiento de un final triunfante, de una meta. Cada cual que se imagine lo que quiera al final de la etapa: agua, golosinas, abrazos, vacas pastando, silencio, lentejas, una taza de miel y limón, etc.


En el camino cada cual tiene sus momentos de flojera. Los hay que sueñan con un plataco de alubias, los que se muerden las uñas para no llamar a alguien, los que hablan solos por aquello de espantar el silencio, los que se enchufan un antifaz y unos tapones para los oídos y se aíslan de todo y de todos, los que sonríen a la expectativa, los que justifican su aislamiento en la sinusitis o en cualquier enfermedad de tres al cuarto.


Por más que uno casi sobrevuele el sendero a toda velocidad, se le quedan siempre los restos de tierra o/y barro en los zapatos. Me encantaría seguir tecleando pero ya no tengo dedos. Sube un párrafo y lo entenderás. Malditas reformas escolares.

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