domingo, 24 de enero de 2010

LLEGARÁ




Llegará el día, algún día y no es que me importe el origen pero sé que vendrá del mar, de dónde si no podría venir, y me traerá ese puntito de sal que me está faltando, lo justo para darle sabor al tema.

Total, que llegará algo -y no alguien- y me encontrará exactamente aquí, claro, y como todo lo bueno, no habrá sido buscado sino merecido.

Mientras tanto, entre que aparece ese punto en el horizonte y acaba de dibujarse por completo hasta que yo lo vea y lo asocie a algún tipo de exactitud con nombre propio, continuaré desandando(me), desnudando(me), poniendo(me) los puntos sobre las íes, soltando(me) collejones bien merecidos, adivinando(me)... Aguantando(ME).

El origen es lo de menos pero llegará, como siempre, del mar y esta vez sí que estaré atenta. Abriré bien los ojos, sin intimidar, los pies caminarán sin mapas ni tontón, será tan fácil que rozará el lerdismo sin caer precipicio abajo, manteniendo el ritmo, las neuronas y la conciencia. Mantener es la palabra del día. Seguiré con el mismo buen rollo, la misma respiración, idéntico número de brazadas, día tras día; no habrá, es imposible, monstruos de ultramar al ataque ni tiburón con hambre que me alcance.


En quince minutos de sauna he respirado 54 veces. No es que haya echado aire por la boca. No es que el calor me haya llenado los pulmones. No, no. Más fuerte que las cucarachas (¿alguien las ha visto en una sauna?). Cuando venga, lo que llegue, me pillará con las pilas puestas y las defensas aún más altas. Y no sobrevivirá para contarlo, pero yo sí.



Eso espero.

LERDISMO

Lerdismo: dícese del movimiento filosófico, ético y vital de un colectivo (véase lerdos) que se define por una obvia ausencia de conciencia, por carecer de sentido del ridículo y/o vergüenza y por una inexistente base de pensamiento .

Lerdo: sujeto de cromosomas XX, XY o LQS (lo que sea) cuyo único fin existencial se resume en comer, dormir y beber -respirar si se tercia-, acompañando sus acciones más insustanciales de comentarios varios, igualmente vacíos de significado y significante, en numerosas ocasiones carentes de un sujeto que no sea el de la primera persona del singular, capaces de realizar cualquier obra de palabra o acción sin el menor atisbo de lógica inherente pero con desparpajo asombroso. Sus limitadas neuronas alcanzan a afirmar y proclamar en cualquier canal social su amor indiscutible y desproporcionado a un trozo de tierra bautizado, a la celebración de un evento cualesquiera, a los colores de una bandera, a su equipo de fútbol, etc. El lerdo tipo sonríe o llora sin motivo aparente ni justificado y carece de capacidad de reflexión por lo que su comportamiento se mantiene a lo largo de su vida. Los seres lerdos son reconocibles en un medio oral, visual y escrito por su tendencia a reproducir, en cualquiera de éstos, lo ya conocido, digerido e incluso vapuleado, inconscientes del efecto que esto pudiera producir en la otredad.




Yo quiero ser lerda. En serio. Me encantaría no tener ningún pensamiento destructivo, ni autodestructivo; ninguno en realidad. Me fliparía no tener remordimientos de conciencia, ni vergüenza ajena, ni neurona en movimiento antes de abrir la boca. Yo también quiero ser feliz. Lo de ser feliz en la ignorancia me la pela y hasta tiene su punto si lo razonas... un montón, millones de neuronas bailando al son del aire que más sople, sin pasado, sin futuro, sólo ese ir y venir de sensaciones, esa sonrisa porque sí, sin planteos... ir y venir, ir y venir y venir y volver a ir... Voy a ver si en el feisbuk hay algo de esto y me hago fan ahora mismo.


Reúno algunos puntos, ¿no? Pues entonces será más fácil convertirme al lerdismo más extremo. Vamos a ello.

sábado, 16 de enero de 2010

ROJA DIRECTA

Cuando hablamos con otras personas a menudo aparecen frases de roja directa. No es que vaya uno por el mundo disfrazado de árbitro sino que hay quien abre la boca y se gana la expulsión. A veces también hay que pitar penalty y devolver la gracia, o la poca gracia, al bocarrón culpable de una entrada memorable por estúpida o por agresiva o por lo que sea, pero merecida.


Esa perla incomprensible que lanza B:

- ¡Hombre! Hace casi un año que no me llamas!!!

Y A lo flipa porque hace el mismo tiempo que no recibe llamadas de B... ¡qué cosas, ¿no?!!



Ante la frase "Ayer estuve en el gimnasio... Tengo agujetas" ese otro suelta: ¿¡De qué será!? con mal rollo, fuera de lugar, sin venir a cuento.



En un momento de proximidad física entre dos personas, con sus carícias en el pelo, sus sonrisas de medio lado, sus tonterías babosianas y etc. el otro pregunta:

- ¿Dónde vives?
- Mmmm... cerca de X, a dos minutos, muy céntrico. Es un pisazo la verdad. ¿Y tú?
- En Z. Vivo con mis padres.





Y así podría seguir ejemplo tras otro hasta el infinito y por eso voy a tomarme la licencia de ir rehaciendo este post conforme se me vayan apareciendo las frases de mierda que han conseguido que el partido se haya transformado en pachanguilla.

lunes, 11 de enero de 2010