lunes, 9 de agosto de 2010

NO ME FUI MUY LEJOS

No me fui muy lejos. Ni siquiera llegué a cruzar la calle. Me quedé mirando el semáforo y poco más.

No di el paso, no lo he dado, que necesitaba para volver a tener voz. Ni tan sólo corté el cordón umbilical. Me reventé nadando y poco más.

No conseguí la vida que me convenía. Ni por los pelos llegué a tener un momento hamaca de los que recuerdas cuando eres viejo al lado de otra persona sonriendo. Me imaginé mil veces volando pero parece que tengo genes de Ícaro y poco más.

No me pronuncié demasiado en estos meses. No vomité todo lo que quería, no repartí collejas a diestro y siniestro como se requería, no alcancé a X ni a Y ni a Z, no estuve al nivel que me exigía -y me exijo-, no conseguí hacer encaje de bolillos ni una bufanda decente. Me compré las agujas del número 5, la lana azulísima para el invierno y poco más. No sé dónde comprar las ganas de ponerme.

No se me olvidó ni un detalle. No pude dejar la complicación atrás, volverme simple y sabia. Quise deshacer el camino hasta llegar al punto donde nos perdimos pero cada cual andaba a lo suyo, sobrevivía, se cabreaba y poco más. No fui capaz de encontrar (me y te) y entré en un bucle al infinito tan largo como la expansión del universo.

El Pretérito Indefinido fue ayer. Mañana lo cambio todo. Mañana te llamo. Mañana me tengo preparada una sorpresa: el salto del que sobrevive no es hacia atrás (ni hacia delante).

No hay comentarios: