viernes, 24 de diciembre de 2010

Me acuerdo 2010 (I)

Me acuerdo de pensar hace un año que no podía estar más triste... y batir mi record.

Me acuerdo de los mails que he recibido (porque los he releído). Y de los que escribí. No hay grandes novedades.

Me acuerdo de mis estudiantes de este año, los que más me han sufrido... Pobreticos.

Me acuerdo de los días chungos de este 2010, y no me gustan. Me acuerdo de la sal, del vacío. Me acuerdo de la espera, de la desilusión, de la pena.

Me acuerdo de las noches a solas dándole vueltas a lo mismo. A solas. Sola. Nadie se muere de esto.

Me acuerdo de poco porque la función del 2010 era olvidar, conseguir la tábula rasa, partir de cero. Cada vez estoy más cerca.Todavía no tengo claro si he perdido un año o he invertido en tiempo el tiempo (exactamente eso).

Me acuerdo de la gente que estuvo y de los que no aparecieron. Mañana o pasado, probablemente a horas intempestivas, le daré a la tecla con nombres y apellidos, a corazón abierto como siempre, a lo kamikaze, claro.


Me acuerdo de los que se fueron, especialmente de Ángel González y su "Me basta así". Quizá es porque es lo último que he leído esta noche... seguramente porque escribe de puta madre.

Me acuerdo de escribir un diario y de dónde lo guardé. Todavía, año y pico más tarde, no he podido releerlo. Me acuerdo de hacer lo mismo en 2006. No sabría decir si hice lo correcto. No me fue demasiado bien, ¿no? Lo mismo debería dejar de leer en diagonal y estaría bien tirar a la basura tanto orgullo, tanto miedo, tanta tontería.

Me acuerdo de colgar el teléfono a quien me importaba.

Me acuerdo de llamar a quien me importaba y quitarme todos los disfraces antes de empezar a hablar.

Me acuerdo del sol mañanero dando a mi sofá con inquilino incluído y pensar que era un momento de esos llamados "mágicos".

Me acuerdo de una mañana mañanera con conocido cercano y de todas las dudas del mundo asaltándome, atracándome, privándome de la calma necesaria. Me acuerdo de encender el ordenador y conectar el automático. Me acuerdo de pensar que la estaba cagando. Me acuerdo del paso que no di.


Me acuerdo de mi abuelo. Me acuerdo de la cara de mi hermana a mediados de ese 2010. Me acuerdo de las palabras de mi hermano postizo. Me acuerdo de mi amiga de infancia y juventud.

Me acuerdo de demasiadas cosas. Otro día más.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

2011

El 2011 empieza mañana. Esta noche la etiquetaré de Noche Vieja y estoy dispuesta a comerme doce uvas y a celebrarlo como tal pero de verdad, de corazón.

¡¡Felices fiestas y feliz Año Nuevo a todos!! (¿Pa qué repito esto si lo odio?? Pues porque lo deseo de verdad y soy experta en contradicciones)

Este será mi año!!

lunes, 20 de diciembre de 2010

ME ACUERDO IV

Me acuerdo de besar una manta y una nariz en momentos distintos pero cercanos. Me acuerdo de la emoción y del ridículo.

Me acuerdo del Cosmopolitan y del Manchester y del Paqui de los Durum y del Café del Centre y de otros lugares. Se me estiran los labios y se me hacen chicos los ojos.

Me acuerdo de los trenes y de las pelis infumables y de las horas capitalizadas y de los libros de historia y de Valle Inclán desde otro prisma más cercano.

Me acuerdo del bacalao con verduras y la paellita y la lección de cómo hacer una tortilla francesa y de las comidas erógenas.

Me acuerdo, también, de los llantos y los miedos y las envidias y los celos y las torturas y los fingimientos y las faltas y los pocos aciertos.

Me acuerdo de las broncas, los dislates, las paranoias, las verdades, los lamentos, la rabia, la mitomanía, el desconcierto, lo invisible, lo palpable, las heridas y los reproches.

Me acuerdo de las veces que he pensado que no era capaz de más mi cuerpo, que no era tan buena, que no merecía X, que no era real Y, que no nada.

Me acuerdo de mis nervios romanos y de mi ímpetu alemán. Me acuerdo de los días en que Berlín estaba en Tetuán. Me acuerdo de mirar las ofertas del Atrápalo y planear viajes inolvidables que no fueron. Me acuerdo de un olor que ahora no reconozco. Me acuerdo del Gran Prix.

Me acuerdo de casi todos mis alumnos. Me acuerdo de algunos más que de otros, para qué negarlo. Me acuerdo de salir de clase llorando de la risa. Me acuerdo de salir de clase sabiendo que no lo recordaría. Me acuerdo de pensar, conmigo, que era un día más que pasaría a la historia sin gloria y sin pena (sí, ya sé, pero el orden no debería alterar el resultado).

Me acuerdo de aquella vez. Me acuerdo de una sala con un sofá-cama y ropa interior con una T en diamantes falsos que no lo querían ser. Me acuerdo del secreto y de los amigos que no sabían nada ni preguntaban ni imaginaban.

Me acuerdo de no querer despertar y abrazarme a una espalda. Me acuerdo del olor aunque ya no lo huelo. Me acuerdo de pensar que no se me olvidaría... y cagarla. Me acuerdo de hacer una mudanza a solas. Me acuerdo de darme cuenta de que algo no me gustaba y de mi mueca imperceptible. Me acuerdo de ir a la biblioteca y encontrarla cerrada.

