miércoles, 21 de enero de 2015

ADIOSes


De la primera clase que yo di -por llamar de alguna manera a aquella comedia patética y muy poco profesional- hace ya 12 años. Se dice pronto... años, AÑOS, AÑOS, AÑOS!!! Ni dos segundos he tardado en decirlo y teclearlo... y eso que estoy cansada y espesilla.

He pasado por varias escuelas, he conocido a varios jefes y a algunos jefecillos, he trabajado codo con codo junto a grandísimos profesionales y -paralelamente- junto a personajes "incluidos" en la raíz del adverbio anterior, he dado clase a personas diversas (países, edades, intereses, aptitudes, etc,) y me he plantado a finales de enero de 2015 diciendo adiós a Babylon.

Se podría decir que, un poco por casualidad, hace casi 4 años llegué a Babylon. Recuerdo, porque lo he leído en el diario de la época que he rescatado del polvo y las pelusillas este pasado fin de semana, que el principio fue extraño porque no conocía a nadie y eso es bastante raro con la de vueltas que he dado. Ana Mentol -un besote gigante, nena- fue mi primera amiga... y ahí sigue, criatura, lo que tiene que aguantar esta mujer conmigo no está pagado.

Si pienso en Babylon, me vienen a la cabeza muchísimos nombres y caras. De esta experiencia, por encima de todo,  me llevo haber encontrado a mi hermano Arturo, haber conseguido una conexión potentísima León-Barcelona gracias a Raquel, y haber pasado 4 añazos rodeada de profesionales como la copa de un pino digan lo que digan las estadísticas, los números (en euros, dólares o yuanes) y la "realidad" de los trabajadores del centro. Hablo de los profes de español y pienso, también, claro, en Jésica, Adam, Marlene, Neda... y en Ben, Aaron, Sion... amigos del otro lado de la mesa o de la fotocopiadora inútil... amigos sí o sí.

Me llevo, por supuesto, las anécdotas y los buenos ratos con mis estudiantes favoritos.. Jésica (escribe a la vuelta de tu viaje, cielo), Alicia Lin, Fengfeng, Benny Koch, Andreas y Camilla, Ayeh, Heng, Christy, Larissa, Falco, Gloria  y Antonio, David y Chen, Juanito y Seok, Min Wei, Dan Iel y Max Bieber, Peili Dong, Young Choi (Luz, nuestra profe de coreano), Baolin y Simeng (Yoli, nuestra profe de chino), Azul, Sumin, Sae Bom, Azumi, Charli Ashfield, Dongha Yang, Jakob Saw, Xia, Alex Bcn, Nathan, Djamila, Qi Zhang y Nico, Lidia Han, Effie, Yuruo Bian, Kasja y Alex, Carlos Orph, Stefanie Baumann,  Aya Saito, Richard, Ave Canora, Rebecca Evans, Kanae y Elisabeth Ky, Journee, Joao, Jeannie Oliver, Sandrine, Paula Tonini, Noga, Hanna, Jesje Veling, Karla Schl, Berkay, Fabio, ,...


Por suerte para mí, son muuuchos más los nombres que debería escribir y eso hace que me sienta enormemente feliz y un poquito triste por no poder dedicar tiempo a cada uno de los que deberían estar en esta lista. Mil perdones y mil gracias, de corazón, por igual, a todos.


Cuando yo era pequeña, mi padre era el responsable de las curas médicas caseras y de él aprendí que, si algo te duele, es mejor curarlo rápido y bien, que una tirita no sirve de mucho y que un susto en el momento oportuno -si lo ves, si lo analizas- puede ponerte las pilas que te faltaban.


Resumiendo. He pasado de esto




a esto




y, al final, a esto 



Decir adiós es complicado a veces y justo por eso hay que hacerlo, si se puede, rápida y dignamente:
Hasta pronto a todos. Nos vemos cualquier tarde. Ya sabéis cómo encontrarme. Besos y abrazos.
Os echaré de menos.



jueves, 1 de enero de 2015

IAN y el 2015


Ian, del 2014 me voy a quedar, por encima de todo, con tus risas. Y con el baile de "La tita molona" que nos hemos inventado hoy y con la interpretación sentidísima del Pablito Alborán (Tú me has hecho mejor, mejor de lo que eraaaaaa...) que nos hemos marcado con coreografía incluída, eso también, porque ha sido una manera genial e inesperada de despedir el año. Quién me iba a mí a decir en 2013 que me iba a aprender una canción de este tipo... El amor, Ian, nos atontolina... y es bonito y no te tiene que dar vergüenza ninguna.

