miércoles, 7 de septiembre de 2016

Fantilador (de "Escrito en papelotes")


Cuatro días hace de esta foto. En serio. CUATRO. PUTOS. DÍAS. Top 3 de lo mejor de esta estación que está por acabar (en orden aleatorio):

- Playa a primera hora de la mañana infiltrada entre personas de la tercera edad madrugadoras que fardan de experiencia vital. Sé que les da por el culo un poco (bastante tirando a mucho o a mogollón) tenerme cerca porque les rompo sus trincheras en primera fila de mar. No voy a tomar en cuenta que me llamen SEÑORA (a mí, que casi me doblan en edad y les saludo y les sonrío siempre amablemente a pesar de la hora) porque es lo que les gustaría - cabrearme- Y NO. Dientes, dientes, que es lo que les jode.  Me miro al espejo y veo cómo se difuminan las marcas del bikini. Puta bida, tete. 

- La Zoe aprendiendo a andar y el Ian a levantar las cejas. Tan frustrante para ellos como hilarante para mí. Sus preguntas, sus excursiones, sus carcajadas, sus travesuras, sus mimos, sus ojazos gigantes siempre atentos. LA. PUTA. VIDA. Ya, vale, que no es novedad, que desde que soy Tita blablablablbalbalblalaslblañalksdflakshkjkdd. Que os peten.

- Cafeles y terraceos con mi marido y mi mujer. Reventados, contracturados, de baja, sin comer, medio pallá, melapelistas, milenaristas (de los de Arrabal), pollitos, feministas, encabronados, amamonados, de turisteo, moñosos... Sabiendo como sabemos que nos adoramos a muerte, hasta el bochorno es un poco más llevable estemos en el estado que toque.



Cambio de aires y todavía más calor. De tramontana a galerna en un visto y no visto. Vuelvo a las clases. Claro. ¿Adónde si no? Allí reaprendo a estar tó loker (o lórker, que es más poético), y me entero de que a Laura la tienen fritanga a base de preguntas que ni el GPS, que al Juli le picó una medusa en Madrid y a no sé quién una vez le atacó un coche. Como colofón al drama y al lokerismo que nos posee, un estudiante dice que quiere comprarse un fantilador y consigue que tres personas (en teoría totalmente cabales, en la práctica un poco menos) le den vueltas al palabro y acaben discutiendo sobre la conveniencia o no de adaptarlo a nuestro corpus lingüístico individual.

Los cotorreos, las reuniones, los mails, las llamadas, las quedadas, las sobradas, las ausencias, los mensajes, etc. nos llevan al tuit final.



Estaba mirando el armario (vale, la butaca de mi dormitorio) y me han dado unas ganas tremendas de sacar los abrigos y las mantas y taparme hasta la nariz. El deseo ha durado lo que he tardado en apagar el aire acondicionado y abrir la ventana. ¿Será esto el infierno? ¿Será el calentamiento global? ¿Será que de un verano a otro se nos olvida sudar sin blasfemar?

Campana y se acabó.

("Escrito en papelotes")

1 comentario:

Helena Ortiz dijo...

jajajajajjjjajaja Me parto niña, eres muy grande! Qué viva el fantilador! que ahora ya todos queremos uno! y que sigan las partidas de culo ante la adversidad, con fritangas y lockers incluidos! un besazo!