viernes, 18 de enero de 2013

LA VIDA SIMPLE II


Mi Simple Life 2 suena a saga mala ya desde el principio, por el nombre, aunque recuerdo haber flipado bastante más con Terminator 2 que con la 1... En fin, que aquí llega la versión 2 de "La vida simple". Pasen ustedes, acomódense, rogamos que sus móviles permanezcan en silencio. Comienza la función.

Se abre el telón y aparece un sofá soleado. La cantidad exagerada de mantas nos induce a pensar que estamos en invierno. Ordenador portátil cerrado a un lado. Marcas de sábanas en la piel de quien se ha amodorrado en esas circunstancias, gustosamente.

Hay un par de zapatillas bajo el sofá, alguna barrita de incienso quemándose y una lavadora recién tendida en el balcón abierto. Me he vestido polar de pies a cabeza esta mañana. Sentada en el suelo, con las piernas cruzadas y un moño despeluchado, me concentro en respirar. Suelto unos cuantos OMS hasta equilibrar el corazón, los pulmones y los pensamientos. Poco a poco. No hay prisa ninguna. Ojos cerrados, luz asalmonada en mis párpados cerrados. El aire entra frío por mi nariz y sale caliente... si abriera los ojos vería vaho saliendo de mis fosas nasales. Pienso que no estoy pensando en nada y sonrío. Mierda, ya la he cagado. Aparecen imágenes, personas, frases, ausencias, chungueríos varios.....

No consigo salir del bucle hasta que pillo a una nube en plena huida frente a mi balcón, escorándose a la izquierda, derramándose detrás de un pequeño rascacielos barcelonés. Se deshace en menos de dos minutos, rota por el viento de este mediodía. Aparecen cuatro más que pueden cubrir su puesto. Respiro la estela de los aviones que despegan y aterrizan de El Prat en la distancia. Los kilómetros, vistos desde mi balcón, parecen milímetros en un plano aéreo.

Me preparo un café americano, sin pizca de leche, con un terrón de azúcar, templadillo, y me lo tomo al sol, como una reina. No hay besos ni carantoñas ni arrumacos... no de ésa manera, no del rollo romántico. De los otros, de los que no esperan declaraciones de amor eterno, de los que se dan porque sí, tengo infinitamente más de los que podría haber imaginado sin que me resulten abrumadores.

En esta vida simple caben muchas mañanas y muchas caras. En esta vida simple también aparece mi familia. En esta simplísima realidad que imagino no hay casi mayúsculas pero tampoco hacen falta para dormir, descansar y despertar con energía. En La Vida Simple Segunda Edición hay un gato que me piropea, me saca los colores y me hace despollarme de la risa.

Viva el descojone general, nenes. Constato que, desde que soy feliz, he perdido algo de drama en mi conciencia social.






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