lunes, 14 de septiembre de 2009

QUINCEAÑERA




Después de las pesadillas amaneció nublado. He sido sol, lluvia, nubarrones, arcoiris, gris, morriña, tormenta y un largo etcétera. He leído poseída por un espíritu quinceañero "Crepúsculo". Lo de leer tiene siempre su qué. Te imaginas a ese guapo guapísimo, más desgarbado que nadie, con una espalda inmensa y un pecho inabarcable... y tú, que tienes el doble de la edad permitida para este tipo de literatura, te tragas una línea tras otra hasta plantarte en las once y darte cuenta de que has invertido parte de tu día laboral y toda tu tarde ociosa en esto, en una película de antena tres de los domingos impresa. Y tan pancha.


Quinceañera. Capaz de imaginar estupideces, de sentir imposibles, de añorar lo desconocido. La conexión de internet no podrá conmigo ni con mi infantilismo. Hoy le veré la cara al adolescente ayanquilado que me ha dado princesismo este lunes plomizo. Pinta bien, a ver si cumple las expectativas.

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