sábado, 25 de mayo de 2013

IAN y la LUNA



¿Esta noche hay luna llena? Uno dice luna como podría decir, no sé, patata, como si no costara, como si fuera gratis, porque lo es. Y no es ninguna desventaja. Y no es ningún insulto. Y no es ninguna nadería.



Me parece a mí que la luna es una incomprendida de base porque siempre, o casi siempre, está ahí aunque ni la veamos o, si la vemos, no le hagamos ni puto caso. Es lo que tiene la monotonía, que la gente se aburre de las cosas que se repiten en su vida justo por eso, porque se  re - pi - ten, porque ya se las saben, porque tengui, tengui, tengui... -¡Maldita sea!¡Otra vez el mismo puto satélite!- Como si el tiempo no pasara. Como si las arrugas no llegaran. Como si un paisaje pudiera mantenerse inmóvil segundo a segundo ad eternum.

Para siempre parece mucho tiempo a veces y poquísimo otras. Ya lo hablamos hace meses. La barba de chivillo que te asomará ahora, para ti hace muuucho tiempo que está pero yo, no sólo no me acostumbraré a ella, sino que haré eso tan típico de las tías pelmazas de mi época y me lameré el dedo índice -puede ser que el pulgar también- para pasártelo por el mentón y borrarte la pelusilla ésa o, quizá, tendré ganas de sacar la goma del bolso y borrarte el carbón del bigotillo. Como si lo viera. Iba a pedirte perdón desde mi 2013 por todos los chistes que haga a tu costa desde hoy pero se me han pasado las ganas y me he imaginado descojonándonos juntos dentro de muchos años. Compro ese momento que ha de llegar, Ian, para asegurarlo todo, lo posible y lo imposible. Lo del pacto con el diablo lo estoy considerando también, no te me asustes con lo de que soy pobre pobrísima...

Tu tita M. que soy yo, tiene algunas manías que, casi seguro, no conoces... Hablo sola (esto ya lo sabías) con la Luna. En serio. Vamos a ver, nonaino, que no estoy loca (creo) pero me relaja hablar en voz alta mirando el cielo, face to face, si puede ser, con la Luna. Es una especie de cara/comodín que ni me juzga ni se parte ni sospecha de mis palabras ni pone en cuarentena mis flipadas... si yo no quiero. La última parte es importantísima. Prácticamente todas las noches me voy a dormir después de decir una frase secreta que nadie sabe y de desearle buenas noches a ella y a sus nueve estrellas amigas. Nublado o despejado, salgo al balcón y la busco. Puede ser que esté cerrado el cielo y no la vea, no importa demasiado. Es como tú ahora, que no te veo todos los días, pero imagino tu cara sí o sí a diario, porque que estás y lo aprecio aunque no te pellizque los mofletes ni te coma a besos.

Cuando la Luna está llena, la llaman grande/gorda como un piropo y las parejas se abrazan a su luz como posando para la foto y los singles se sienten iluminados porque sí, cuando adelgaza un pelín todo el mundo lo comenta, cuando se queda escuálida la comparan con gajos de frutas variadas, con pinceladas de pintores anónimos- todo bonito, todo poético- y cuando desaparece, todos la echamos de menos. Todos. Incluso los HombreLobo. ¿Recuerdas alguna vez de alguien que rajara de la luna? La luna es de esas pocas cosas de las que nunca oyes hablar mal.


Te regalo la Luna, Ian. La Luna no es de nadie y es de todos. Un poquito más tuya desde hoy, ¿te das cuenta? Sólo porque tú le das valor, porque a ti no te molesta que esté ahí cada puta noche, con la misma puta cara, tan putamente monótona... Es un poquillo más tuya porque tú la buscas, porque la quieres, la miras, la respetas, la aprecias, la valoras... y porque no dices puta antes de nombrarla... ¿me vas entendiendo? ¿te has perdido entre tanta metáfora?



¿Cómo andas de Luna esta noche, Ian? Silba si te hace falta un poco más. Creo que he mejorado mi cara de comodín y tengo en los bolsillos algunas migajas de Luna que te pueden quitar el hambre.
Con que mires al cielo esta noche con un algo de curiosidad, ya me conformo.
Por ahora.
¡Qué espectáculo, Ian!
Ni la mejor de las películas.
Ni el mejor de los cuentos.










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