martes, 5 de agosto de 2014

IAN y el hombre de mi vida



Con lo joven que te imagino leyendo esto y, aún y así, la de veces que has debido de escuchar esa expresión, la mandanga de "El hombre de mi vida". Como si no aprendiéramos, niño... mándame unas cuantas piedras más con las que tropezar, eso de los niños con los cordones desatados que se van pegando lechugazos, lo de meterse en la piscina sin guardar un tiempo prudencial desde la última ingesta. Bah, leyendas urbanas.

Hablaba sobre este tema hace poco con un grupo de "raros" que me incluyen y llegábamos a la conclusión de que la tradición heredada pesa mogollón. Ya te lo confirmo, bicho, yo también he dicho que Fulanito era el hombre de mi vida. Varias veces. Sin ponerme ni medio colorada. Y me he comido piedras casi idénticas, y he tenido momentos bochornosos con los cordones y me he paseado por la playa dos horas mojándome solo las pantorrillas por si las moscas. La ignorancia es muy atrevida, Niño-Búho. Y muy poderosa.Y entra muy bien.


A mi edad, pequeño, puedo afirmar que tengo, como poco, dos hombres de mi vida. Cágate, DOS. Pues sí... y olé yo, ¿no? Es que uno escucha la mierda de frase y se pone en plan oso amoroso forever, pareja indestructible, amor verdadero salido de las entrañas de un becario de Disney. Y no, no va de eso.

Los hombres y mujeres de nuestra vida no saben del tiempo ni entienden de guiones pastelosos porque son personas que sacan lo mejor de ti y superan en positivo cualquier script previo. Me parece que es ese tipo de peña que te pone a prueba, de la de "No te gusta bailar pero vamos a mover el culo, nena, que lo haces de escándalo", o de la que te planta un micro para que superes tu miedo escénico o de la que te hace una pregunta insidiosa para que dejes de salvar la ropa de una puta vez, que ya toca, coño. Gente que lo hace cuando toca (ni antes ni después, el timing es muy importante), porque quiere (no va buscando palmaditas en la espalda), porque te quiere, cada vez, como sea, por ti y para ti. Discutir es opcional.


Los hombres de mi vida sois mi padre y tú.







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