martes, 11 de marzo de 2014

11 tipos de amores



Kiko Amat hablaba de los "15 tipos de enemigos". Vamos a darle la vuelta ya a la tortilla, para que quede jugosa. Ni 12 ni 13.  Ahí van 11 tipos de amores.

1. Amores pero poco: También denominados Amores de pura potra. Ese amor de un ratín, de "porque me pillas con la guardia baja y hambre". Prohibidas las preguntas del después de y, por lógica, las de entre y antes de. Se valen los abrazos y los mimos pero viene a ser como la zona verde, hay que ir metiendo fichas a cada rato o se lo lleva la grúa. Es un amor de darlo todo como con prisa. Y tan ricamente.

2. Amores ancestrales: quedan pocos pero haberlos... No me lo creo ni yo. No hay amores ancestrales, niños. Por amor ancestral a mí me sale...  CE-RO!!! ¿Eso qué es lo que es? ¿Un amor que quéééé?? Es que no salgo de la definición más patillera del universo y no me convence. Ancestral suena a mucho tiempo y nuestra esperanza de vida es la que es, no salen las cuentas, ¿no? Si alguien tiene noticias de este fenómeno, que lo comunique.

3. Amores que no respetas: buuuuuuhhhh... marabunta!! Que si dije que me encantaría oler a rosas y me llegó un ramo, que si me das un margen Z que yo no te he pedido ni me hace falta... Ese rollo compulsivo que le entra a alguna gente con cubrir espacios en blanco de biografías ajenas. Peña que se postra a tus pies y, además, dice la puta frase de marras.  El respeto se gana. Y debe mantenerse. Hazte valer, payo, que alfombras hay en cualquier chino.

4. Amores automáticos: "¡Me ha tocado la lotería!" es lo que sientes porque te viene de la nada y tiene un nombre que ya de inicio te motiva, porque resulta que has encontrado a la única persona sobre la faz de la tierra que comparte tu delirio por el libro "El orden alfabético" de J.J. Millás, porque -oh, sorpresa- te ha dado un buen repaso de cultura general sin inmutarse por tus muecas de desconcierto y sin caer en la humillación gratuita, porque sonríe con criterio, te lisonjea sin resultar pegajoso y huele a verano y a limpio. Una vez cierras la boca y te resitúas, suelen perder fuelle y acabar desperdigados en las categorías 1, 3 y 5.

5. Amores pasajeros: todo es un cuándo, un cómo y un con quién. Vale lo mismo una tirita que soplar con el agua oxigenada. Se juntan varios planetas, llego a medio gas, hay luna llena... no sé, cositas... Está guay, mola, y se disfruta por más que sepamos todos que esto no va más allá de verme los rizos a lo Krusty como máximo. Me parece más interesante algo pasajero movidito y rico que algo perenne que ni huele ni sabe a nada. El tema es recorrer con alguien una parte del camino, y que sea amena.

6. Ex-amores: Fue intenso, sí. El crimen fue que nos quisimos todo, lo apostamos todo  a Pi y no funcionó, claro. En esta categoría entran todos los lamentos y casi todas las inseguridades pretéritas. Apostaste 10 lentejas al 27 en su día y hoy te juegas 10 garbanzos al 11. Cada legumbre a su tiempo, amigos. La patata da lo que da de sí... y gracias. A los ex- amores se les saluda con dos besos y un abrazo apurando... y sigue uno caminando, pensando en sus cosas, con el ánimo del que sabe que ha cumplido.

7. Amores en la inopia:  algunos amores no serán públicos porque no te saldrá de las meninges que lo sean o simplemente porque los saludas, cada día, sin verlos. Pudiera ser que te diera una pereza bárbara manifestar tu amor a esa otredad, o que, mucho más probable, mucho muchísimo más a tu son, no hayas visto que esa otredad es una meta-otredad, lo más de lo más, el amor supremo, el último y definitivo de otro. Ni se te pasa por la cabeza que es pá ti. En mi pueblo lo llaman "estar a por uvas". Entre que te gradúas las gafas y que no, vas picoteando miguitas. Acabarán en algún número de esta lista, Alain Afflelou mediante.

8. Amores en pruebas: se basa en el Pálpito de amores que, de acuerdo, no es infalible. Es el fulano que te da buena espina pero aún no sabes por qué. Es el mendas a quien escrutas con un ojo entrecerrado, tratando de olisquear la estela de nubes algodonadas que deja a su paso, intentando anticiparte a su futura e inevitable lluvia.  Es el salvador de mascotas en quien confías, al que le ofreces tu mano sin que te obliguen y porque sí. Es ese tipo con planta y verbo o al revés. El amor en pruebas puede llegar a ser un 4, desconfía de entrada y escucha atentamente los gruñidos. Lo miras de soslayo y sabes que en algún susurro esconde secretos que te importan, vaya usted a saber por qué. Cuestión de tiempo que llegue a derivarse a cualquiera de las otras categorías.

9. Amores por desgracia: Ejemplar raro, sí, pero muesquita en la aorta te pongas como te pongas. Hablamos de un tipo al que amaste y ahora te arrepientes todo y más. Bellísimas personas, en serio. Pasó que nos las hicieron pasar putas y, claro, luego uno ya se olvida de haber amanecido feliz con los labios hinchados a su lado, de medir bocas ajenas con los dedos entre carcajadas, de humedecerse el dedo para sacarle las legañas al otro. Uno hace reset por salud mental y acaba cediéndole el terreno al suspiro arrepentido. Seguro que no te patearon las entrañas con mala intención, segurísimo que las afrentas eran en su mayoría imaginarias... Lo mismo que hay quien dice que va a llover cuando le duele la pierna, tú te tocas los puntos de sutura y te coges el pulso cuando te viene su imagen a la cabeza. Recomendable absolutamente no colapsar esta categoría. Desfragmentación de disco, niños.  "Una y no más, Santo Tomás" + "Virgencita que me quede como estoy"= SMS_MILAGRO al 55778.

10. Amores inmorales: gente a quien no deberías amar, joder, en qué mierdas estás pensando. El novio de tu amigo no se toca, nene. Que sí, que sí, que en cada casa hay unas reglas y tól mondongo pero que no, que no cuela. Hay seres que están más allá de todo, que no se pueden lamer y que ni siquiera deberías estar nombrando ahora por lo bajini porque está mal, copón. Muy muy feo, muy muy bajuno y muy muy cutre. Casi todo vale pero hay que respetar.

11. Amores de Verdad: esto, a mí, me lo han contado. Se dice, se cuenta, que hay amores capaces de hacerte sentir bien por más destruido que tú llegues a casa, que consiguen cosas tan imposibles a priori como que te levantes un domingo antes de las doce para ir a hacer El Deporte, que se esmeran en hacerte notar lo bonic@ que eres por más vacaburr@ que te hayas puesto, que te aúpan sin más para que superes cualquier obstáculo que se te ponga por delante... Ya sé que suena muy ñoño. Igual es que no va con nosotros. O sí, pero tuneado.

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