viernes, 14 de febrero de 2014

IAN y la yaya Joaquina

Tu yaya Joaquina, mi madre, pasa mucho tiempo contigo. Gracias a ella has aprendido a reconocernos en las fotos, el concepto del "escondite", lo rica que está la fabada... por poner algún ejemplo.

Tu abuela, tu yaya Joaquina, mi madre, te hace soltar la carcajada sólo con nombrarla. Disfrutas con ella, te lo pasas bien a su lado, la adoras y se nota porque se ve y se oye. Y bien que haces, nene, en confiar en ella. Tu yaya se crece a tu lado y se comería a cualquier monstruo que te diera miedo. Mi madre, tu yaya, te quiere de una manera incondicional y por eso te echará las broncas necesarias para que llegues a ser el hombre que queremos, una persona persona, feliz globalmente, con moral y ética. Un hombre hombre.

Mi madre, tu yaya Joaquina, se está esforzando en ser un buen ejemplo para ti, está luchando en la cocina por hacerte menús sanos y atractivos a tu paladar, está dándolo todo porque tengas la sensación táctil inmediata de lo que es una familia potente, fuerte, unida. La yaya Joaquina es algo así como un agente infiltrado, un 007 que curra por el bien de la familia. 

Cuando leas esto, nene, sentirás que tienes muchos "Gracias" por decir. No te preocupes, enano, mi madre tiene poderes y es capaz de entenderte a día de hoy (1 año y 8 meses que tienes) en tu idioma de media lengua de trapo...¡y no te digo luego!






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