jueves, 27 de marzo de 2014

IAN y mi primer beso



Mira que eres caprichitos, Niño-Búho. Dos cajones abiertos, el peluche de la serpiente suicidándose... y lo que te gustan los libros y lo que me encanta que me los enseñes de uno en uno cada vez que voy a verte.

En la foto estabas lanzándome un beso de esos que ni Whatsapp ni nada, de esos que sientes cómo te llegan con o sin internet, a cualquier hora, de cualquier manera y te alegran el día. Te tengo preparada un sorpresita... esta vez sí tengo datos, enano, flípalo: Me diste el primer beso el 21 de marzo de 2014 a eso de las 18:50 (minuto arriba, minuto abajo). No salió de ti pero no te lo tuvieron que decir dos veces, me agaché y me diste un besito lleno de babas en la mejilla izquierda.


El tema beso 1 tiene, como mínimo, dos puntos interesantes. El primero va de lo que tarda en llegar el muaks inicial... y es que más tarda, más torpe te sientes, más ganas acumuladas, más emoción... menos experiencia, menos seguridad, menos flexible/fluido/dúctil/maleable tú. Segundo, el punto Caja de Pandora en positivo que tiene... es que es dar un buen beso y -si todo va bien, según lo previsto y anhelado-, que te apetezca abrazar a esa persona, olerla, darle la mano, poner la tuya sobre el fuego y repetir de beso hasta que el moflete o los labios no den más y que uno de los dos saque la bandera blanca que señala el momento de tregua, la pausa necesaria para procesar lo que sea.


Los primeros besos son siempre un pelín raros... después ya se van ajustando los ángulos, las texturas, las formas, las intensidades y los complementos. Me quedo, de ese día, contigo cogiéndome de la mano y tumbándote en el sofá a mi lado -nariz contra nariz- para dormir juntos, contigo trayéndome libros y sentándote en mis piernas para que te leyera, contigo intentando que te prestara atención mientras arreglaba los problemas de tu abuelo con su email, contigo abrazándome fuerte al despedirnos en la parada del autobús, contigo descojonándote de la risa con la gamba que te hablaba, contigo bailando al ver nuestra foto el La Font Màgica de Montjuic demostrando que ya tienes memoria y pasado... y que nos lo pasamos de puta madre esa noche, niño.


El primer muaksssss, bicho, se te va a olvidar... Ya lo siento, cielo, de verdad, pero el cerebro es selectivo, va a su rollo, cambia las cosas de sitio, las hace más grandes o minúsculas... tiene un espacio X y hace limpieza cada poco por tu bien. Yo empecé a escribir cuando me di cuenta de que mi memoria me hacía la púa cuando le interesaba, para contrastar, porque no siempre me contaba la verdad. Desconfía de tu cabeza, pequeño. Si tuviera que darte un único consejo, te diría que hicieras caso de tus tripas, del sentimiento que te atrapa, se hace dueño de la boca de tu estómago y no te deja dormir bien... ¿Sabes de qué te hablo? ¿Lo notas? Pues escribe, Ian, escríbelo todo, todo, todo... El día que tú quieras nos ponemos a analizar, honey.



Acotación: Mi primer "Adiós, Tita, te quiero" sucedió un sábado 3 de mayo de 2014 en el metro de Bellvitge. Lo pongo como acotación y no es porque no fuera importante para mí -que sí- sino porque no tienes ni puta idea de lo que significa todavía. Aún eres un enano de menos de dos años que parlotea y repite como un loro lo que le rota según el momento. Minipunto para mí porque lo dijiste...


No hay comentarios: