lunes, 28 de abril de 2014

IAN y tu padre



La primera vez que coincidí con tu padre lo miré fatal. Aquel día, hace muuuuchos años, yo sólo vi a un chico delgaducho, con greñas, vestido de negro, pálido y muy reservado esperando a mi hermana pequeña en la esquina más oscura de la calle de tus yayos. No es que me cayera mal ni que hubiera hecho el pobre algo terrible ni nada... no, no... lo que pasa es que yo no podía creerme que alguien quisiera a tu madre tanto como para mirarla así, como a ti en la foto, en tan poco tiempo, con el genio que gasta mi hermana, sin temer lo peor, sin ponerlo en cuarentena. Durante muchos meses lo observé de lejos, analicé sus palabras y sus gestos cual CSI, examiné a mi hermana -tu madre- a la espera del error garrafal, del fallo, de la cagada. Y nada.

Mira que son años, Niño-Búho, y no puedo teclear ni media mala cosa suya. Tu padre es una persona -y eso ya es mucho decir en la mayoría de los casos- y además, es bueno. Pero bueno de verdad, no de boquilla. Bueno de esos que a veces quieres darle un collejón que le contagie de la mala follá irracional suficiente para que corte cabezas y acabe con las injusticias de nuestro mundo más próximo. Bueno de esos de "No puede ser, ¿en serio? Soy yo y arde Troya ahora mismo" Mira que entendería a veces que reventara y la liara pardísima con toda la razón del mundo mundial... pero no, él se pone en modo reflexión, le da cuatro vueltas más al asunto, se lo casca a tu madre, le dan cuatrocientas vueltas más juntos... y acaba levantando la bandera blanca. Aquí paz y después gloria.

28/04/2014 y a tu padre le salen los colmillos porque le has cerrado la puerta de tu habitación a tu madre -cabrón- para estar sólo con él. Supongo que para cuando estés leyendo esto ya habrás hecho cábalas sobre tus progenitores y, me imagino, habrás llegado a la conclusión de que los dos por separado son la polla y de que juntos son imparables.

Tu padre, nene, es un puto cacho de pan. A tu padre, Ian, yo lo quiero casi tanto como a mi hermana y el casi va más por una cuestión de años soportándonos la una a la otra que por la sangre, los apellidos o cualquier otra mandanga. Mi cuñado, tu padre, es de las poquitas personas en las que yo confío totalmente porque me ha demostrado mil veces que está y que sabe estar, que dice lo que piensa y hace lo que dice siempre mirando por todos, siempre correcto en las formas y en el fondo.

Hablo por todos cuando digo que nos gustaría que no tuvieras que pasar por lo mismo que hemos pasado nosotros, que tu camino fuera más fácil -más directo, en realidad-. Hablo por mí misma cuando te digo que si llegaras a ser tan buena persona como son tus padres, daría por bueno cualquier camino y me ofrecería yo en persona como responsable de ponerte los pedruscos oportunos.

A mi cuñado, a tu padre, me parece que le iría bien ahora mismo un buen abrazo. Hoy me encargo yo por los dos pero quiero que me prometas que cuando leas esto lo harás tú. No te ralles, no busques excusas,  no importa si es domingo o martes por la noche, tampoco vale el ya lo leí ni el ya lo hice....  Tira para el comedor, quítale el pc, el tenedor o el mando de la tele sin más y dale un abrazo, que se lo ha ganado, cojones.

Vale, ahora ya roto el hielo que adivino porque es propio de tus años, repite la operación varias veces y disfrútalo. Al principio cuesta un poco... pero todo es ponerse. ¡Abrazos, familia!






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