domingo, 7 de agosto de 2016

LA VIDA SIMPLE IV


Hoy es Zoan y aquí hemos venido a pasarlo bien.

Se abre la puerta y llegan a darme besos primero la Xena -con la ventaja que da tener cuatro patas y saber usarlas- y luego la Zoe carcajeándose y tambaleándose. Click.

Beso a mi hermana.
- ¿Y el Ian?
- Uy, pues no sé... -me guiña un ojo y saca la lengua.
- ¿No está? ¿Se ha ido? Vaya... Pues es una pena porque le había traído un par de regalitos...Nada, unas cosas muy pequeñitas... Bueno, jugamos tú y yo y se lo enseñamos cuando venga, ¿te parece bien?

Y aparece el Ian por el pasillo y ya no se acuerda de que estaba escondido pero sí de los regalitos y de que le he prometido quedarme a dormir y jugar a un montón de cosas. Salta a besarme y abrazarme.

- Ya te echaba de menos - me suelta, como si supiera qué está diciendo. La intención, aquí, cuenta. Click.
- ¡Anda ya! ¡Pero si me viste hace dos días!
- Ya, Tita, pero yo quiero que estés aquí todos los días y tú me dijiste que ahora no trabajas...

El día que aprenda lo que puede hacer sólo con palabras, voy lista.

Ian me preguntaba el otro día si él tendría primos y yo le contesté que, por mi parte, directamente, era muy poco probable. Íbamos los dos de camino al Mercadona a comprar los ingredientes que nos faltaban para hacer nuestro primer pastel cuando me regaló -así, a lo loco- a sus futuros hijos y a su hermana Zoe. Yo empecé hablándole de Iró y acabé explicándole cómo se extinguieron los dinosaurios.

- Otro día voy a ir a tu casa y tú vas a cuidar a la Zoe y se quedará en tu casa y así no estarás solita...
- ¡Uy!¡No! Yo os cuido a todos un rato pero a mí me gusta estar sola...
-¿¿¿Sí, Tita???
- Sí, sí. A mí me gusta muchísimo estar con vosotros pero también me encanta leer y ver películas y series y para eso no necesito a nadie, ¿sabes?
- A mí también me gusta ver pelis...
- ¿En serio?
- Tita, ¿hacemos un cine esta noche?
- ¡Claro! ¿Qué quieres ver?
- El año pasado vi el Arlo y ahora tengo súper pesadillas del Arlo...
- Ufff... pues entonces el Arlo no, yo no quiero dormir mal...
- Y otro año vi La Bella y la Bestia... ¡y me gustó mucho!


Vemos a los yayos, jugamos con el camión de bomberos, echamos carreras, cocinamos macarrones... Está intentando averiguar por qué yo no hago siesta como él. Le explico que no puedo, que me encantaría pero que soy incapaz y veo cómo me escudriña, asegurándose de que no le engaño, y me da un beso muy sentido antes de enfilar hacia su cama.
- Tita, ¿cuando yo me despierte tú estarás?
- Sí... ¿Ves esa bolsa? Pues ahí tengo el bikini y cuando tú te despiertes, nos iremos a la playa, ¿te apetece?
- ¿Te vas a quedar a dormir hoy conmigo? Porque me lo prometiste...
- Pues claro... Las promesas, se cumplen.
Y él se ríe encantado porque sabe que no le miento. Click.

Se nos pasa la tarde en ponernos los bañadores, saltar olas, ir a ver barcos y tablas de windsurf, construir castillos y decorarlos con albondiguillas de arena y conchas, mirar (yo) mal muy fuerte a un niño que será asesino en serie en unos años y súper mal (yo, again) a su madre que tiene la misma capacidad de reacción que un caracol, jugar con la Iria y ponernos de arena hasta las cejas. Mi sobrino Ian tiene una memoria imprecisa respecto al tiempo (dice año y en realidad es lunes, mes..) pero muy ajustada en otros aspectos. Todavía -por suerte- no entiende la malicia pero se parte de risa tras asegurarse de que no es grave cuando me ve cojear y me escucha blasfemar por lo bajini después de pisar un puto rastrillo en la playa.

Ya en casa, pasamos por la ducha los cinco y acabamos todos en el sofá viendo "El rey  León". Los Zoan no se saben las canciones pero, de alguna manera, sí que entienden que esta película es nuestra favorita y, aunque se caen de sueño los dos, aguantan y hasta se unen a nuestros vibratos y carcajadas. La voluntad es lo que cuenta. Click.


Cantamos a dúo estoestoesto esto. Nos reímos a coro con esto.
-  ¿Te está gustando la película? - le pregunto al moco que sabe hablar.
- Sí -contesta pensativo- y mañana les voy a decir a mis amigos del parque que la Tita se ha quedado a dormir.
Click.

Sueña algo pero no es la súper pesadilla del Arlo así que seguimos durmiendo, yo en la cama de abajo, hasta casi las nueve.

- ¿Has dormido bien, Ian?
- Sí, Tita, muy muy bien.
- ¿Sí? Yo pensaba que tenías pesadillas porque hablabas mucho y respirabas fuerte...
- No... Yo no... Igual tú has tenido pesadillas y soñabas eso - me suelta sonriendo. Click.


Odio el calor pero lo acepto cuando viene del abrazo de los Zoan. No es que cambie de opinión, es que valoro y aprecio sus muestras de cariño. Cuando alguien te quiere bien y mucho -pese al vertiguillo- hay que responder desde la conciencia de que "No quiero sudar" no es una excusa ni medio válida -tan cutre que ni se puede usar el tamaño normal de fuente- y de que, si la sueltas o te pones en un plan estúpido parecido, vas a tenerlo jodido para compensar tanto. Y ahí la llevas. niñ@.

La Zoe aporrea la puerta del baño mientras me adecento y se lanza mimosa a mis brazos en cuanto la abro. Desayunamos los cuatro tranquilamente en el sofá, bien cerquita unos de otros, bien de risas.. bien de Hakuna Matata.







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