martes, 21 de julio de 2015

ZOAN y el día libre



El NiñoBúho me cuenta que no le gusta la piscina de los grandes y que no, que no le da miedo... es sólo que no quiere ir. Yo creo que adora a mi hermana y que, justo por eso, odia tener que separarse un ratillo de su lado, claro, a saber qué cosas chulas se está perdiendo él. En la playa confirmo que el agua no le da miedo y nos dedicamos a saltar olas con los manguitos y la boca bien cerrada. Le encantan los barcos y me promete que va a sacar el dinero de su hucha y nos vamos a montar en uno. Me convence así, cómo no, para ir a verlos de cerca y nos pasamos un ratazo los dos como dos abuelos (uno con capa de Spiderman) manos en jarra oteando el horizonte, viendo cómo llegan las barcas y viene el  tractor a llevárselas a dormir porque ya es tarde y estos barquitos son pequeñitos como la Zoe.

Llevamos todo el día de subidón: columpios, escondite, pistola de agua, fideos con chipirones en casa de la Yaya, tiritas mágicas, dibujar gatos en la libreta súperchula que me ha regalado... y de remate, playa y buscar pececitos que te dan besitos en los pies pero comen verduras minúsculas que están en el agua aunque no las vemos. Lo de los peces grandes, lo llevamos todos regular tirando a mal.

- Come un trozo de melón -dice mi hermana.
- No.
- Sí.
- No y no voy a discutir - sentencia el moco de un metro.

Vamos con Zoe a la revisión de los cuatro meses y está perfecta. Se ríe todo el rato, balbucea buscando las palabras, se resiste a dormir hoy la siesta contagiada por su minúsculo mentor, llora enrabietada cuando le ponen la vacuna. El resto de tiempo, Zoe es toda ojos enormes que se comen el mundo sonriendo y con la lengüilla fuera.


"Atención, Srs. Mochuelos. Les rogamos vengan a casa de la Tita a recibir cosquillas en los pies. Tenemos descuentos en la sección "Besitos de peixet". Muchas gracias. Pasen un buen día."  Y mi sobrino se parte con la megafonía cutrona.











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