miércoles, 19 de marzo de 2008

MENTIROSO MENTIROSO


No hay entradas para ver a Iván Ferreiro. Ni en Madrid ni en Barcelona. Mentira. Hay entradas pero las tienen otros más afortunados.

Llámalo mala suerte, di que hay mal karma, échale la culpa al viento de poniente, a la escasa luna o a los síntomas premenstruales. Te vas a joder lo mismo.

Esto es raro, raro, raro (con el permiso de Papuchi Iglesias). Me hago un burka y desaparezco.

lunes, 10 de marzo de 2008

SABER PERDER(se)

Descubrimiento del día: David Trueba tiene nueva novela. Decisión arriesgada: confío tanto en la calidad del primer párrafo que voy a teclearlo mientras leo. Ya luego comentamos. Alé, a ver qué pasa.

"El deseo trabaja como el viento. Sin esfuerzo aparente. Si encuentra las velas extendidas nos arrastrará a velocidad de vértigo. Si las puertas y contraventanas están cerradas, golpeará durante un rato en busca de grietas o ranuras que le permitan filtrarse. El deseo asociado a un objeto de deseo nos condena a él. Pero hay otra forma de deseo, abstracta, desconcertante, que nos envuelve como un estado de ánimo. Anuncia que estamos listos para el deseo y sólo nos queda esperar, desplegadas las velas, que sople su viento. Es el deseo de desear."

David Trueba. "Saber perder", editorial Anagrama

martes, 4 de marzo de 2008

REFORMAS



Gracias al que se le haya ocurrido levantar todo el suelo de Plaza Cataluña. Después de sortear a los conocidos voluntarios de la Cruz Roja, a los de Greenpeace y a los de Médicos Sin Fronteras en Plaza Universidad. Después de decir NO unas veinte veces bajando la calle Pelayo a todo el gremio de encuestistas que te llevan al hotel y te regalan un boli usado por tu amable colaboración de cinco minutos que se convierten en treinta (hoy o buscaban mi perfil -chica de negro con moño caído y cara de puteo- o estaban desesperados y se lanzaban a cualquier cosa). En fin, que después de todo llego, aleluya, al semáforo que me llevará al FNAC y veo que el Zurich está tomado, pardiez, por unos tipos feos de cojones, con más colores que la Heidi y que se piden las cervezas de litro en litro. Lejos de considerarles mis héroes etílicos los observo un ratillo desde el paso de cebra. La camiseta no es tan fea ni hace calorcito así que lo de enseñar sus lorzas a diestro y siniestro no lo pillo. Voces como para presentarse al cásting de Operación Truño tampoco tienen, ni siquiera dan para formar una chirigota porque no tienen ni puta gracia y parece que se lo toman muy en serio. Como tampoco pillo nada de lo que graznan no puedo sentir admiración por su capacidad innata como letristas, es más, viendo la multitud que corea el estribillo debe ser una canción facilona y simplista del estilo a la que se presentó como himno de España o a alguna tipo La Barbacoa (la barbacoa, cómo me gusta la barbequiú...).

Y me voy pa La Corte Inglesa porque no tengo reservas de agua y porque he cobrado y porque me apetece darme otro capricho (las tentaciones de Pelayo ya están en bolsas y huelen a mí) pero tengo que ir bordeando la dichosa plaza que está en obras. Reniego. Me acuerdo de la madre del alcalde y de la de un tipejo que, muy lejos de resolver mi pregunta de ¿Cuánto tiempo va a estar esto en obras?, me habla del tiempo y de las palomas sin dejar de mirarme el escote. Podría ser tu hija, córtate un poquito. Ojalá. Gilipollas. No me seas así, corazón, que te pones fea con la frente tan arrugada. Tu puta madre, cabrón, que te pagan por rascarte los huevos, a ver si en tu tiempo libre aprendes a tener modales, imbécil. Adiós, vida mía. Si fuera tu hija de cortaba los huevos y la lengua, que no te sirven de nada.

La wikipedia dice que los hooligans son más viejos que yo. Una de las primeras fotos que he visto ha sido esta. Y hasta he recordado sin acritud al imbécil con el que he hablado de urbanismo y de ética profesional. Que se vayan todos los borrachos de verde y blanco bien lejos de mi vista, especialmente los que se han comprado un sombrero mejicano en las Ramblas y se creen lo más en integración cultural. Maldito perro inglés.