Para ti, ha sido un año brutal de descubrimientos y avances: no sólo caminas sin tambalearte sino que te mantienes en pie en tus patines, ya sabes pedalear, soplar y hacer pompas de jabón, hablar con propiedad y claridad, reconocer en las fotos el lugar, a los presentes y la anécdota, cantar, mentir conscientemente (y con poco éxito),  escalar sillas y cajones, existir sin depender ni de pañal ni de chupete, hacer amigos, dormir solo en tu cama de niño grande... ¡qué montón de cosas! ¿no? Y, por si fuera poco, desde hace unos meses sabes que vas a ser el hermano mayor de Zoe y es emocionante ver cómo ya la tienes presente cuando hablas de ella. Estoy pensando que, cuando leas esto, no serás capaz de entender lo valioso que es todo lo anterior y sólo se me ocurre decirte que, a día de hoy, tienes dos años y medio y ya eres más/mejor persona y mucho más listo que la gran mayoría de nuestra clase política, por ejemplo.

Yo no sé qué será de ti conforme pasen los años, Ian, hay muchas variables que ninguno de tus talifanes podemos controlar del todo. De momento, así a las claras, pienso que mi sobrino es buena gente porque me da besitos después de meterme un lechugazo en el ojo con el puto Mic de los cojones que ilustra este post, o porque si me enfado cuando hace una travesura me dice "Te quiero muchoooo" para que hagamos las paces y después gloria; también que tiende al drama porque usa los pucheros y los mimos como nadie, un cachondo porque se parte de risa a la mínima, vergonzoso porque sólo hay que ver sus carotas cuando siente que tiene más de tres pares de ojos observando, carismático porque se mete a cualquiera en el bolsillo en cero coma... cojonudo en el sentido de carácter fuerte, caprichosete y contestón con los días contados como cuando te digo:

- Así no van los calzoncillos, Ian, amigo...
- Tú amigo! Amigo tú! -me respondes tozudo, faltón y niño.

Gracias a ti, mi cuñado -que es tu padre- se ha atrevido a enseñar los colmillos pese a los aparatos y las extracciones; tu madre -que es mi hermana- ha abandonado la discreción y canta y baila y palmea y jalea contigo como si no hubiera mañana sin ponerse ni medio colorá; mi madre -que es tu yaya Joaqui- va religiosamente al gimnasio y acata lo que los médicos dicen, por fin; mi padre - que es tu yayito Pepito mal que le pese- te hace perrerías desde el amor más sincero, te consiente, te provoca constantemente, te coge en brazos, te mima; tu tita Maica -que soy yo- se pone a tope con la letra de Solamente tú para acompañarte en tus locuras vocales, se hace la valiente cuando tú kamikazeas alarmantemente, se ríe a lo loco sin más sólo por contagio...

Para mí, el 2014 huele a año puente y algún día te explicaré, si quieres, qué pasó antes y cómo me fue después. Las cosquillas por dentro esas que te hacen tocarte la barriguilla minúscula que tienes... son buena señal. Mi año pasado ha consistido en dos curros, muuuuchas caras amables rodeándome la mayor parte del tiempo, series en vena, birreo y cotilleo intenso, tiempo de reflexión y picos de energía animal rompedora en la estadística.



- Nos vamos, Ian, ponte la chaqueta - te dice tu madre.
- Tita, ¿tú también te vas?
- Sí, sí, yo también. Vamos a ponernos la chaqueta.
- ¿Dónde vas tú?
- Yo voy a por el autobús, para ir a mi casa... y tú vas a ver a la tía Montse...
- ¡Nooo! Yo quiero ir a casa de la Tita, yo quiero ir en autobús... Titaaaaa....

Y, voilà, así es como se rompe a las personas. Me cuentan que llegaste a tu casa sin batería y que llorabas al meterte en la cama porque no estaba yo contigo. Se me ocurre volver a El Prat y pasar la noche contigo pero se me quitan las ganas si pienso en el gentío cortando la Gran Vía, en taxistas
tristones, en sábanas que no son mias,..

Este 2015 tiene pinta de ser la polla y lo digo jugándome las tetas que tu madre me cortará cuando lea esto. Me la pela... ¡este año pinta enormeeee!