viernes, 21 de febrero de 2014

Ian y el hambre



Es ver la foto y degustar los complementos.. un poquito de pan con tomate, quesito, algo de beber...

El tema está en notar el hambre... quiero decir, que hay veces que tienes hambre pero estás a otras cosas y no te das cuentas, no la sientes, no escuchas las tripas rugiendo.

Mi último "banquete" fue tan tan gore que no había vuelto a comer con propiedad hasta ayer. Y sí, resulta que tenía hambre, pero no lo veía. HAMBRE a lo bestia, hambre de comer sin manos, hambre de abrir mucho la boca, hambre de paladear una ensalada como si fuera un plato gourmet, hambre de esa que te apetece zampar a lo loco y te llenas con los entremeses, hambre de ver el plataco de jamón del bueno y desear que esté mañana para el desayuno porque ya no te da el estómago para más por mucho que otros órganos egoístas digan lo contrario.

El festín que me pegué ayer viene a ser la confirmación de que mi paladar ha encontrado el camino de nuevo y tengo las papilas gustativas on fire. Me lo comería casi todo, vaya. Y en plural.

Se avecinan digestiones potentes. Prometo guardar dos horas antes de meterme otra vez en el agua. Bienvenido el puto movimiento intestinal, que nos recuerda que estamos vivos y que todavía se nos hace la boca agua con según qué. Viva el hambre, coño.

viernes, 14 de febrero de 2014

IAN y la yaya Joaquina

Tu yaya Joaquina, mi madre, pasa mucho tiempo contigo. Gracias a ella has aprendido a reconocernos en las fotos, el concepto del "escondite", lo rica que está la fabada... por poner algún ejemplo.

Tu abuela, tu yaya Joaquina, mi madre, te hace soltar la carcajada sólo con nombrarla. Disfrutas con ella, te lo pasas bien a su lado, la adoras y se nota porque se ve y se oye. Y bien que haces, nene, en confiar en ella. Tu yaya se crece a tu lado y se comería a cualquier monstruo que te diera miedo. Mi madre, tu yaya, te quiere de una manera incondicional y por eso te echará las broncas necesarias para que llegues a ser el hombre que queremos, una persona persona, feliz globalmente, con moral y ética. Un hombre hombre.

Mi madre, tu yaya Joaquina, se está esforzando en ser un buen ejemplo para ti, está luchando en la cocina por hacerte menús sanos y atractivos a tu paladar, está dándolo todo porque tengas la sensación táctil inmediata de lo que es una familia potente, fuerte, unida. La yaya Joaquina es algo así como un agente infiltrado, un 007 que curra por el bien de la familia. 

Cuando leas esto, nene, sentirás que tienes muchos "Gracias" por decir. No te preocupes, enano, mi madre tiene poderes y es capaz de entenderte a día de hoy (1 año y 8 meses que tienes) en tu idioma de media lengua de trapo...¡y no te digo luego!