miércoles, 2 de abril de 2008
MAGIA
O de cómo se inunda el piso y viene Súperñapas y nos salva de tener que ducharnos cada vez que pisemos la cocina. O de cómo mi móvil salta con vida propia y decide darse un baño en el retrete en una clara misión suicida de la que se desconocen los motivos. O de cómo puedo llamarme a mí misma desde una terminal prestada en la que meto mi propia tarjeta telefónica. O de cómo este ordenador decide rebelarse y dejarme sin conexión y sin poder trabajar porque se le ha cruzado el cable y ya está mayor para según que historias -dice-. O de cómo paso de tener cerebro de arquitecto a cerebro de galerista en el brain training sin estupefacientes de por medio. O de cómo termino el día más cansada que cuando no estaba de vacaciones. O de cómo me parto yo misma por la mitad, y no es de risa.
Me gustaba más cuando la magia era que salieran conejos de la chistera de un tío cualquiera. Y más todavía cuando lo que salían eran chispas de mis dedos. Y sin varita.
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