Me acuerdo de un día en que todo fue perfecto.



Y ahí me quedo.

lunes, 13 de diciembre de 2010

CRUJIDA




Ha sido ponerme un dedo encima y crujirme el alma entera.

Hacía ya tiempo que me estaba haciendo falta esta crujida, que mis huesos la reclamaban... pero han flipado igual que el primer día.


No es que no me lo hubiera imaginado antes, tampoco que me sorprendiera totalmente... Cada mano ofrece lo que tiene. Cada boca besa lo que le parece. Cada hueso tiene su sitio exacto en cada situación.



Consigna 2011: ACOPLARSE.

OLISQUEANDO





Huele a miedo.

Huele a ti.

Huele a mentira.

Huelo a cansancio.

Huelo a Trombocid.

Huelo a curiosidad malsana, de esa de "pa qué".

Hueles a humedad, a lejos, a lluvia que llegará.

Hueles a templado, a estiramientos, a microondas.

Hueles a nada, a cabos salados que ya no recuerdan su origen terrenal, el tronco, la madera.



Me huelo el punto final.

Me huelo las bolsas de basura repletas de pasado preparadas en la puerta. Al futuro hay que hacerle sitio.

Me huelo diferente. A cada época le toca su flor imperfecta y su acción indefinida pero contundente.

CABOS




1. Buscar todos los que haya sueltos.

2. Atar todos los que sea posible.

3. Aceptar el resultado.

4. Soltar lastre.

5. Zarpar.



Vamos que nos vamos.

martes, 7 de diciembre de 2010

ME ACUERDO III

Me acuerdo de las pesadillas de esta noche.

Me acuerdo de otras pesadillas que se hicieron realidad.

Me acuerdo del miedo a abrir la boca cuando era una chinorri. Era incapaz de emitir sonidos si había más de una persona atendiendo a la escena.

Me acuerdo de la primera vez que me puse enfrente de una clase. La cagué mucho. Eran mayoría norteamericana y yo todavía no sabía qué decir o no delante de ellos.

Me acuerdo de una noche. Ninguno de los dos hablaba pero había promesas para empapelar cinco manzanas del Ensanche, por dentro y por fuera.

Me acuerdo de llegar a Atocha y no encontrar velas pero sí intentos de ellas.

Me acuerdo de llorar en varios trenes.

Me acuerdo de silenciar el móvil para no hacer pupa.

Me acuerdo de tener una fiebre en el labio superior (esto es, el de arriba), conjuntivitis y un orzuelo el 1 de enero desde mis 9 hasta mis 20. Me acuerdo de esto porque todo el mundo decía cuando me veía: "Qué carita, la niña, qué maja que está"

Me acuerdo de unas Navidades en que mi padre sufrió un Cólico Nefrítico y de cómo eso primaba sobre el resto. Me acuerdo del Tronco haciendo guardia a los pies de la cama de mi padre y de mi madre diciéndome que no me tocara el ojo o se me pegaría la conjuntivitis. Me miraba al espejo y era la mujer elefante. Me acuerdo de cuando mi tío se empeñaba en hacerme preguntas sobre cómo se decía manzana en italiano, en inglés, en alemán. Recuerdo cuando me llevó a su coche y quiso regalarme una cinta de Dire Straits el mismo año en que mis padres me habían regalado la cinta de Rick Astley, el pecoso.

Me acuerdo de las filigranas hace dos años para justificar la ausencia de mi pareja en el evento familiar. Mi hermana diciendo "Tu familia somos nosotros, porque te conocemos y sabemos cómo eres. ¡Si te quiere hasta la Xena y eso que te ve poco! ¡Que no te ningunee nadie!" Me reí y acabé en el baño retocándome el rímmel. Se me da fatal aceptar cumplidos.

Me acuerdo de un viaje al extranjero... de dos viajes. El primero, el mío, por orden cronológico se resume en esta imagen: Subiendo las escaleras de detrás de Plaza España en Roma con una sola persona en la cabeza.... la misma que en la Fontana de Trevi, la misma que en la Boca de la Verdad... Y el mismo deseo siempre murmurado. El segundo, el de mi hermana, en el que pedí que ella ratificase mis peticiones.

Me acuerdo de dormirme pegada a una espalda. Me gustaba.

Me acuerdo de partirme de la risa con las historias de la Topish y la Helena. No me acuerdo de cuándo empecé a usar el "la" delante de cada nombre propio. Me acuerdo de mi primo de Cádiz diciéndome que eso era muy vulgar y bastante impropio de una "Señu" como yo.

Me acuerdo de millones de cosas que valdría más olvidar.

ENTREVISTAS BREVES CON HOMBRES REPULSIVOS

HISTORIA RADICALMENTE CONCENTRADA DE LA ERA POSTINDUSTRIAL:

Cuando fueron presentados él hizo un comentario ingenioso porque quería caer bien. Ella soltó una risotada porque quería caer bien. Luego los dos cogieron sus coches y se fueron solos a sus casas, mirando fijamente la carretera, con la misma mueca en la cara.

Al hombre que los había presentado no le caía demasiado bien ninguno de los dos, pero fingía que sí porque le preocupaba mucho tener buenas relaciones con todo el mundo. Después de todo, nunca se sabe, ¿verdad que no? ¿Verdad? ¿Verdad?


"Entrevistas breves con hombres repulsivos", David Foster Wallace, regalo de Ricardo y Marta.